Pasión por cocinar
Sabores cubanos, chilenos e incluso peruanos se perciben al visitar este lugar, diseñado para ser punto de reunión de una familia numerosa y amigos. Equipado con cierto tono industria, pero cargado de esa dulce sensación a cocina antigua.

Cuando Dayamí Alonso y Rodrigo Castillo hablan de su cocina pareciera como si volvieran a la infancia, a en la época en que visitaban a sus abuelos. Ella en el campo cubano, en la finca San Lorenzo –cerca de La Habana-, y él en Cuatro Álamos, a las afueras de Santiago. Cuando sus mundos giraban en torno a lo simple: jugar en la tierra, recolectar frutas, quedar con la boca negra de todas las que se habían comido y correr apenas los llamaban hacia esas inmensas cocinas de fuego permanente, ollas burbujeando y aromas de preparaciones caseras.
Recrear esa sensación los llevó a comprar esta casa que, a pesar de no estar en perfectas condiciones, contaba con una espectacular cocina de 42 m2.
“Fue amor a primera vista. Ninguno de los dos teníamos en mente pasar meses en una remodelación. Sin embargo,mientras la recorríamos soñábamos con esa gran cocina llena de niños y amigos”, cuentan los dueños.
Y lo lograron con la ayuda de la arquitecta Bárbara Abeliuk, quien estuvo a cargo de remodelar toda la casa. Se subió el techo, se abrieron los espacios, se integró el comedor a la cocina, se cambiaron pisos y muebles. Todo para cubrir las necesidades de esta gran familia compuesta por el matrimonio, sus dos hijos -Gabriel y Diego, de 3 y 2 años-, suegra y cuñada,más dos nanas, una peruana y otra chilena.
El núcleo de todo obviamente es la cocina. No importa si es verano o invierno, si es día de semana o fin de semana, si está sólo la familia o hay invitados. Nunca está vacía y en ella todos cocinan, incluido Gabriel -elmayor de los niños-, quien se viste de cocinero para amasar el pan y mezclar pastas.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.