Argentina aprueba la fabricación de Misoprostol, píldora con fines abortivos

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La Autoridad Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología del país autorizó la utilización de este fármaco en hospitales.


La Autoridad Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (ANMAT) de Argentina autorizó la fabricación de misoprostol, un medicamento utilizado para fines abortivos.

Esta medida llega luego de que la semana pasada el Senado argentino rechazara la legalización del aborto. De esta forma, las mujeres que quieran interrumpir su embarazo podrán acudir a un hospital para que le administren el misoprostol.

El laboratorio Domínguez estará a cargo de su desarrollo y se producirá bajo la denominación de "Misop 200".

La utilización del misoprostol está recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para abortar de forma segura.

De acuerdo a lo que exigió la ANMAT para la autorización de la fabricación señala que "la venta se realiza exclusivamente a instituciones hospitalarias que cuentan con servicio de obstetricia"; segundo "los hospitales completan formularios especiales para la compra del medicamento, informando sobre el uso del producto medicinal y el número promedio de partos en la institución"; finalmente exigía que "el laboratorio titular informa a ANMAT los movimientos del producto y los datos recopilados en los formularios de compra del medicamento", detalla Clarín.

El Senado argentino rechazó, el pasado 8 de agosto, el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que antes había aprobado la Cámara de Diputados.

Con el rechazo de la iniciativa legislativa, por parte de 38 de los 72 senadores, Argentina sigue con una legislación en materia de aborto muy restrictiva, marcada por el Código Penal de 1921.

El aborto figura como principal causa de mortalidad materna en más de la mitad de las 23 provincias argentinas (en la práctica estados federados a los que hay que sumar la Ciudad Autónoma e Buenos Aires), en las que hoy en día es muy difícil la aplicación lo previsto en el Código Penal, debido a la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios y a las trabas del sistema.

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