
El fastuoso salón de baile con mármol y oro que Trump quiere construir en la Casa Blanca
El presidente republicano se ha empeñado en dejar su sello en la residencia ejecutiva. Con una renovación del Ala Este, la mayor intervención arquitectónica en el palacio presidencial desde la era Truman tendrá capacidad para 650 invitados y costará 200 millones de dólares.

La administración del presidente estadounidense Donald Trump anunció este jueves planes para una importante renovación del Ala Este de la Casa Blanca, que agregaría un salón de baile estatal de 200 millones de dólares al edificio histórico, cumpliendo un deseo que el mandatario republicano ha mencionado por años.
Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, afirmó que los equipos de construcción pronto darán inicio a las obras del enorme y dorado salón de baile, con una ampliación de aproximadamente 8.400 metros cuadrados que permitiría a la administración organizar eventos para unas 650 personas.
Añadió que el proyecto, que contiene lo que ella describió como “una adición muy necesaria y exquisita” de “espacio diseñado de forma innata y cuidadosamente elaborado”, comenzará en septiembre y se espera que concluya “mucho antes” del final del mandato de Trump en enero de 2029.
Los presidentes norteamericanos han utilizado por lo general el íntimo Comedor de Estado para recepciones, así como el más amplio Salón Este para listas de invitados más numerosas. En ocasiones, incluso, han hecho levantar temporalmente una carpa en el Jardín Sur de la residencia presidencial para albergar cenas de gran envergadura.
Por esa razón, el objetivo es acoger, por ejemplo, las grandes cenas ofrecidas en honor a jefes de Estado extranjeros.

“La Casa Blanca es uno de los edificios más bellos e históricos del mundo, pero actualmente no puede albergar importantes funciones en honor a líderes mundiales y otros países sin tener que instalar una carpa grande y antiestética a aproximadamente 90 metros de la entrada principal del edificio”, dijo la secretaria.
Así, el nuevo “Salón de Estado de la Casa Blanca” tendría un “aumento significativo respecto de la capacidad de 200 personas sentadas del Salón Este de la Casa Blanca”, añadió.
El proyecto podría resultar ser el más extenso desde que Harry Truman completó en 1952 una renovación total de la Casa Blanca, que fue construida originalmente en 1800 y se reconstruyó parcialmente tras ser incendiada por los británicos durante la Guerra de 1812.
“Ningún presidente sabía cómo construir un salón de baile”
Durante su visita a Escocia el domingo pasado, mientras él y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, conversaban en el salón de baile del hotel ubicado en su campo de golf en Turnberry, Escocia, Trump elogió el espacio y dijo que era lo que imaginaba añadir a la Casa Blanca, según constató la agencia The Associated Press (AP).
“Ningún presidente sabía cómo construir un salón de baile”, le dijo a la jefa de la Comisión Europea.

Y dirigiéndose a los periodistas este jueves, reiteró una idea similar: “Han querido un salón de baile en la Casa Blanca durante más de 150 años, pero nunca ha habido un presidente que fuera bueno en los salones de baile”. “Soy bueno construyendo cosas y vamos a hacerlo rápido y a tiempo. Será hermoso, de primera, de primera calidad”, aseguró.
También añadió en la conferencia de prensa que el nuevo salón de baile no interferirá con la mansión.
“Estará cerca, pero sin tocarla, y respetará totalmente el edificio existente, del cual soy un gran admirador”, dijo sobre la Casa Blanca. “Es mi favorito. Es mi lugar favorito. Me encanta”.
Añadió que el salón de baile de Turnberry, ubicado en su resort de golf en Escocia, había sido todo un éxito desde su apertura en 2016. Ese salón de baile “cuenta con una generosa capacidad para hasta 500 invitados”, según el sitio web del hotel.
La huella arquitectónica de Trump
La idea de un nuevo salón de baile en la Casa Blanca rondaba la mente de Trump al menos desde 2010, cuando llamó a la Casa Blanca entonces liderada por Barack Obama para ofrecerse a construir uno. Su oferta fue rechazada. “Iba a costar unos US$ 100 millones”, dijo Trump durante su primer mandato. “Me ofrecí a hacerlo y nunca recibí respuesta”, afirmó en esa ocasión, según constató la cadena CNN.
Así que, desde que regresó a la Casa Blanca para su segundo mandato en enero, Trump ha buscado actualizar la apariencia de la histórica instalación para que sea más de su agrado. Y apenas seis meses después de su retorno al poder, ya está tomando medidas para dejar su huella de empresario inmobiliario en la Casa Blanca tras el fin de su administración, indica el diario británico The Independent.

Ahora tiene la vista puesta en una expansión masiva de la estructura de la Casa Blanca. Pero antes, comenzó a implementar un plan para pavimentar el Jardín de Rosas, uno de los lugares más emblemáticos de la Casa Blanca, buscando convertirlo en un patio muy similar al que utiliza para recibir a sus invitados en su club social de Florida.
Los rosales que han rodeado el área desde la administración de John F. Kennedy permanecen, pero la superficie de césped que ha sido escenario de numerosos eventos justo afuera de la Oficina Oval ahora fue reemplazada por adoquines.
También ha rediseñado el Despacho Oval con detalles dorados, similares a los de Mar-a-Lago, su resort y residencia en Florida. El mes pasado, se instaló un nuevo asta de bandera en los jardines norte y sur de la Casa Blanca, durante un evento en el que Trump preguntó a los trabajadores sobre su estatus migratorio, recuerda el diario The New York Times.
“El presidente Trump es un constructor de corazón y tiene un ojo extraordinario para los detalles”, declaró la jefa de gabinete de Trump, Susie Wiles, en un comunicado leído por la secretaria Leavitt en la sesión informativa.
Preservar la historia
El nuevo salón de baile será, según las maquetas de la Casa Blanca, un edificio blanco flanqueado por columnas y una fachada que recuerda la entrada del inmueble principal.
Durante las renovaciones, muchos empleados del gobierno tendrán que ser reubicados temporalmente desde el Ala Este, dijo la secretaria Leavitt. Esto incluye a los de la oficina militar de la Casa Blanca, las oficinas de visitantes y la oficina de la primera dama, Melania Trump.
“No se destruirá nada”, aclaró no obstante la portavoz.
“El presidente y la Casa Blanca de Trump están totalmente comprometidos a trabajar con las organizaciones pertinentes para preservar la historia especial de la Casa Blanca, a la vez que construyen un hermoso salón de baile que puedan disfrutar las futuras administraciones y los estadounidenses del futuro”, añadía la declaración de Wiles.
Leavitt afirmó que Trump y otros donantes financiarían la renovación con 200 millones de dólares. No informó quiénes son los otros donantes.
Pero sí anunció que la administración ha contratado a las firmas McCrery Architects y Clark Construction, reconocidas por su “diseño arquitectónico clásico”, para liderar el proyecto.
“Es un honor que el presidente Trump me haya confiado ayudar a llevar a cabo esta hermosa y necesaria renovación en la Casa del Pueblo, preservando la elegancia de su diseño clásico y su importancia histórica”, dijo el director ejecutivo de la primera firma, Jim McCrery, en un comunicado.
En las últimas semanas, Trump se ha reunido con el personal de la Casa Blanca, el Servicio de Parques Nacionales y el Servicio Secreto para discutir el proyecto de construcción, dijo Leavitt.

“El salón de baile de la Casa Blanca estará sustancialmente separado del edificio principal de la Casa Blanca, pero al mismo tiempo su temática y herencia arquitectónica serán casi idénticos”, detalló la secretaria de prensa de la Casa Blanca.
El adelanto de la Casa Blanca
La Casa Blanca publicó imágenes de cómo lucirá el futuro salón de baile en su sitio web.
Las imágenes muestran un espacio amplio con candelabros de oro y cristal, columnas corintias doradas, un techo artesonado con incrustaciones de oro, lámparas de pie doradas y un piso de mármol ajedrezado.
Tres paredes de ventanas arqueadas dan vista al Jardín Sur de la Casa Blanca, incluyendo una enorme nueva asta de bandera, otra de las adiciones de Trump al histórico recinto.

Las imágenes muestran el exterior del salón de baile sobresaliendo hacia el Jardín Sur, con una columnata a lo largo de una de las paredes. Una fachada palladiana con columnas y un frontón se ubica en la pared este.
El estilo dorado y blanco imita fielmente el salón principal de eventos de estilo Luis XIV de Mar-a-Lago, la propiedad de Trump en Palm Beach. El republicano no ha rehuido inspirarse en sus clubes.
“Siempre dije que iba a hacer algo con el salón de baile, porque deberían tener uno”, dijo Trump a los periodistas este jueves. “Será un gran proyecto para dejar un legado, y creo que será especial”.
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