Escalona y Andrade: el quiebre definitivo

Las críticas de Camilo Escalona a la millonaria pensión de la ex esposa de Osvaldo Andrade precipitaron la marginación del diputado del grupo Nueva Izquierda y consolidaron el distanciamiento entre dos históricos aliados del socialismo.




Hasta la sede del PS, en calle París, llegaron el lunes 11 de julio un grupo de dirigentes de las facciones internas que conforman el pacto “Nueva Mayoría Socialista”, acuerdo que llevó a la senadora Isabel Allende a la presidencia de la colectividad.

Iban para realizar su habitual reunión semanal de análisis de coyuntura. Sin embargo, pese a lo rutinario del encuentro, la cita se enmarcó en un complejo contexto: la millonaria pensión de la militante socialista Myriam Olate, otrora subdirectora técnica de Gendarmería y ex esposa del diputado PS Osvaldo Andrade, hito que tensionó la vida interna del partido.

En la reunión ocurrió un hecho a estas alturas simbólico. Quienes participaron del encuentro aseguran que un dirigente cercano a Andrade, Alberto Barrera, informó algo que en el partido se auguraba inevitable: el presidente de la Cámara de Diputados ya no pertenecía a la tendencia socialista Nueva Izquierda, grupo liderado por el ex senador Camilo Escalona, histórico aliado del propio Andrade.

Lo anterior fue el epílogo de una serie de hechos que enfriaron una relación política de años. El gatillante, por cierto, fueron las duras críticas que Escalona realizó a Olate desde que se revelara su pensión de más de $ 5 millones, hecho que actualmente es analizado por el Tribunal Supremo del partido. Entonces, el actual vicepresidente del PS calificó como “inaceptable” la jubilación, y dijo que “atentaba contra la igualdad ante la ley”. Esto, llamando a la propia Olate a que acudiera a las instancias pertinentes para que se recalculara su jubilación. Y las críticas las reiteró días después.

El alejamiento también se vio reflejado el 9 de julio, luego del último consejo general del PS, instancia formal de ratificación del pacto municipal. Luego de ese evento, la Nueva Izquierda realizó un encuentro nacional. Y a esa cita no llegó Andrade.

Asimismo, en un almuerzo de la bancada de diputados del PS, el martes 19 de julio, el propio Andrade comentó su lejanía de la Nueva Izquierda, aseguran los asistentes.

Los Almeydistas

La relación entre Andrade y Escalona se remonta a tres décadas atrás. Luego que en el exilio el PS se dividiera, en 1979, entre los liderazgos de Carlos Altamirano y Clodomiro Alemeyda, el socialismo chileno se disgregó en múltiples facciones.

Andrade integró un tiempo la Coordinadora Nacional de Regionales, para luego pasar al PS-Almeyda, una de las tendencias mayoritarias del socialismo en dictadura, caracterizado por una política de enfrentamiento contra el régimen de Augusto Pinochet que no descartaba la lucha armada. Uno de los jefes internos del almeydismo era, precisamente, Escalona.

Desde entonces, Andrade se transformaría en uno de los hombres de confianza del ex senador, quien desde que fuera electo presidente del partido en un comité central de 1993, prácticamente lideró la colectividad alternando la presidencia del PS con el actual embajador en México, Ricardo Núñez. El nexo de Escalona y Andrade se mantuvo hasta el segundo mandato del diputado como jefe del socialismo.

No obstante, el vínculo comenzaría a resquebrajarse en la última campaña parlamentaria. Fue en 2013 que Escalona se negó a participar de primarias como candidato a la reelección por la Región de Los Lagos, acusando presuntos vicios en el proceso. Andrade, a la fecha presidente del partido, defendió las primarias internas, en línea con una petición de la entonces candidata presidencial Michelle Bachelet, quien impulsaba la idea de aplicar ese sistema para designar postulantes al Congreso.

Después, Escalona hizo un frustrado intento de candidatura senatorial por la Región del Biobío, campaña que lo llevó a la derrota.

Otro punto de quiebre fue la última elección interna para la presidencia del PS, donde los candidatos fueron Allende y Escalona.

Si bien Andrade manifestó su apoyo al ex senador, Escalona -dicen en su entorno- resintió la falta de un respaldo más contundente. Y ese sentimiento se acrecentó con el hecho de que cercanos a Andrade que habían pertenecido a la Nueva Izquierda trabajaron por la candidatura de Allende: Alberto Barrera, Carmen Gloria Allende y el diputado Manuel Monsalve.

Comicios internos

Tras esos acontecimientos y las notificaciones internas de un quiebre definitivo entre Andrade y el lote liderado por Escalona, en el PS destacan un corolario: previo a que estallara la crisis de las pensiones en Gendarmería, al interior del PS comenzaba a incubarse un debate para suceder a Allende en la presidencia del socialismo, en el entendido de que la senadora podría renunciar a la mesa para enfocarse en una carrera presidencial.

En esta línea, Andrade ya había manifestado su intención de asumir un tercer mandato de jefatura partidaria, para ejercer de puente entre el escalonismo y el allendismo. Sin embargo, este escenario quedó suspendido luego de la salida definitiva de Andrade de la Nueva Izquierda y el quiebre con su socio de décadas.

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