A 15 años de la hazaña: el día en que el Veyron rompió la barrera de los 400 km/h

Hasta 2005 ningún auto de producción en serie tenía tamaña marca. Lo más cercano habían sido 350 km/h, por lo que lo del Veyron se convirtió en toda una proeza de la industria automotriz, despertando incluso una nueva categoría de autos: los hypercars. ¡Larga vida al Bugatti Veyron!




Hace 15 años, Bugatti anotó su nombre en lo más alto de la historia automotriz. Exactamente, el 19 de abril de 2005, el Veyron superó la mágica barrera de los 400 km/h. El reto para el cual había nacido y que lo convirtió en el auto de producción en serie más rápido del planeta.

Toda una proeza del Bugatti Veyron, el auto que firmó el regreso del fabricante francés a la vida activa, en esa fecha, ya en manos del Grupo Volkswagen. Y mucho más que eso, el superdeportivo que supuso toda una revolución en la industria del automóvil, llevando las prestaciones mucho más allá que cualquier otra marca por aquel entonces.

Costó varios años hacer realidad el sueño de Ferdinand Piëch, el hombre fuerte del conglomerado alemán, y cumplir con su promesa de poner en el mercado un auto capaz de sobrepasar los 1.000 caballos de potencia y los 400 km/h de velocidad punta. Los desafíos no fueron pocos para dar con tal obra de la ingeniería moderna, que hasta el día de hoy concita gran interés.

Pues bien, la hazaña que nadie había conseguido hasta ese día de abril se llevó a cabo en la espectacular pista de pruebas de Volkswagen ubicada en Ehra-Lessien, en el norte de Alemania. Allí, el piloto de la marca Uwe Novacki se puso a los mandos de un Bugatti 16:4, intentando dominar el asfalto a una velocidad de infarto. El velocímetro, finalmente, marcó unos impresionantes 407 km/h de velocidad máxima.

Para alcanzar este registro, eso sí, debió activar la segunda llave del Veyron, la Speed Key, que 'tensaba' la configuración del auto, rebajando su altura y ajustando el alerón y el difusor a una posición específica. Todo para reducir la resistencia al avance lo máximo posible. En un primer intento, Novacki ‘solo’ alcanzó 380 km/h, pero al repetir la secuencia unos días más tarde lo consiguió.

Y si la aerodinámica jugó un papel decisivo, su inmenso propulsor ni que decir. Contaba con 16 cilindros, una descomunal cilindrada de ocho litros y cuatro turbos que multiplicaban su empuje. Así, era capaz de desarrollar 1.001 Hp y 1.250 Nm de par máximo, gestionado por una caja de cambios automática de doble embrague y siete relaciones, conectada a un sistema de tracción total. Gracias a todo ello, el Veyron alcanzaba los 100 km/h en 2,5 segundos; los 200, en 7,3, y los 300, en 16,7. Prestaciones que obligaron a crear un nuevo segmento, el de los hypercars. Un selecto grupo de unos cuantos.

En palabras del presidente de Bugatti, Stephan Winkelmann: “Bugatti ha estado en la cima de la ingeniería automotriz por más de 110 años. Con el Veyron 16.4, Bugatti no solo dio a conocer lo que podría llamarse el primer automóvil hiperdeportivo del mundo en 2005, sino que también logró un récord de velocidad increíble. Incluso, 15 años después del récord, sigue siendo un automóvil de gran potencia, velocidad y elegancia, en un diseño atemporal. Un ícono de la historia del automóvil. Tengo el mayor respeto por el logro, el coraje y la fuerza de voluntad del equipo en ese entonces. Ellos realmente crearon un auto extraordinario".

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