Gobierno de Argentina pone al tuning bajo la lupa

No es un misterio que la intervención artesanal de automóviles trae riesgos aparejados, una cuestión ahora certificada a nivel científico por la Federación Argentina de la Ingeniería Especializada. El gobierno trasandino emitió una circular al respecto.


El desarrollo de nuevos autos toma por lo general varios años antes de desembocar en un vehículo de calle. Y en ese periodo los modelos son testeados en múltiples situaciones, bajo diferentes condiciones de exigencia, todo ello enfocado en que el auto, SUV o camioneta sea un medio seguro cuando esté en mano de sus consumidores finales. ¿Habrá entonces un riesgo cuando se alteran -sin un acabado estudio- cuestiones esenciales, como la altura, el ancho, alto o inclinación de las ruedas? La respuesta es sí.

Ahora el gobierno argentino pone su ojo crítico sobre esta tendencia conocida como tuning y popularizada y alimentada en películas como Rápido y Furioso. La Agencia Nacional de Seguridad Vial de ese país dio a conocer cuáles son los mayores riesgos de modificar la ingeniería de un auto. Los agrupó en cuatro grupos:

Cambio de neumáticos y de llantas:

Los neumáticos finos y altos afectan la distancia de frenado y la estabilidad del vehículo. Por el contrario, las ruedas anchas sobrecargan los ejes y la suspensión, y se aumenta la posibilidad de aquaplaning en calzada resbaladiza (sobre todo en meses de otoño e invierno). Además, las cubiertas de perfil bajo son más vulnerables a los daños laterales, pueden afectar el radio de giro y se pierde confort en el viaje.

Alteración de la altura del vehículo:

Si se modifican los resortes de suspensión, se rompe el equilibrio de elasticidad y resistencia. Y los amortiguadores son exigidos al máximo, además de disminuir la capacidad de frenado.

Modificación del sistema de escapes:

Puede provocar contaminación ambiental por los componentes nocivos emanados en exceso y contaminación auditiva por el aumento de ruido que excede los valores permitidos.

Cambio del sistema de luces:

Puede generar poca visibilidad, confusión y/o malas interpretaciones en los conductores de otros vehículos. Además, el sistema eléctrico puede colapsar por un excesivo consumo debido a la luminaria elegida (lo que ocurre con luces que consumen más watts).

De la circular también toma parte el expiloto de automovilismo Osvaldo Abel López. El deportista sostuvo que “los profesionales corremos con autos preparados sujetos a las normas de este deporte y respetando las reglas. No es lo mismo conducir por las calles con un auto que fue modificado, porque estas superficies son imperfectas y no están pensadas para el manejo agresivo y la velocidad. Además, estos vehículos están diseñados por los expertos para ser seguros y al intervenirlos pierden esta capacidad”.

Opinión experta:

Respecto de la temática, que como es lógico se tomó los portales al otro lado de la cordillera, Cristina Catalán -fundadora del taller AMC Performance- concluye que es necesario distinguir. Dice que el concepto tuning no es la modificación de un auto en sí, sino que la puesta a punto del mismo vehículo. O sea, los autos modificados son significativamente más numerosos que los tuneados.

Respecto de las alteraciones, cree que “mucho depende de la calidad de los elementos que se utilicen. Porque, por ejemplo, un Ford Mustang de serie es un vehículo que da coletazos con la parte trasera y que muchas veces no frena como uno esperaría. Cuando tú le pones un neumático más ancho o frenos más grandes y de mejor calidad, puede terminar haciéndolo un mejor vehículo”. Agrega que “lógicamente hay un aspecto técnico que revisar que, si queda en manos de una persona que no es un profesional, es obvio que se terminará afectando ejes, masas, terminales de dirección y todo lo que este manifiesto plantea”.

En relación con modas como la denominada oni camber, que inclina en un peculiar ángulo las ruedas del vehículo, la profesional dice que “es precisamente eso, una moda y un peligro, y que no aporta en nada más que llamar la atención. Es como otras cosas sin mucho sentido como ponerle un alerón a un citycar”.

Por último, la empresaria llama a no crear legislación basada en quienes llevan mal una tendencia, puesto que pagan justos por pecadores. “En Chile muchas veces por unos pocos que manejan mal, terminan todos ganándose un lomo de toro, algo que le hace terrible al auto”.

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