Ministro vocero de gobierno: "Hablar de las dos almas de la Nueva Mayoría corresponde a un lenguaje de los 90"
Alvaro Elizalde asegura que hoy el bloque está unido tras el programa y garantiza apoyo total de los parlamentarios a la reforma tributaria. Dice que en este período de instalación el gobierno ha dado una señal real de los cambios que se quieren realizar.

A pocos días de cumplirse tres semanas de la llegada de la Presidenta Michelle Bachelet a La Moneda, el vocero de gobierno, Alvaro Elizalde, aborda la decisión del Ejecutivo de suspender la tramitación de una serie de proyectos de ley del gobierno anterior, entre ellos, tres de educación, lo que desencadenó un conflicto al interior de la Nueva Mayoría respecto de cómo se deben realizar las reformas estructurales comprometidas. Asegura que la disposición del gobierno apunta a dialogar, pero insiste en que siempre y cuando esto permita avanzar en el programa de Bachelet. "No hacerlo sería antidemocrático", concluye.
Se van a cumplir tres semanas de gobierno, ¿qué ha sido positivo y negativo en la instalación del gobierno?
La instalación del gobierno en términos generales puede ser evaluada como positiva. Lo más importante es que ha quedado clara la voluntad de desplegar la agenda de cambios que se comprometió con la ciudadanía en el contexto de la campaña presidencial con hechos concretos.
¿Y en términos negativos?
Creo que, en general, la instalación se ha realizado con las complejidades propias del proceso de cambio de mando, pero lo más importante es que el gobierno ha tenido una actitud activa para resolver dificultades, este es un gobierno que escucha, que evalúa, que resuelve y que actúa.
¿Tomó el consejo de que en ocasiones es bueno hacer autocríticas?
Creo que siempre las críticas constructivas son bienvenidas, porque nos permiten realizar de mejor forma nuestro trabajo, y si hacemos nuestro trabajo bien mejora la vida de los chilenos y esa es la esencia de nuestro compromiso.
Todos los gobiernos suspenden tramitación de leyes de la administración anterior. De hecho, Piñera lo hizo con Bachelet. ¿Era necesario hacerlo con un punto de prensa en La Moneda, casi como con publicidad?
Lo que el gobierno quería expresar era su voluntad de avanzar en el cumplimiento del programa comprometido con los ciudadanos. Y en ese marco, el gobierno evaluó la suspensión de tres proyectos de ley en materia educacional enviados por la anterior administración, porque estos eran malos proyectos de ley.
¿Y era imprescindible hacerlo de forma pública?
Todo lo que contribuya a la transparencia es positivo y en ese marco una decisión de esta naturaleza debía ser conocida por la opinión pública. Ahora, ¿por qué se retiran estos proyectos de ley? Porque son proyectos de ley que contradicen los principios inspiradores de la reforma educacional comprometida por la Presidenta Bachelet en el contexto de la campaña.
¿No será que querían mandarles una señal a los dirigentes estudiantiles? La decisión fue bien evaluada por ellos.
Es expresión de la voluntad política del gobierno de impulsar una reforma educacional en serio. Pero, además, la decisión tiene un sentido práctico, y es que esos proyectos no contaban ni con el apoyo del gobierno ni con el apoyo del Parlamento para ser tramitados y finalmente aprobados.
Desde la Alianza recibieron esta decisión como una señal de falta de diálogo.
En absoluto. El gobierno ha manifestado su voluntad de diálogo con todos los sectores para avanzar en la agenda de transformaciones y de cambio que forma parte de su programa y, por tanto, todos serán escuchados. Lo que llama la atención es la reacción de la oposición, porque el propio gobierno de Sebastián Piñera suspendió la tramitación de 80 iniciativas heredadas del primer mandato de la Presidenta Bachelet y esta es una reacción no sólo injustificada, sino que da cuenta de una forma de mal entender lo que es realmente la democracia. Cuando los ciudadanos son consultados, van a las urnas y apoyan un determinado programa es obligación del gobierno dar cumplimiento a ese mandato. La oposición no tiene programa alternativo, salvo el statu quo, porque se oponen a la reforma tributaria, educacional y a una nueva Constitución, en síntesis, quieren más de lo mismo.
Más allá cómo planteó el presidente del PPD, Jaime Quintana, lo de la retroexcavadora, sus dichos reflejan que en la Nueva Mayoría también conviven las dos almas que acompañaron a la Concertación, los que creen que hay que refundar todo y los que creen que hay que avanzar a partir de lo que se construyó. ¿En qué postura está el gobierno hoy?
Hablar de las dos almas de la Nueva Mayoría corresponde a un lenguaje propio de los años 90. En la Nueva Mayoría no hay dos almas, la Nueva Mayoría tiene múltiples miradas y esa es parte de sus riquezas. La diversidad del bloque es un valor que nosotros reconocemos. Aquí lo relevante es que en estas múltiples miradas existe una carta de navegación compartida que es el programa de gobierno.
Pero las reformas estructurales requieren necesariamente hacer cambios profundos. ¿No es mejor transparentar que, más allá de la forma, en el fondo Quintana tendría razón?
El ministro Peñailillo lo ha dicho con toda claridad, no existe un ánimo refundacional de parte del gobierno, pero tampoco este es un gobierno que va a hacer más de lo mismo.
El presidente de la DC, Ignacio Walker, en la revista Qué Pasa aseguró que más que retroexcavadora se necesita "tender puentes". ¿Comparte entonces ese diagnóstico?
El gobierno tiene una voluntad de diálogo con todos los sectores sin excepciones, con todos los sectores políticos y con todos los movimientos sociales, siempre para avanzar obviamente en el cumplimiento del programa. No hacerlo sería antidemocrático, ya que la gente respaldó estas ideas en las urnas.
Entonces, ¿cómo se va a definir la forma en que se va a construir ese cambio, con retroexcavadora o con puentes?
Lo que va a hacer el gobierno es su deber, que es cumplir el programa comprometido con los ciudadanos.
Hay dirigentes como Gutenberg Martínez que rechazan la tesis de querer acabar con todo lo logrado durante los últimos 24 años. ¿Cuál es su posición en este tema?
No cabe duda de que hay que valorar todo lo que Chile ha progresado desde que recuperamos la democracia. Precisamente, esa base es lo que nos permite hoy día dar un salto cualitativo para enfrentar con decisión la desigualdad. Pero lo importante aquí no es evaluar lo que se hizo en el pasado, sino que cómo construimos una agenda de futuro.
Mañana se ingresará el proyecto de reforma tributaria. ¿Cuál es el margen de incidencia que tendrá la Alianza durante la discusión parlamentaria de esta iniciativa?
La reforma tributaria está explicada en detalle dentro del programa de gobierno, y es fundamental para financiar el cumplimiento del programa. En ese marco, el gobierno va a actuar bajo la lógica absoluta de responsabilidad y esperamos que la mayor cantidad de sectores sociales y políticos se sumen a estas transformaciones.
La discusión de la reforma tributaria será la primera prueba de fuego para ver la cohesión de la Nueva Mayoría tras el programa de Bachelet. ¿Puede haber sorpresas? Hay sectores DC que ya han dado cuenta de algunos reparos.
De la conversación que yo he tenido con los parlamentarios más bien tengo una evaluación distinta. Y es que tanto senadores como diputados de la Nueva Mayoría apoyan el programa de gobierno.
En el programa Bachelet dedicó un párrafo al derecho de la libertad de expresión. Basándonos en esta definición, ¿qué opinan del cierre del diario La Nación?
El gobierno está comprometido con la profundización de nuestro régimen democrático. Y al respecto ha planteado, por una parte, la necesidad de una nueva Constitución, esto es, de un marco político institucional verdaderamente democrático. Requerimos de una Constitución nacida en democracia y adicio- nalmente, la democracia también debe, pero para que tengamos una democracia sólida se requiere no sólo libertad de expresión, sino que diversidad editorial, de la línea editorial de los medios de comunicación para que todas las miradas puedan expresarse libremente. En ese marco, el gobierno trabajará precisamente para que en Chile haya más libertad de expresión, más libertad de prensa y de diversidad editorial de los medios de comunicación en todas las áreas.
¿Pero eso significa que no hay una posición clara respecto de la reapertura de un medio del Estado?
En esa materia nosotros no compartimos la decisión adoptada por el gobierno de Sebastián Piñera, y estamos trabajando en una agenda que será oportunamente anunciada para promover libertad de expresión, por una parte, y diversidad editorial de los medios de comunicación.
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