La caída libre del anfitrión

ENTRENAMIENTO DE RUSIA
Foto: EFE/Sergei Chirikov

Entre 2016 y 2017, la selección rusa apenas ganó cuatro partidos en 16 presentaciones. No festejaron de local este año y hoy tienen su peor posición en el ranking FIFA (63º).




La selección de Rusia tiene sobre sus hombros una responsabilidad mayúscula: responder ante la exigencia que significa ser el anfitrión de la Copa del Mundo de 2018. Pero delante de sus ojos tienen el desafío de la Confederaciones, una ocasión perfecta para delinear el equipo que defenderá al país en el Mundial.

El punto en contra que tiene la escuadra que dirige Stanislav Cherchesov es que acarrea una serie de bajos resultados, particularmente después de 2015, que inquietan en la antesala del torneo que comienza mañana, en San Petersburgo, donde enfrentarán a Nueva Zelanda. Ello ha repercutido en la magra ubicación que tienen actualmente en el ranking FIFA.

El 2015 fue un año positivo para el seleccionado euroasiático, pese a que a mitad de año el italiano Fabio Capello dejó la banca. Lo reemplazó Leonid Slutski. Entre amistosos y eliminatorias para la Eurocopa jugaron 10 partidos, con un registro de siete triunfos, un empate y dos derrotas (73,3 por ciento de rendimiento). Clasificaron a la Euro y en ese año alcanzaron el 24º lugar en la clasificación FIFA. Pero todo lo bueno se desmoronó.

En 2016 comenzó la caída. Jugaron 12 encuentros, nueve amistosos y tres por la Eurocopa. Su flojísimo registro fue de tres victorias, tres igualdades y seis caídas (33,3 por ciento de rendimiento). Sus únicos triunfos fueron ante Lituania (26 de marzo), Ghana (6 de septiembre) y Rumania (15 de noviembre). En el ranking FIFA, el descenso fue de 32 puestos. Tras la pobre presentación en la Euro de Francia, Leonid Slutski dejó su cargo. Y apareció Cherchesov.

Como organizadores del Mundial, los únicos partidos que tiene Rusia hasta antes de la Copa son preparatorios. Nada oficial. En 2017 lleva cuatro presentaciones, con una sola victoria, y de visita: 0-3 a Hungría, en Budapest. Como locales todavía no ganan en lo que va del año; perdieron 0-2 con Costa de Marfil y empataron 3-3 con Bélgica y 1-1 ante Chile. La clasificación de la FIFA del mes de junio los sitúa en la 63º posición, la peor para Rusia desde que existe el escalafón, en 1993. De las ocho selecciones que participan en la Confederaciones, sólo superan a Nueva Zelanda en este apartado (los oceánicos son 95º).

Pese a estas consideraciones, hay confianza. Luego del 1-1 con la Roja, Cherchesov afirmó: "El equipo dio un salto cualitativo. Podremos mejorar nuestro juego antes del inicio de la Confederaciones". Lo malo para el estratega es que no podrá contar con los lesionados Alan Dzagoev y Artem Dzyuba, titulares si estuvieran en condiciones.

La ilusión también se expresa desde la máxima autoridad del país. El presidente Vladimir Putin manifestó su optimismo luego de los resultados en los recientes amistosos. "Los últimos partidos demuestran que tenemos potencial", declaró el mandatario, quien no asiste a los partidos de la liga local ni tampoco a los de la selección.

Ahora, Rusia tiene la gran chance de cambiar su pálido rostro. Y en casa.

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