
Harvard resiente embestida de Trump en medio de graduaciones: jueza falla a favor de universidad por alumnos extranjeros
La universidad admite que muchos de sus estudiantes extranjeros están reconsiderando matricularse o han cancelado sus vuelos internacionales, en medio de la ofensiva del gobierno contra el plantel. En tanto, Beijing acusó a Estados Unidos de “acción discriminatoria” por su plan de revocar visas a alumnos chinos.

Más preguntas que respuestas circulan en los patios de los campus de Harvard, justo cuando este jueves tiene lugar la ceremonia de graduación y cerca de un tercio de sus estudiantes, aquellos que proceden del extranjero, ven como el gobierno de Donald Trump amenaza cada día más su estancia en Estados Unidos. Algunos de ellos incluso manifestaron su miedo a asistir al evento, explicó un funcionario de la universidad.
Según indica el personal de una de las universidades más prestigiosas del mundo, la administración de Harvard está siendo “inundada con preguntas” de estudiantes a los que les preocupan las últimas medidas de Trump, incluida la revocación de las visas de estudiantes.
Algunos estudiantes incluso están reconsiderando matricularse este otoño (boreal) debido a las medidas de la administración Trump, señaló a los jueves Maureen Martin, la directora del servicio de inmigración en la universidad. “Algunos han cancelado sus próximos viajes internacionales para realizar investigaciones académicas o ver a sus familias ante el riesgo de no ser admitidos nuevamente en Estados Unidos”, indicó, respecto a los estudiantes extranjeros.

La pelea entre Trump y Harvard comenzó hace mucho, cuando el gobierno acusó al plantel de “no combatir el antisemitismo” lo suficiente en sus campus, además de declararse satisfecho con el “rigor académico” de la universidad fundada en 1636. Desde la Cámara de Representantes, un comité llegó a acusar al plantel de “crear peligros para la seguridad norteamericana”, y de cultivar enlaces con el Partido Comunista Chino, e incluso Irán.
La prestigiosa Universidad de Harvard, que cuenta con un 27% de estudiantes internacionales, sufrió así la semana pasada el retiro de la certificación SEVIS (para Estudiantes y Visitantes de Intercambio), que permite la emisión de visados, y suspendió sus contratos federales por valor de 100 millones de dólares.
Harvard afirma que las exigencias de la administración ponen en peligro a una cuarta parte del alumnado, que proviene de más de 140 países extranjeros para estudiar en Cambridge, Massachusetts. La universidad también afirma que la administración republicana intenta ceder a la visión conservadora de Trump respecto a quiénes son admitidos en Harvard, a quiénes contrata como profesores, qué investigaciones científicas realiza y qué enseña, lo que atentaría contra la libertad de expresión y la autonomía del campus de la universidad.
Ahora, la capacidad de Harvard de poder aceptar estudiantes extranjeros dependerá de lo que ocurra en las cortes de Boston, donde el plantel ha apelado a la situación. En una audiencia celebrada este jueves en la ciudad, la jueza federal de distrito Allison Burroughs anunció que extendería la medida temporal que implementó la semana pasada: una suspensión a la prohibición que había hecho la administración de Trump. En corto, de momento, Harvard aún podrá recibir estudiantes internacionales.
Al respecto, el diario The New York Times consigna: “El fallo fue una victoria, al menos temporal, para la universidad en su actual enfrentamiento con la Casa Blanca, que ha librado una batalla campal para socavar las finanzas y la influencia global de Harvard”.

Esta no es la única batalla legal de Harvard, que también demandó a la administración Trump el mes pasado por el congelamiento de 2.200 millones de dólares en fondos federales, después de que la universidad se negara a aceptar los cambios de política exigidos por la Casa Blanca. Posteriormente, Washington recortó otros 450 millones de dólares en subvenciones, y Trump ha amenazado con revocar la exención de impuestos de Harvard.
Así, el presidente estadounidense anunció el lunes que está considerando redirigir 3.000 millones de dólares en subvenciones de Harvard a escuelas de oficios estadounidenses en todo el país. “Cada vez que pelean, pierden otros 250 millones de dólares”, declaró Trump en una entrevista. Un periodista le preguntó al mandatario el miércoles cómo terminaría su conflicto con Harvard, a lo que respondió: “No lo sé. Harvard tiene que portarse bien”, respondió. “Estoy velando por el país y por Harvard. Quiero que Harvard tenga éxito, quiero que Harvard vuelva a ser grande”.
En tanto, otros competidores de Harvard están ofreciendo soluciones a los alumnos que no puedan volver a la universidad. La Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong, por ejemplo, anunció que estaba ofreciendo “procedimientos de admisión simplificados y apoyo académico” para los estudiantes actuales y entrantes de Harvard. La Universidad de Tokio, la más importante de Japón, está considerando aceptar temporalmente a algunos alumnos de Harvard afectados por las sanciones de Trump.

Mientras la pelea personal con Harvard continúa, el gobierno norteamericano apunta ahora a todos los estudiantes internacionales del país, y particularmente los chinos. El secretario de Estado, Marco Rubio, anunció el miércoles por la noche que la administración Trump trabajaría para “revocar agresivamente” las visas de estudiantes chinos, incluidos aquellos con vínculos con el Partido Comunista Chino o que estén estudiando en “dominios críticos”.
Por su parte, en China vieron el anuncio como un ataque a su población, oponiéndose firmemente a estas revocaciones. Mao Ning, la directora del Departamento de Información del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, declaró al respecto: “La parte estadounidense, bajo el pretexto de la ideología y la seguridad nacional, ha cancelado de forma irrazonable los visados de estudiantes chinos”.
“La medida expone la falsedad de la supuesta libertad y apertura que EE.UU. dice defender, y solo dañará aún más su imagen y credibilidad internacional”, afirmó la funcionaria de la Cancillería china, asegurando que las acciones estadounidenses “socavan gravemente los derechos e intereses legítimos” de sus compatriotas.
El presidente de Harvard, Alan Garber, muy aplaudido al llegar a la ceremonia de este jueves, ha reconocido que Harvard tiene problemas respecto al antisemitismo, aunque también con la islamofobia, y trabaja por garantizar que una variedad de opiniones pueda expresarse de manera segura en el campus.
“Lo que desconcierta es que las medidas que han tomado para resolver estos problemas no afectan ni siquiera a las personas que según ellos son la causa de estos problemas”, declaró el martes a la radio pública NPR.
La estrella del básquetbol y defensor de los derechos humanos Kareem Abdul-Jabbar comparó el miércoles la respuesta del presidente de Harvard a las “presiones ilegales e inmorales” de la “administración tiránica” con la icono de los derechos civiles Rosa Parks.
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