Review | Reminiscencia, un envoltorio bonito para un dulce al que le falta sabor

El debut de Lisa Joy (Westworld) en el cine presenta un mundo e ideas llamativas, pero que se esfuman en medio de un relato en el que no funcionan todos sus vuelcos.
A grandes rasgos, la propuesta de Reminiscencia está marcada por un buen concepto y un llamativo entorno para su desarrollo. El problema es que la historia de esta producción queda coja en quizás lo que más importa: el proceso narrativo que revela su historia.
Gran parte de eso se debe no solo al hecho de que su propuesta inevitablemente rememora a las triquiñuelas del trabajo más conocido de su directora Lisa Joy (Co-creadora de la serie Westworld), sino que también por el hecho de que su historia evoca a un montón de otras producciones, ya sea por su propuesta noir o el entorno retrofuturista en el que se desarrolla.
Es ahí en donde la película denota sus influencias, pero al menos se puede decir a su favor que cumple de forma correcta en la mayor parte de sus instancias. No obstante, también es necesario recalcar que también pierde fuerza para quedar grabada en nuestra memoria.
A grandes rasgos, la historia de Reminiscencia nos instala en un lugar en el que la humanidad ha colapsado al planeta. Las altas temperaturas provocaron el alza de los océanos, lo que arrasó con ciudades costeras y dejó a mucha, mucha gente, sin posibilidad alguna de subsistir.
Peor aún, obviamente el colapso de la sociedad también dio pie a conflictos bélicos en las fronteras, que dejaron secuelas en todos aquellos que tuvieron que ser parte de las crudas batallas. Y como suele suceder, adinerados terratenientes se hicieron de un control absurdo sobre los terrenos a los que el agua aún no puede llegar.

Es ahí en donde nos encontramos con Nick Bannister (Hugh Jackman), un exsoldado que en los restos de Miami lucra con uno de los mejores negocios del mercado: entregar la posibilidad de revivir los recuerdos alegres del ayer. Cortesía de una maquinaria que adormece a los clientes en un estado de ensoñación, esta tecnología también permite indagar en las pistas de aquello que se olvidó.
De ahí que Nick se fija en cada detalle para actuar como un detective que puede encontrar llaves perdidas o ayudar a los fiscales para resolver casos criminales. Y sus antecedentes militares, y sus traumas por la guerra, lo convierten en alguien ideal para un trabajo en el que tiene que estar escarbando en los recuerdos de otros.
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En ese escenario, inevitablemente en su negocio también está el riesgo de quedar embobados por aquello que ya fue. Claro que aquello es justamente lo que sustenta a un negocio adictivo en el que los clientes que aferran a un mejor pasado que el presente. Y es eso lo que comienza a afectar a Nick una vez que tiene un flechazo instantáneo con una hermosa mujer llamada Mae (Rebecca Ferguson) que es todo un enigma.
A larga, ante una misteriosa desaparición, en esta historia comienza a instalarse un misterio que no solo juega con el tiempo, sino que también con secretos del pasado de Mae que inevitablemente afectan al presente. Todo lo anterior se lleva a cabo en una narrativa que evoca a la forma en que Lisa Joy, quien también es acreditada como la única guionista de esta película, trabajó en la serie de HBO. El problema es que esta producción se desenvuelve de una forma en el que su relato fragmentado no funciona tan bien como los mejores momentos de Westworld.
Esa es la principal merma de Reminiscencia, ya que a pesar de la que la idea y su mundo es atractivo, la forma en que la cuentan no es la más exitosa. Inclusive en ocasiones se vuelve demasiado convencional para su entorno, lo que provoca que el buen trabajo de su elenco luzca amarrado por las propias restricciones de su juego. Uno en el que las cartas van cambiando no solo lo que creemos de ellos, sino que también lo que sentimos de cada uno.
Todo eso le quita gracia a una premisa que es súper atractiva en la superficie, está bien contada y cuenta con un nivel de producción llamativo. Pero inevitablemente también se vuelve predecible y eso hace que su mundo pierda fuerza, lo que no es bueno para una historia de suspenso con aires noir.
Tampoco es menor el hecho de que en Reminiscencia esconden tanto los misterios, que algunas mecánicas del relato dejan migajas demasiado evidentes para anticipar cómo saldrán de los callejones que van recorriendo. Y eso provoca que la ruta a la larga quede reducida a una experiencia vaga, que se pierde en el recuerdo a medida que más nos alejamos de su visionado.
Reminiscencia ya está disponible en cines chilenos.
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