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La batalla por Los Ángeles: el envío de tropas de la Guardia Nacional y un nuevo enemigo en la mira de Trump

El gobernador del estado de California se ha perfilado como una figura demócrata capaz de oponerse a las políticas del Presidente, mientras este último escala y envía militares a contener protestas, usando leyes pensadas para enfrentar invasiones extranjeras.

Miembros de la Guardia Nacional fuera del Centro de Detención Metropolitano en el centro de Los Angeles. Foto: Archivo. FREDERIC J. BROWN

El envío a Los Ángeles, el domingo, de tropas de la Guardia Nacional para contener las protestas que surgieron el fin de semana en contra de las redadas de los agentes federales de inmigración fue vista como una peligrosa escalada del conflicto, ya que por primera vez en décadas estas milicias fueron desplegadas contra ciudadanos estadounidense, en territorio estadounidense.

Unos 2 mil soldados fueron desplegados en el centro de la ciudad, luego de que las manifestaciones se volvieran violentas, lo que generó las críticas del gobernador local, Gavin Newson, que aseguró que no era necesario llevar militares a Los Ángeles, y que lo que busca Trump “es un espectáculo”. La última vez que un presidente desafió así la voluntad de un gobernador, poniendo militares de la Guardia Nacional en su jurisdicción, fue 1965, cuando Lyndon Johnson envió tropas para proteger a los manifestantes por los derechos civiles en Alabama. Y esta vez, para reprimir una protesta.

Las autoridades californianas anunciaron que demandarán al presidente Trump por tomar el control de la Guardia Nacional estatal y desplegar tropas en las calles de Los Ángeles, una medida que, según afirman, intensificó la tensión en la segunda ciudad más grande del país. Se esperaba que la impugnación legal, anunciada por el gobernador Gavin Newsom, se presentara el lunes por la mañana, ya que se planeaban protestas en más ciudades por la aplicación de la ley migratoria federal y el arresto de un líder sindical.

Gavin Newsom, gobernador de California. Foto: Archivo. JON KOPALOFF

La Guardia Nacional es una fuerza de reserva del Ejército estadounidense a la que pueden recurrir los gobernadores estatales o el Presidente para responder a emergencias nacionales o participar en combates en el extranjero y misiones civiles. Los presidentes estadounidenses también han federalizado, en raras ocasiones, la Guardia Nacional para intervenir en protestas en territorio estadounidense.

Desde el viernes, según las autoridades, unas 150 personas han sido arrestadas en Los Ángeles. Unas 60 más fueron arrestadas el domingo en San Francisco, donde una protesta solidaria se tornó violenta. La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró a CNN el lunes por la mañana que, si bien condenaba la violencia, esta se limitó a unas pocas calles del centro. “Esto no es un disturbio civil que se esté extendiendo por toda la ciudad de Los Ángeles”.

Al llamar a las tropas a reprimir protestas en Los Ángeles, algunos críticos aseguran que Trump no tendría ningún problema para poner al país en pie de guerra, y de paso probar los límites de su poder ejecutivo. De hecho, su secretario de Defensa, Pete Hegseth, se mostró dispuesto a subir la apuesta, amenazando con enviar a efectivos del Cuerpo de Marines a la ciudad, donde las protestas por las redadas contra migrantes han alcanzado grandes magnitudes.

Para eso habría que invocar la “Insurrection Act” de 1807, que está pensada para poner fin a los desordenes civiles, la insurrección y la rebelión. La última vez que esto pasó fue hace 30 años, también en Los Ángeles, cuando hubo una serie de disturbios que ocurrieron como respuesta a la absolución de cuatro policías blancos que mataron a golpes al taxista negro Rodney King.

El profesor de gobierno de Harvard Ryan Enos dijo al diario Financial Times que hoy no hay motivo para desplegar a la Guardia Nacional en Los Ángeles. Siendo una ciudad mayoritariamente demócrata, el experto asegura que lo que hace Trump es una “autoritaria demostración de fuerza”: “No hay ninguna razón por la que la administración debiera centrarse en lugares como Los Ángeles, de una manera más estricta que en los estados republicanos”.

En la misma dirección que el secretario de Defensa, el vicepresidente J. D. Vance hizo amenazas similares, sugiriendo que el ver a “extranjeros sin un derecho legal de estar en el país, ondeando banderas extranjeras y peleando con policías” podría ser definido legalmente como una invasión.

Refiriéndose a las redadas que se han venido haciendo en Los Ángeles, se ha visto que muchas de las personas que se han detenido son incluso ciudadanos estadounidenses y gente que no tiene antecedentes penales. “Obviamente, saben que las deportaciones masivas van a ser increíblemente perturbadoras para estas ciudades que tienen tantos inmigrantes viviendo en ellas”, dijo al diario Financial Times David Bier, director de estudios de inmigración en el Cato Institute: “Estaban esperando y deseando completamente este tipo de reacción, porque es buena política para ellos, justifica aun más tanto la deportación masiva como otras tomas de poder”.

En medio de esta crisis en Los Ángeles, Trump está enfrentándose frontalmente a un enemigo de hace tiempo: el gobernador de California, Gavin Newson. Después de pasar por encima de su autoridad y enviar 2 mil soldados a la ciudad, el Presidente se ha referido en distintas ocasiones al demócrata, deformando su apellido y llamándolo por un apodo: en este caso, “Newscum”.

De 57 años, el gobernador es hoy uno de los demócratas más populares en el país, de tal manera que ya es pensado como un posible candidato presidencial para 2018. Exalcalde de San Francisco, se hizo famoso cuando pasó por encima de una ley estatal para permitir, en 2004, el matrimonio gay en la ciudad.

Consciente de la manera de hacer política de Trump, Newsom lo ha acusado de desplegar la Guardia Nacional en Los Ángeles para orquestar deliberadamente un enfrentamiento: “El gobierno federal está tomando el control de la Guardia Nacional de California y desplegando 2 mil soldados en Los Ángeles, no porque haya escasez de fuerzas del orden, sino porque quieren un espectáculo”, escribió en X.

Desde que empezaron las redadas y deportaciones, Newsom se ha visto defendiendo a las comunidades latinas que se resisten a la ofensiva migratoria de Trump, algo que el Presidente estadounidense podría esperar que distancie a los votantes del centro de Estados Unidos en 2028.

A medida que la tensión entre ambos aumenta, este lunes un anuncio desde la oficina del gobernador anuncia una batalla a seguir, ya que Newsom demandó a la administración de Trump por el despliegue de la Guardia Nacional. El gobernador anunció la querella, y escribió que Donald Trump “avivó el fuego y actúo ilegalmente para federalizar a la Guardia Nacional”.

Y continuó: “Esto es una muestra de las cosas que vendrán. Esto no es sobre Los Ángeles en sí, sino sobre nosotros hoy, todos los que estamos viendo. Donald Trump está actuando sin respeto a límites, y esta es solo una prueba más de esto”.

Por su parte, en un comunicado, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró: “El despliegue de la Guardia Nacional es una peligrosa escalada destinada a provocar el caos. Además de las recientes redadas de ICE en el sur de California y en todo el país, forma parte de la cruel y calculada agenda de la administración Trump para sembrar el pánico y la división”.

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