“Por diseño industrial se entiende la actividad cuyo objetivo es determinar la forma de los productos. En la práctica esto significa coordinar, integrar y articular tanto los factores que hacen la forma (funcionales, simbólicos o culturales) como los factores técnicos que se refieren a la producción (vinculados a lo económico, lo constructivo y la distribución)”.

Esta definición adoptada internacionalmente por el International Council of Societies of Industrial Design, es parte de la exposición que el diseñador y teórico argentino, profesor de la Escuela de Ulm, Tomás Maldonado, dictara en el congreso del ICSID en 1961, en Venecia. ¿Por qué apuntamos esta cita? Por un lado, porque define lo que la escuela alemana, heredera directa de la Bauhaus, difundió entre 1953-1968. La integración de las dimensiones del trabajo del diseño, la figura y estudio del diseñador, las implicancias de la función dentro del proceso productivo, y aun más la integración de ideas, representadas en la inclusión de indios, japoneses y latinoamericanos en su staff, del queMaldonado fue un destacado exponente. Un ejemplo de lo que hoy más que nunca deberíamos esperar del diseño. Pensamos en nuestra próxima bienal de diseño, pensamos en elmomento de crear oportunidades, de innovar a partir del diseño de ideas, no sólo de objetos, lo tomamos a partir de “coordinar, integrar y articular”. No perdamos de vista la simplicidad de esta definición.

Es por lo mismo, por lo de las oportunidades, que tomamos un diseño originado como proyecto de título unos años antes de que cerrara la Escuela de Ulm. Una vajilla apilable, para hoteles, versátil y económica, fabricada por Rosenthal y Thomas. Y copiada, no hay que decirlo, hasta el cansancio.

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• La tecnología y la industria fueron enfocadas como fenómenos culturales que ofrecían a la sociedad de consumo masivo soluciones que posibilitaran el progreso. El diseño de imagen y comunicación se consideran innovaciones originadas en Ulm.