Códigos que ocultan la vergüenza

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Benjamín Inostroza celebra su primer gol por la U, en 2012, con el pelo tijereteado. Foto: Archivo

Ex jugadores y técnicos de divisiones inferiores precisan que el acoso es un fenómeno nuevo en los camarines juveniles. Y algunos hasta le quitan gravedad.




La irrupción del bullying en el fútbol joven de Chile estremece. El fenómeno, que denunció ayer La Tercera, replica el que se produce a nivel escolar y varios se niegan a aceptar su existencia. Lo disfrazan. Lo ocultan, quizás inconscientemente. Apelan a los códigos tan propios de la actividad. Lo catalogan como broma. Lo relativizan. Le quitan importancia.

Luis Mena habla desde dos posiciones. Desde la experiencia que le entrega su paso como futbolista en Colo Colo y, ahora, desde la que empieza a obtener como técnico de la categoría Sub 15 del Cacique. "Leí el reportaje y quedé algo impactado, preocupado. Son cosas extremas. Llegar a los golpes o más es una situación difícil. Definitivamente, no se puede aceptar", dice el ex capitán albo.

En Macul apuestan por la prevención. "Se dan casos aislados, como que uno se crea mejor que el otro y que se lo imponga a sus compañeros. Ahí hay que tomar medidas rápidas, porque son cosas que no se pueden permitir. Uno tiene que buscar el trabajo en equipo. El bullying, si existe,hay que atacarlo rápido, desde chicos. No hay que olvidar que el fútbol competitivo parte en la Sub 8. Como jugador siempre evité los abusos. Y eso de cortarles el pelo a los chicos nunca me gustó. Y tampoco me lo hicieron", insiste.

Leonardo Véliz es drástico, aunque aclara que no fue testigo del fenómeno. "Nunca vi este tipo de conductas en las inferiores. Si se da, es porque los técnicos no destinan tiempo para la educación. Se han introducidos temas parecidos a los mechoneos y eso es denigrante. Raparte, peladillas y otros 'ritos' no se hacían antes", dice el Pollo.

Jorge Aravena, ex volante de la UC y ex seleccionador juvenil, coincide con Véliz en que el fenómeno es nuevo. "En la época en que jugaba, no teníamos derecho a hablar en el camarín, pero a nadie se le habría ocurrido cortarles el pelo a los juveniles para que hagan el ridículo, como ahora. Hoy, ese tipo de conductas están institucionalizada, lo que no significa que sea normal. Lo que pasa es que nadie quiere hacerse problemas", afirma el Mortero. Incluso, se anima a precisar el nacimiento de los excesos. "Esto pasa hace diez años, 12 cuando mucho. Yo sugería que no lo hicieran, pero no me calentaba la cabeza tampoco. Pasa en todos lados, en todo caso. En Argentina y en México también sucede. Son modas desafortunadas que, para peor, se imitan", añade.

Juan José Ribera, ex DT de Coquimbo Unido y futbolista formado en la UC, prefiere restarle dramatismo a las prácticas propias de los camarines. "Bullying es un palabra muy dura. Lo del corte de pelo o las bromas que se les hacen a los juveniles en las pretemporadas son para meter a los chicos más rápido en el grupo. Cuando jugaba, siempre llevé la batuta en eso de las bromas, pero sanamente. Nadie quiere causar daño. A veces, el mechoneo de los universitarios es más peligroso. Me toco subir al primer equipo de la UC en un plantel en que estaban Nelson Tapia, Mario Lepe y Dante Poli y siempre nos hacían bromas. En el fútbol hay bromas, no bullying", concluye.

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