Muere Payo Grondona, voz atípica de la Nueva Canción Chilena
Desde romances hasta el rock de La muerte de mi hermano, Grondona metió lo urbano en el cancionero chileno. Será velado en Valparaíso.

Un cantautor al margen, dirán sus reseñas, pero a él le gustaba corregirlo, según cuentan sus cercanos: "un músico orillero". Gonzalo "Payo" Grondona, uno de los exponentes más particulares de la Nueva Canción Chilena, y hasta hace poco trovador y cantautor activo, falleció ayer, conservando su lugar en la costa, en el cerro Recreo de Viña del Mar, a pocos kilómetros de su natal Playa Ancha, donde comenzó el viaje que ahora lo deja en su sitio particular del cancionero chileno.
Grondona sufrió un accidente vascular encefálico en agosto de 2012. En adelante, varias complicaciones lo hicieron volver al hospital. En diciembre sufrió una hemorragia que lo tuvo internado en el Hospital de Quilpué. Ayer en la mañana, su familia lo había trasladado a una casa de reposo en el cerro Recreo. Murió cerca de las 18.50 horas, a los 68 años, por complicaciones derivadas de su accidente. Su despedida será en el Teatro Municipal de Valparaíso, donde se estarán velando sus restos desde el mediodía.
"Lo despediremos ahí porque él es el gran cantor de Valparaíso y, también, de lo urbano", explica el músico de Inti-Illimani Jorge Coulón, quien anoche y durante los últimos días visitó a Grondona. Fue parte de la Nueva Canción Chilena, pero desde el comienzo -su primer disco, El Payo, fue publicado en 1970- ocupó un lugar atípico entre las voces principales de la Unidad Popular. "¿Por qué no ser más natural y declararse un intelectual de izquierda? Yo prefiero ser cajón de sastre, donde cabe mucho, antes que ser un ataúd", decía en 2007, en entrevista con La Nación.
Banjo rock
"Siempre que la gente nos comenta que la Nueva Canción Chilena era puro folclore, les mostramos a Payo Grondona", comenta Coulón. Ataviado de su banjo, a veces de terno y corbata, Grondona clavó imágenes cotidianas en el cancionero nacional, como el romance dominical de La Nelly y el Nelson o la historia de una pareja en búsqueda de un motel en Il Bosco; y también compuso en 1965, junto a Orlando Muñoz, una piedra base del rock nacional: La muerte de mi hermano, que grabaron Los Mac's. Detrás queda "un legado increíble, siempre de orilla, que logró dar vuelta todas las convenciones", explica Patricio González, director de las Escuelas de Rock de Valparaíso y cercano al músico.
Su último disco, Cancionero político, fue editado en 2007. Una producción que alcanzó a ser escuchada por una generación que hoy también rescata su historia. Como el músico Nano Stern, que en 2010 tocó junto a Grondona en el festival Rock Carnaza de Valparaíso, en una de sus últimas apariciones masivas. "Hoy siento una gratitud enorme por haber tocado con él: pudimos conocer el humor, las historias y el sarcasmo exquisito de un tipo que se metió con un banjo ahí donde todos eran de bombo y charango", comenta Stern.
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