Más británica que una taza de té. Ese es el tipo de encanto que genera esta secuela a la cinta familiar del 2005, también protagonizada por Emma Thompson como la nana mágica que todo lo arregla. A diferencia del clásico cine infantil de consumo, acá no hay animales parlanchines ni protagonistas digitales. Sólo una entrañable historia y humor inglés. Bueno... excepto una coreografía acuática con cerditos. En medio de la II Guerra Mundial, una granjera intenta sobrellevar su vida en la campiña inglesa, mientras su esposo está en el frente. Sus hijos son algo traviesos, sus estiradísimos primos de la ciudad acaban de llegar y, además, debe afrontar la posible venta de la granja bajo presión de cuñado bueno para nada. Todo parece complicado hasta que aparece Nanny McPhee, una poco agraciada señora, dispuesta a enderezar a los chiquillos en cinco lecciones. Con un sólido y emotivo guión escrito por Emma Thompson, el filme se sostiene gracias a su aliento clásico, a las hermosas locaciones y a un efectivo elenco secundario.