Por Marta QuinterosMaduro eleva alerta militar en Venezuela ante inminente arribo de poderoso portaaviones de EE.UU.
El mandatario venezolano ordenó el despliegue de todas las fuerzas militares en el país, mientras el Gerald Ford, el buque insignia de las Fuerzas Armadas y el más dotado de su clase, llegaba este martes a las aguas caribeñas.

El Ministerio de Defensa de Venezuela informó este martes que puso en marcha una nueva fase del “Plan Independencia 200”, que contempla una “movilización masiva” de efectivos, sistemas de armas y medios militares.
En concreto, el comunicado del Gobierno de Nicolás Maduro precisóque la nueva fase implica “el despliegue masivo de medios terrestres, aéreos, navales, fluviales y misilísticos, sistemas de armas, unidades militares, milicia bolivariana, órganos de seguridad ciudadana y comandos para la defensa integral”.
La orden de Maduro se ejecutará entre este martes 11 y el miércoles 12 de noviembre, según detalla el texto del Ministerio de Defensa. El operativo integra a todos los componentes militares y de seguridad ciudadana bajo un esquema de “completo apresto operacional”, con ejercicios en tierra, mar y aire.
El objetivo, de acuerdo con la declaración, es “optimizar el comando, control y comunicaciones” y garantizar la defensa integral del país.
Llegada del Ford
El despliegue llega en respuesta a lo que el gobierno venezolano califica como la “amenaza imperialista” de los buques, aviones y tropas estadounidenses desplegados en el mar Caribe, así como la aproximación del portaaviones Gerald Ford.
Justamente este martes el portaaviones ingresó al área de responsabilidad del Comando Sur de Estados Unidos (USSOUTHCOM), que abarca América Latina al sur de México, incluyendo aguas adyacentes y las costas del mar Caribe frente a Venezuela.
El arribo fue confirmado por el Pentágono, que, sin ofrecer detalles sobre su localización, ha indicado que el buque ayudará a “interrumpir el tráfico de narcóticos y desmantelar las organizaciones criminales transnacionales”.
La llegada del Ford eleva a más de una docena el número de buques de guerra estadounidenses en la región, una presencia militar impresionante para una zona que históricamente solo ha visto uno o dos buques de la Armada ayudando a la Guardia Costera de EE. UU. en misiones rutinarias de interdicción de drogas.
Mientras Caracas considera que se trata de un intento por forzar un cambio de régimen, el gobierno de Donald Trump, por su parte, afirma que sus maniobras buscan combatir el narcotráfico en la región y la llegada de drogas a Estados Unidos.
Sin embargo, en la capital venezolana no se observa, por ahora, una presencia militar o policial distinta a la registrada en días previos, según constató un equipo de CNN en Caracas.
Aunque la situación interna del país luce tranquila -e incluso en muchos persiste la incredulidad- son frecuentes las advertencias que hace el alto Gobierno chavista en sus alocuciones públicas en torno a la cercana eventualidad de un ataque militar estadounidense a Venezuela.
Hace días, Maduro afirmó, en una reunión política con sus seguidores del mundo sindical, que “la orden está dada: si se atenta contra el país, declararemos una huelga general, insurreccional y revolucionaria”. El mandatario venezolano había afirmado en esa ocasión que la clase obrera “es el mayor escudo que tiene Venezuela ante una agresión imperialista”.
Trump y posible guerra: “la ganaremos rápido”
En paralelo, Trump aseguró durante una entrevista en el programa The Ingraham Angle de Fox News, conducido por Laura Ingraham que aunque él no desea ninguna guerra en el mundo, cualquier conflicto bélico bajo su mandato terminará con una victoria rápida y contundente. “Si estoy en una guerra, la ganaremos rápido y será violenta”, declaró.
Las declaraciones surgieron al responder a críticas de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, quien había advertido sobre el riesgo de “guerras interminables” en una posible segunda administración Trump.
El magnate republicano replicó que él detuvo “ocho guerras en los últimos nueve meses” y enfatizó su rechazo a nuevos conflictos. “No quiero una guerra, pero si estoy en una, la vamos a ganar rápido y será violenta”, insistió Trump.
Desde el inicio de las operaciones, el Ejército de Estados Unidos ha informado de la destrucción de veinte embarcaciones, con saldo de 75 personas muertas y una desaparecida en aguas del Caribe y el Pacífico, después de varios ataques ejecutados en el marco de la nueva etapa de la ofensiva antidrogas impulsada por Washington.
La administración Trump sostiene que estas acciones forman parte de un “conflicto armado directo” contra los carteles latinoamericanos, designados como organizaciones terroristas y objeto de operaciones militares en aguas internacionales.
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