Con mirada fija al frente y sin decir una sola palabra. Así entró al Palacio de La Moneda, la tarde del 27 de septiembre del 2024, el entonces general director de Carabineros, Ricardo Yáñez. Ya a esa altura la máxima autoridad de la policía uniformada había agotado todas sus estrategias para postergar su formalización por presuntos delitos omisivos en el estallido social.

Rodeado por sus escoltas y su alto mando, esa jornada subió hasta la oficina del Presidente Gabriel Boric, a quien le comunicó “su retiro voluntario”. En una reunión de menos de 30 minutos, Yáñez puso fin a 1.408 días a cargo de la institución de las carabinas cruzadas.

Ese día, el alto jefe policial tuvo que someterse, a regañadientes, a lo que se llamó el “criterio Tohá”. Esa regla, impuesta por la ministra del Interior de ese entonces, Carolina Tohá, establecía que ninguna autoridad que dependiera del gobierno se mantendría en el cargo si la Fiscalía decidía formalizarla. No se necesitaba condena, sino el mero hecho de una imputación en tribunales, como había ocurrido con el entonces general director.

“¿Pero usted tenía la expectativa de poder terminar su gestión?“, le consultó una periodista cuando ”el ciudadano” Ricardo Yáñez abandonaba La Moneda. ”Yo creo que cualquier persona que inicie una actividad tiene la expectativa de poder llegar al término”, respondió en seco el 23° general director de Carabineros.

El revival de una disputa

A nueve meses de ese episodio, la mañana de este lunes 23 de junio, el general (R) rompió el silencio y por primera vez otorgó una entrevista. En Radio ADN, Yáñez no sólo entregó detalles de su rol en el estallido social, lo que lo tiene en calidad de imputado, sino que se explayó también sobre la actual situación de seguridad.

En la oportunidad, además, sorprendió a todos al revelar cierta enemistad que tuvo con quienes eran “sus jefes” civiles: Tohá, en su calidad de ministra del Interior, y también Manuel Monsalve, exsubsecretario que hoy enfrenta a la justicia tras la denuncia de violación de una subalterna.

A medida que la conversación avanzaba, el exgeneral destacó el respeto que siempre mantuvo con el Presidente Gabriel Boric y marcó una diferencia “con el resto de las autoridades” que -según él- “sí tuvieron poca deferencia, poco respeto hacia el cargo”. Los dardos de Yáñez tenían nombre y apellido.

Ya sin uniforme, ni representando a Carabineros, transparentó la molestia que le hizo ver a Tohá cuando impuso su “doctrina”. “Se lo manifesté, la persona que designa al general director es el Presidente de la República y, por lo tanto, la única persona que tiene esa facultad de poder referirse, pronunciarse respecto de la continuidad o no de una autoridad es el Presidente y no otra persona”, señaló.

Y es que cercanos a todos los involucrados admiten que el episodio grafica una relación que nunca fluyó entre las autoridades del Ministerio del Interior con el uniformado. Si bien fuentes de La Tercera afirman que no había directamente una enemistad o enfrentamientos directos, sí describen la relación de Tohá con Yáñez como “distante”, lo que va en línea acerca de cómo la describió el propio expolicía a ADN: “Netamente profesional”.

La desconfianza de Monsalve

Las palabras del general Yáñez emitidas esta semana removieron otra historia, y que tiene que ver con Manuel Monsalve. Quienes trabajaban en La Moneda sabían que al igual que con Tohá, el general director nunca logró tener una conexión o relación afiatada con el subsecretario del Interior.

Es más, quienes fueron testigos de la etapa final de Monsalve al frente a la subsecretaría del Interior afirman que en los últimos meses la relación estaba quebrada entre ambos.

Cercanos al exmilitante socialista aseguran que él nunca confió en Yáñez y que su trato más directo era con el director de Orden y Seguridad (Dioscar), el general Enrique Monrás. De Yáñez pensaba que sus gestiones eran para agradar al Presidente de turno.

De hecho, hay un episodio que grafica perfecto el recelo que Monsalve tenía para con el “número 1” de Carabineros. Cuando el entonces subsecretario del Interior le pidió a la jefa de Inteligencia de la PDI, Cristina Vilches, revisar las cámaras de seguridad tras su salida con la funcionaria que posteriormente lo denunció, hubo un dato que lo hizo pensar en que podría haber sido víctima de una operación de Carabineros.

En su testimonio judicial Vilches señaló que cuando personal de Inteligencia de la PDI llegó a revisar las imágenes del Hotel Panamericano, donde ocurrieron los hechos, ya antes había estado personal de la Dirección de Inteligencia, pero de Carabineros.

Como Monsalve por esa época les había comentado a sus cercanos, y a la propia denunciante, que pensaba que habían sido drogados, pasó por su cabeza una especie de “vendetta” por parte de la policía uniformada, por la abrupta salida de Yáñez.

Aunque este dato lo ha expuesto a cercanos, no lo dejó por escrito en su declaración judicial. Ante los fiscales, Monsalve sólo esbozó las dudas que generaron las supuestas diligencias de Carabineros, pero nada de esa hipótesis que involucraría a la exautoridad policial.

“Ya basta”

La mañana del 13 de marzo del 2023, el general Yáñez llegó hasta Concepción. Horas antes, el cabo Álex Salazar había sido atropellado por un delincuente y se encontraba en riesgo vital. Antes de que, finalmente, el funcionario policial falleciera, el general director de Carabineros emplazó, en duros términos, al Congreso y al mundo político a legislar para proteger a los policías.

“Las herramientas que tenemos no son las suficientes y hoy día tenemos que fortalecer las capacidades para que trabajen con energía, con fuerza contra la delincuencia. ¡Ya basta, ya basta!”, dijo Yáñez con un tono quebrado.

Pero el emplazamiento del general, quien posteriormente debió enfrentar la muerte de más funcionarios, no cayó bien en el Ejecutivo.

El subsecretario Monsalve, en ese entonces, ironizó ante la intervención del general: “Me pregunto si es parte de sus funciones, y yo creo que no, porque él tiene los canales abiertos con el gobierno”.

Las cuestionadas palabras de Yáñez llevaron a que la ministra del Interior citara a La Moneda al general para presentarle sus reparos por sus dichos. No gustó el tono que adoptó la autoridad policial, mucho menos que emplazara al Congreso.

Este fue uno más de los episodios que habrían marcado la distante relación de la ministra Tohá con Yáñez, dada la molestia que generó el llamado de la autoridad de gobierno. “Fue citado a La Moneda para dar explicaciones mientras uno de sus hombres agonizaba”, recuerda un conocedor de lo sucedido.