Por Marta QuinterosLas primeras medidas económicas de Rodrigo Paz acentúan sus diferencias con su vicepresidente en Bolivia
La decisión del presidente boliviano de eliminar el subsidio a los combustibles, que durante casi 20 años mantuvo anclado el precio de la gasolina y el diésel, generó el rechazo inmediato de su mano derecha y crítico acérrimo, Edman Lara, quien consideró que aquello tendrá un fuerte impacto social.

Por casi 20 años, en Bolivia tanto la gasolina como el diésel mantuvieron el mismo precio durante toda la gestión del Movimiento al Socialismo (MAS), 0,53 dólares el litro, un anclaje que le costaba al Estado unos 2.000 millones de dólares al año. Ahora, eso se acabó durante la era del recién instalado Rodrigo Paz, pues el presidente dijo que el subsidio a los precios de los combustibles quedó definitivamente eliminado, en medio de lo que él llamó “emergencia económica y social”.
Paz aseguró en un discurso la noche del miércoles pasado que el país vive “la peor crisis económica, financiera, social y ambiental” de su historia, y sostuvo que tendrá que atravesarla con un déficit que describió como “gigantesco” y con sus “reservas internacionales agotadas”.
“Asumimos el gobierno de un país profundamente herido en su economía, en sus reservas, sin dólares, con una inflación creciente, sin combustibles y con un Estado que fue vaciado desde adentro. Bolivia está enferma, la arrasaron como en la guerra. Nos dejaron solos, nos saquearon como país”, afirmó Paz en un mensaje al país.
El anuncio de Paz detonó un nuevo enfrentamiento con su vicepresidente, el expolicía Edman Lara, quien se reunió este 18 de diciembre con representantes tanto del gobernante Partido Demócrata Cristiano (PDC) como de los opositores Libre, APB Súmate y Popular, para fijar una posición común ante el decreto.
En una conferencia de prensa junto a representantes de partidos de la Asamblea Legislativa, Lara afirmó: “Nosotros rechazamos esas medidas, consideramos que no era el momento de establecer este tipo de medidas que lo único que van a causar es más pobreza, más desempleo y la subida de los precios de la canasta familiar, que va a afectar a los sectores más humildes”.
La diputada Claudia Mallón, de APB Súmate, confirmó que presentarán en la Cámara Baja un proyecto de ley para anular el decreto y dejar sin efecto otras disposiciones económicas anunciadas por el presidente Paz, entre ellas el aumento del 20% del salario mínimo.
Impacto en el precio de la gasolina
La eliminación de las subvenciones hará que la gasolina especial pase a un dólar por litro, la premium a 1,58 y el diésel a 1,40, pero solo durante seis meses, al cabo de los cuales el gobierno evaluará si es necesario introducir nuevos ajustes, de acuerdo con el ministro de Petróleo y Gas, Mauricio Medinaceli.
El anuncio provocó una estampida de conductores que formaron largas filas en torno a las gasolineras, para surtir antes de la entrada en vigencia los nuevos precios.
Paz, sin embargo, se mantuvo fiel a su promesa de campaña de preservar algunos programas asistenciales, como la congelación del costo del cilindro de gas licuado a 3,23 dólares.
Además, anunció un incremento del 20% para el salario mínimo nacional, que ahora será de 474 dólares al mes, y otros aumentos en programas de ayuda a adultos mayores y estudiantes.
Disputas anteriores
Lara ha estado enfrentado a Paz prácticamente desde el inicio del período, ha cuestionado sus decisiones y ha denunciado que el presidente lo margina de las reuniones de gabinete más sensibles. Desde su trinchera en TikTok, cuestiona y arremete, convirtiéndose en el opositor más férreo del mandatario en el inicio del gobierno de centroderecha.
Lara, de 40 años, es el último de los vicepresidentes latinoamericanos que desafía abiertamente a su compañero de gestión. Asumió el cargo el 8 de noviembre junto a Paz, a quien ayudó a ganar las elecciones captando el voto de los sectores más populares. Antes de entrar al gobierno, ya era un histriónico influencer conocido por denunciar casos de corrupción.
En los primeros días de la administración, las tensiones entre ambos se hicieron públicas cuando el vicepresidente denunció en sus redes sociales que estaba siendo marginado de la cúpula de mando.
Desde entonces ha calificado al presidente de “mentiroso” y “cínico”.
“Hoy día Rodrigo Paz está gobernando para los que más tienen (...). No puedo hacer nada porque me arrinconaron”, dijo en un video publicado el martes. Sus comentarios retumban al interior del gobierno, presionado por dar soluciones urgentes a la peor crisis económica del país en cuatro décadas.
Paz, de momento, guarda la calma. Solo se pronunció una vez sobre su compañero: “Las puertas siempre están abiertas al diálogo (...), pero yo por TikTok no hablo”.
Lara ya no tiene cuota de poder en el gobierno. Su único hombre de confianza en el gabinete, un ministro de Justicia, fue destituido a los pocos días por no declarar una condena por corrupción.
“Para nosotros es una traición”, dijo a AFP el diputado Daniel Fernández, uno de los fieles del excapitán de policía. “No tiene ningún ministerio (...). Los anteriores (políticos) que han hecho tanto daño están manejando el país”, comentó.
Se supone que el conflicto no es de ideas, según explica el diputado. Lara “tiene la ideología de Bukele y de Milei”, los presidentes de El Salvador y de Argentina, respectivamente, a quienes no considera de extrema derecha, señala. Está “al medio”, dice, como Paz. En el Congreso, las bancadas de ambos mantienen una relación cordial.

En los últimos días el expolicía dio órdenes por redes sociales al comandante de las Fuerzas Armadas, cuando el máximo jefe militar es el presidente.
También llamó “comisión de la mentira” a una instancia creada por Paz para investigar hechos de corrupción en el sector hidrocarburos durante los 20 años de gobiernos socialistas que lo precedieron.
Paquete fiscal
En paralelo, el gobierno anunció medidas complementarias, entre ellas un aumento del 20% del salario mínimo nacional, que pasará de 2.750 a 3.300 bolivianos, incrementos en bonos sociales y aranceles cero para la importación de maquinaria industrial, insumos y repuestos de vehículos, entre otros puntos.
Este miércoles, en su mensaje al país, Paz anunció el retiro de la subvención al combustible y declaró la “emergencia económica, financiera, energética y social”, al sostener que Bolivia no puede seguir funcionando “con normas de los últimos 20 años”.
En ese marco, Paz calificó el decreto como una “decisión histórica de salvataje de la patria”, que permitirá “actuar rápido, coordinar al Estado y tomar acciones firmes para estabilizar la economía, proteger a las familias bolivianas y crecer produciendo”.
Tras el anuncio, en distintas regiones del país se registró un clima de incertidumbre, con largas filas en las estaciones de servicio y amenazas de protestas por parte de sectores que rechazan la eliminación de la subvención a los combustibles.
Desde el gobierno, en tanto, reconocieron este jueves que las medidas pueden generar un impacto inicial en el costo de vida, aunque insistieron en que no será “significativo” y que, a mediano plazo, permitirán ordenar la economía.
En la misma línea, el ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Aramayo, defendió la decisión presidencial antes de viajar a Brasil para participar este sábado en la cumbre de Mercosur con la Unión Europea. “Era imposible seguir sosteniendo esquemas inviables”, sostuvo, respaldando plenamente la reforma impulsada por Paz.
Paros del transporte y reducción de salarios
Mientras, el gobierno convocó al diálogo al sector del transporte nacional y paceño este domingo a las 16:00 en la Casa Grande del Pueblo con el fin de frenar las medidas de presión convocadas a partir de este lunes, informó el medio local Brújula Digital.
La invitación llega tras la amenaza de un paro indefinido convocado por diferentes sectores sociales para este lunes en contra el Decreto 5503, que suprime el subsidio a los combustibles.
En el departamento de Santa Cruz, el transporte urbano completó este domingo su tercer día de paro, una medida de presión que exige la derogación del Decreto 5503. Por otro lado, el gobierno de Rodrigo Paz logró un acuerdo con el transporte pesado cruceño. Con ello, el sector suspendió sus medidas de presión anunciadas para este lunes.
En encuentro con sectores sociales, el mandatario defendió la eliminación del subsidio a los combustibles al afirmar que el Estado boliviano atraviesa una situación límite de recursos y que ya no existe margen fiscal para aplicar una salida “gradual”.
Paz sostuvo que “no hay plata, no hay gas, no hay litio”, y que la única alternativa es asumir medidas de fondo para reactivar la economía.
“¿De dónde voy a sacar plata para hacerlo gradual?”, cuestionó, al comparar la situación del país con la de una familia a la que le arrebataron la mayor parte de sus ingresos y que debe volver a empezar casi desde cero.
“Si antes tenías 10 y ahora solo te quedan tres porque alguien te robó, lo primero que haces es buscar cómo generar ingresos, invertir, reactivar tu economía”. Según Paz, el subsidio dejó de ser un apoyo y se convirtió en un freno al crecimiento.
Por otra parte, el gobierno informó que se aplicará una reducción de salarios y cargos en las instituciones públicas, como parte de un ajuste que comenzará en el propio Estado y que está establecido en el Decreto Supremo 5503, según explicó el ministro de Economía, José Gabriel Espinoza.
A través de un mensaje difundido en la red social X, la autoridad respondió a críticas y reclamos ciudadanos que exigen que los funcionarios públicos también asuman sacrificios frente a la situación económica.
Espinoza pidió a la población informarse directamente del contenido del decreto y no basarse en “chismes o rumores”. Respondió de esa manera a quien exigen que el costo del ajuste y del aumento de los combustibles sea compartido por todos.
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