Experta en populismo: "Continuaremos viendo un éxito de los partidos populistas en Europa en el futuro"

La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, en un acto de campaña en Saint-Paul-du-Bois en Francia. Foto: Reuters

La investigadora de la Universidad de Amsterdam Sarah de Lange señaló a La Tercera que estas colectividades si bien no van tener gran representación en los Parlamentos, sí participarán en los gobiernos, como en el caso de Austria.


La investigadora de la Universidad de Amsterdam, Sarah de Lange, es experta en el populismo radical de extrema derecha en Europa. De hecho, actualmente se encuentra trabajando en el estudio de los factores contextuales detrás del respaldo a estos partidos presentes en varios países de Europa Occidental, como la diversidad étnica y los barrios sociales a los que pertenecen sus partidarios.

La académica se encuentra de visita en Chile, invitada por la Facultad de Ciencias Sociales e Historia de la UDP, junto con la Fundación Friedrich Ebert y el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), para participar de la charla ¿Crisis en la socialdemocracia?, que se realizará el martes 13 de agosto en el Auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales e Historia Universidad Diego Portales.

En conversación con La Tercera, De Lange analiza la ola populista en Europa y sus perspectivas.

Durante algunos años se ha visto una ola populista en Europa, ¿se trata de un fenómeno transitorio o está aquí para quedarse?

Hemos visto en países europeos de Occidente que estos partidos han estado presentes durante 30-35 años y que las causas de su éxito todavía están presentes. Especialmente el hecho que los ciudadanos no se sientan representados por los partidos políticos tradicionales. Considerando que esta crisis de representación todavía está presente mis expectativas es que continuaremos viendo un éxito de estos partidos populistas en Europa en el futuro.

¿Qué se puede esperar considerando este fenómeno?

Lo que hemos visto es que en algunos países de la Europa occidental el respaldo por los partidos populistas todavía está creciendo. En Italia, por ejemplo, es posible que un partido populista radical obtenga 35% de los votos según las encuestas. En muchos otros países de la Europa de Occidente no se espera eso, porque hay muchas ofertas de alternativas políticas, porque el sistema electoral es muy permisivo, como en Holanda, donde muchos partidos políticos pueden competir. Así que muchos partidos populistas de extrema derecha no se convertirán en los más grandes en el sistema de partidos. Lo que sí vemos es que ellos están más frecuentemente participando en el gobierno, como la coalición en el gobierno austríaco. Creo que eso se convertirá en una característica regular de la política europea, de que estos partidos estarán en el gobierno y que tratarán de moldear las leyes.

¿Cree que existe un fracaso de los partidos tradicionales al estar desconectados de las necesidades de las personas? ¿Por qué no han aprendido la lección?

La mayoría de los partidos en la Europa occidental se han enfocado en temas importantes en los que los ciudadanos parecen estar descontentos. Por ejemplo, se enfocaron mucho en las políticas de inmigración, porque muchos de los partidos populistas, de la variedad de la extrema derecha, han hecho campaña sobre estos temas. Pero las colectividades tradicionales no han comenzado a pensar sobre cómo ellos deberían reformarse, cómo deberían reformar su organización para convertirse en grupos que reaccionan, que responden, o que el sistema político sea más reactivo. Así que lo que observamos en Europa occidental, especialmente, es que los partidos políticos se han profesionalizado y que son dominados por políticos profesionales con mucha educación, que su carrera siempre ha estado en la política. Los ciudadanos encuentran que es difícil reconocerse a sí mismos en los políticos. Ellos también sienten que la política no es para ellos, que pueden tener muy poca influencia en los partidos políticos. En Holanda, por ejemplo, los partidos políticos tradicionales han recientemente abolido el referendo, lo que para los ciudadanos fue un medio muy importante de hacer que se escuchara su voz. Hemos visto que hay oportunidades muy limitadas para que los ciudadanos tengan una influencia más directa en la elaboración de las políticas.

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Participantes votan durante el congreso del partido Alternativa para Alemania (AfD) en Augsburgo, el 30 de junio. Foto: Reuters[/caption]

¿Cuál es la influencia que tienen en las personas partidos como el Frente Nacional, UKIP o AfD?

Nosotros hemos hecho en la universidad bastante investigación especialmente sobre este tema. Y lo que vemos es que los ciudadanos cuando están expuestos a mensajes populistas, ya sea que estén directamente comunicados por partidos populistas en las redes sociales o  medios tradicionales, se vuelven más desconfiados de los políticos y de las instituciones políticas, y más escépticos sobre su influencia en la toma de decisiones. Así que es bastante preocupante, porque lo que tienes es un círculo vicioso, con ciudadanos desconfiados, con mensajes de los partidos populistas, subsecuentemente se vuelven incluso más desconfiados porque continuamente están expuestos a la idea que la elite política es corrupta y que no está interesada en los ciudadanos ordinarios.

¿Se puede decir que estos partidos políticos toman ventaja de esto?

Los ciudadanos tienen la preocupación genuina sobre su representación y hay un problema con la representación en Europa. La política no está funcionando como debería, pero lo que los populistas hacen es que ellos convierten esa preocupación o transforman esa preocupación en una oposición muy moralista, en la que los ciudadanos son los buenos y que toda la elite política es mala. Por supuesto, es una reducción de la complejidad de la política de la sociedad, porque los partidos políticos tradicionales son muy diversos, algunos son más proactivos que otros, los partidos de oposición funcionan de manera muy diferente que los partidos de gobierno, en la mayoría de los países. Y lo que los partidos populistas también hacen en este proceso, es que ellos dicen que todos los ciudadanos tienen los mismos intereses, lo que no es cierto, por supuesto. Aun cuando todos los ciudadanos pueden estar insatisfechos con la forma cómo la política está funcionando, debido a que todos tienen un pasado diferente, en términos de su edad, nivel de educación, su clase social, tienen intereses muy diferentes cuando se trata de cuestiones de política.

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Foto AFP / Niklas HALLE'N[/caption]

¿Es el Brexit un ejemplo de la ola populista en Europa?

Hay un elemento de populismo en la campaña por abandonar la Unión Europea, porque la elite europea es descrita como que están desconectados de los ciudadanos comunes en Reino Unidos. Pero hay también un elemento muy fuerte de nacionalismo, en el sentido que se trata de la soberanía, de la habilidad de las personas de gobernar su propio país. Tiene los dos elementos ahí. Eso es algo que vemos especialmente con los populistas de extrema derecha. El populismo y el nacionalismo van juntos y, de cierta forma, ellos se refuerzan mutuamente, porque ellos tienen un pensamiento del estilo: dentro del grupo-fuera grupo, los buenos y los malos. Entonces pueden ser los migrantes u otros países que tratan de influir los poderes de toma de decisiones de tu propio país. Los dos van juntos en ese sentido.

¿A qué tipo de discurso nacionalista se refiere?

La clase de discurso nacionalista que los partidos de extrema derecha usan es de una clase muy particular. Es algo que nosotros los cientistas políticos, a menudo, nos referimos como nativismo, porque es muy excluyente. Ellos básicamente dicen que cualquiera que no sea nativo es una amenaza a la comunidad y sus valores, lo que es una clase muy diferente de nacionalismo que la que usan los partidos regionalistas, por ejemplo.

¿Como el Partido Nacionalista Escocés?

Sí, es diferente. Ese es nacionalismo pero no es excluyente. Cualquiera que se sienta escocés puede ser escocés en ese modelo. Aquí realmente se trata de ser parte de la población nativa y haber nacido dentro de la población nativa. Lo segundo es que al combinar el nativismo con el populismo se convierte incluso más excluyente, porque ya sea que perteneces a los franceses, o holandeses comunes, de la clase trabajadora o no. En ese sentido, el populismo de extrema derecha no calza bien con una democracia pluralista.

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