La clave aquí es identidad. Identidad y patrimonio. Desde Noruega, este estudio de diseño, que además de juguetes fabrica muebles individualmente y en alianza con marcas como Stokke, nos recuerda cómo hacer piezas bellas, con sentido y de una identidad grandiosa.

Noruega es mucho de agua, hielo y por supuesto industria naviera. El estudio Permafrost toma los valores escandinavos y los hace juguetes. Tiene dos series preciosas, Shipping y Archipiélago, de diversas naves, plataformas y sistema de transporte relacionados con el mar, todas en madera, de formas sinuosas y elementales, colores neutros y naturales, armables y combinables. Denle a un preescolar cualquiera de estas piezas y el desarrollo creativo será como una bomba de tiempo; no hay que tener una licenciatura en algún tipo de pedagogía ‘no tradicional’ para corroborar que los niños quieren explorar e inventar sus historias, y para ello la simpleza es la mejor fuente.

Y los escandinavos, como regla de vida, han entendido esto siempre. En 2013, cuando el estudio Permafrost presentó estos juguetes, uno de sus creadores se refirió a la ‘sobreutilización’ del concepto ‘diseño escandinavo’, comentando que corre el riesgo de vaciarse de contenido.

Según Tore Vinje Brustad, “se ha convertido en algo un poco cliché, una fórmula reducida a combinar una serie de colores y materiales”, por ello cuando Brustad y sus colegas fueron convocados para aportar su visión sobre la identidad nórdica, optaron por hacerlo mediante la creación de una línea de juguetes, y en ellos descubrir aquello que los noruegos ven cada día.