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Protestas anti-China que marcan antesala de cumbre de la APEC en Corea del Sur

Jóvenes surcoreanos inspirados por el movimiento MAGA han llegado a pedir las identificaciones de los turistas para comprobar que no son chinos. Las manifestaciones llegan justo en un momento en que Xi Jinping y Donald Trump planean reunirse en Seúl.

Protestas antichinas en Seúl. Foto: Archivo

Xi Jinping y Donald Trump se encontrarán en una Corea del Sur agitada. Seúl, la capital surcoreana, ha estado viviendo manifestaciones anti-chinas este último tiempo, con miles de personas ondeando banderas de Corea del Sur y de Estados Unidos. En estos encuentros, llevan gorros rojos como los del inquilino de la Casa Blanca y carteles honrando al asesinado activista conservador Charlie Kirk.

Estas reuniones se reforzaron luego de que, en pleno “fin de semana de oro” chino, el gobierno surcoreano introdujera una política en la que permitía la entrada sin visa de ciudadanos chinos al país, para incentivar el turismo. Entre los carteles que llevan los manifestantes se leen frases como “Corea del Sur para los surcoreanos”, y entre los cantos se escucha “Fuera los chinos” o “Que se vayan los comunistas”. Según la oposición al gobierno de Seúl, la medida tomada por Seúl “compromete la seguridad nacional”.

Estas manifestaciones marcan una escalada del sentimiento anti-China, que llega en un momento sumamente incómodo para Corea del Sur, a pocos días de recibir al presidente chino, Xi Jinping, en la ciudad sudoriental de Gyeongju para la cumbre de la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Se espera que Xi y Trump se reúnan el 30 de octubre, en víspera de la Cumbre de Líderes de APEC que se celebrará del 31 de octubre al 1 de noviembre.

Protestas antichinas en Seúl con una bandera en honor a Charlie Kirk. Foto: Archivo

La visita de Xi Jinping a Corea del Sur, en sí, es una novedad, ya que ocurre por primera vez en 11 años. Este viaje, según indicó la Cancillería china, tiene lugar luego de una invitación del presidente Lee Jae Myung. Por su parte, el presidente norteamericano también estará en la península.

Las autoridades surcoreanas están reforzando la seguridad en Gyeongju al máximo nivel ante la proximidad de la cumbre de APEC, con protestas masivas programadas durante el evento. Según la policía, 13 organizaciones han presentado un total de 16 notificaciones de protesta en Gyeongju, a causa del evento.

Aunque entre las protestas notificadas la mayoría son contra la APEC, las manifestaciones que están complicando al presidente surcoreano ocurren en Seúl, en un momento en que el sentimiento antichino está particularmente alto. El gobierno de Corea del Sur y las autoridades policiales están presionando para contener estas protestas, que se han convertido en un asunto complicado de abordar para el presidente Lee Jae Myung.

Protestas antichinas en Seúl. Foto: Archivo

El presidente surcoreano ha condenado las protestas contra China, describiéndolas como una “conducta autodestructiva que daña el interés y la imagen nacionales”. Su partido, el progresista Partido Demócrata de Corea, ha presentado un proyecto de ley en la Asamblea Nacional para prohibir las manifestaciones que promuevan el odio o la discriminación, pero se enfrenta a la oposición de los conservadores, quienes han afirmado que podría reprimir la disidencia.

Además de las pancartas y cánticos de protesta contra China, los manifestantes también exigieron la restitución del expresidente Yoon Suk Yeol, condenaron el liderazgo de Lee y rindieron homenaje a Charlie Kirk, el activista de derecha y aliado de Trump, asesinado en Utah el mes pasado.

Los disturbios obligaron a la embajada china en Seúl a emitir una advertencia de seguridad a sus ciudadanos a principios de este mes, y el embajador Dai Bing ha acusado a “algunos medios y fuerzas” de inventar mentiras, como la interferencia china en las elecciones, con fines políticos internos.

Protestas antichinas en Seúl frente a la Embajada de China. Foto: Archivo

Los jóvenes surcoreanos se enfrentan al desempleo y al aumento vertiginoso de los precios de la vivienda, y según el diario británico The Guardian, son especialmente receptivos a las narrativas que culpan a China del declive económico y el desplazamiento social. “Estas protestas reflejan una mayor ansiedad sobre el lugar de Corea del Sur en el mundo a medida que se intensifica la rivalidad entre Estados Unidos y China”, afirma Hannah Kim, profesora de estudios internacionales en la Universidad de Sogang.

“Parecen ser una vía de escape para las frustraciones acumuladas en torno a cuestiones relacionadas con China, que se han politizado enormemente desde el Covid-19. Asuntos como la política turística, la inmigración indocumentada y la inversión inmobiliaria china se han convertido en puntos álgidos”, afirma.

Los manifestantes, que llevan chaquetas universitarias para indicar su identidad estudiantil, han atacado comunidades y negocios chinos en zonas de Seúl, como Myeong-dong, cerca de la embajada china, Daerim-dong y la zona estudiantil en torno a la Universidad de Konkuk.

Medios internacionales aseguran que los manifestantes han acosado comercios gestionados por chinos, profiriendo cánticos racistas contra el personal y los clientes, y, durante las marchas, han exigido documentos de identidad a los transeúntes para demostrar que no son chinos.

“Corea del Sur tiene una cultura de protesta muy activa”, afirmó John Delury, investigador principal del Centro de Relaciones entre Estados Unidos y China de la Sociedad Asiática, con sede en Seúl, en declaraciones a The New York Times. Una respuesta contundente podría “generar un mayor apoyo a las protestas, no por un sentimiento anti-PCCh, sino por un sentimiento a favor de la cultura de la protesta”, añadió, utilizando el acrónimo del Partido Comunista Chino.

La relación entre Seúl y Beijing se deterioró fuertemente tras la decisión de 2016 de desplegar un sistema antimisiles avanzado estadounidense en Corea del Sur, lo que provocó represalias económicas y diplomáticas por parte de China. En los años transcurridos desde entonces, aunque la relación se ha estabilizado, las encuestas han mostrado una creciente desconfianza hacia China entre los surcoreanos, especialmente entre los jóvenes.

Por primera vez en más de una década, el presidente chino, Xi Jinping, se trasladará a Corea del Sur en una visita de Estado que durará dos noches y tres días a partir del 30 de octubre. Si bien el viaje conlleva pocas expectativas de avances inmediatos, se considera un paso cuidadosamente calibrado para restablecer las tensas relaciones entre Beijing y Seúl.

El comunicado de Beijing publicado el viernes no mencionó la reunión programada de Xi con Trump, pero este encuentro fue confirmado por la Casa Blanca. Ambos líderes han hablado al menos tres veces este año, la última en septiembre, cuando, entre otras cosas, llegaron a un acuerdo sobre las operaciones de TikTok en Estados Unidos. La última vez que los gobernantes de las dos mayores economías del mundo se reunieron en persona fue en 2019, durante el primer mandato de Trump en la Casa Blanca.

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