Mazda celebra 50 años del motor que lo hizo ganar Le Mans

El 30 de mayo de 1967 Mazda presentó el Cosmo Sport, su primer auto de serie con este particular configuración de motor sin cilindros.




A fines de 1929, cuando el mundo atravesaba una de las mayores crisis económicas, el ingeniero Félix Wankel patentó un invento que salía de los cánones conocidos hasta la fecha. Se trataba del motor rotativo, el cual también efectuaba los ciclos de un tradicional propulsor a combustión, con la ventaja de ser más compacto, tener menos peso, ser más suave en la entrega de par y generar menos vibración.

A pesar de los beneficios, el motor de Wankel, que tenía un rango de giro de hasta 20.000 rpm y que se diferenciaba por una combustión que hacía girar un disco plano en lugar de empujar los pistones hacia arriba y hacia abajo, demoró años en lograr un desarrollo. Un punto clave fue la alianza que estableció con el fabricante NSU, que mejoró el diseño original, dándole al motor más estabilidad y sencillez. Así, en 1961 NSU firma un acuerdo con Mazda para proporcionarle el propulsor a un nuevo vehículo que pensaban comercializar.

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Eso sí, la firma de Hiroshima no estaba del todo satisfecha con el resultado del motor, ya que carecía de suficiente torque a bajas revoluciones y sufría de exceso de vibraciones. Pero no por eso lo desecharon, al contrario, trabajaron en más de 60 prototipos, hasta que el 30 de mayo de 1967 se da a conocer el esfuerzo de tantos años, debutando el Mazda Cosmo Sport, el primer modelo de la casa japonesa con motor rotativo de doble rotor.

» La evolución

Medio siglo de vida festeja el Cosmo Sport. Era un vehículo que se movía por un motor de 982 cc que desarrollaba 110 Hp. Luego aparecerían dos nuevos modelos que montaban la tecnología Wankel: el R100 y el RX-2, vehículos que incluso fueron exportados a Europa.

El RX-2, presentado en 1970, abrió una saga de vehículos deportivos que se extendieron hasta el RX-8, modelo que cesó su fabricación en 2012.

Las prestaciones del motor también tuvieron eco en el motorsport, quedando como hito máximo la victoria que obtuvo en 1991 el Mazda 787B en las 24 Horas de Le Mans. En su última presentación en la mítica carrera de resistencia, se impuso a los favoritos Jaguar XJR12 y Mercedes-Benz C11, alcanzando la primera victoria para un auto con motor rotativo y la primera de un fabricante japonés.

La gran evolución del propulsor Wankel asomaría con el RX-8 en 2003. Este deportivo con puertas de apertura inversa estrenó el denominado motor Renesis, un bloque atmosférico con dos rotores, de 1.308 cc (654 cc por rotor), que en su versión más extrema desarrollaba 230 Hp a 8.500 rpm.

Los desafíos ecológicos también alcanzaron a este tipo de motor. Así, a principios de 2000, Mazda presentó el primer motor rotativo de hidrógeno en el RX-8 Hydrogen RE. Este modelo se les entregó a organismos públicos y empresas relacionadas con la energía en Japón, una situación similar a la que se vivió con el Mazda Premacy Hydrogen RE Hybrid, que estaba apoyado por un motor eléctrico.

En estos 50 años, Mazda fabricó 21 modelos y más de dos millones de unidades con motor rotativo. El más exitoso fue el RX-7, que sacó de producción 811.634 unidades entre 1978 y 2002. Ahora, se está a la espera de ver si la tradición rotativa tendrá un nuevo capítulo, esperanza que se sustenta en el conceptual RX-Vision que presentó Mazda en 2015 y en las dos patentes que registró en marzo y que hacen presumir que el ciclo Wankel no ha terminado.

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