Muerte de Patricio Aylwin: Sus frágiles pero estrechas redes con la derecha
Forjó grandes alianzas con figuras de RN como Onofre Jarpa y Andrés Allamand y cercanía con Piñera. Con la UDI tuvo complejos momentos a raíz de indultos a ex presos políticos y el asesinato de Guzmán.

Tras recibir en 2008 de manos de Michelle Bachelet un premio llamado Héroe de la Paz, Patricio Aylwin sorprendió a todos al decir: “Siento el deber de expresar públicamente mi gratitud a Sergio Onofre Jarpa, ex presidente de Renovación Nacional”.
Según siguió diciendo, su reconocimiento apuntaba al rol que Jarpa -dos años menor que Aylwin- había cumplido para sacar adelante las reformas tributaria y laboral que impulsó en su gobierno tras retornar a la democracia.
En la misma ceremonia ocurrida en la sede de Santiago del congreso nacional Aylwin catalogó a la UDI como un partido que ejercía una oposición “muy notoria e intransigente”.
Las descripciones que hizo el ex presidente DC cuando ya retirado de la política y con 69 años, refleja, según explican coetáneos del ex mandatario, su relación con la derecha.
Para muchos -incluida su hija Mariana-, su gran aliado político en el entonces sector opositor, fue justamente el ex ministro de Interior de Augusto Pinochet, con quien habían forjado una amistad desde que ambos buscaron la caída del gobierno de Salvador Allende previo al golpe militar de 1973.
“Se respetaban mucho con Sergio Onofre Jarpa”, recuerda Alberto Cardemil, militante RN y ex subsecretario de Pinochet. “Cuando habían formado la confederación por la democracia hicieron una gira don Patricio, don Sergio y Eugenio Velasco, el padre de Andrés Velasco, y andaban buscando candidatos, yo era abogado recién recibido y me buscaron para la candidatura a diputado por Curicó en el año 70”, agrega. Mientras que el hijo del ex presidente RN, Francisco Jarpa, retrata que “ambos tenían la capacidad de pensar en los proyectos importantes para el país y ponerse de acuerdo en cosas fundamentales más allá del aspecto política”.
Según describen, cuando fue ministro de Interior Jarpa, antes del plebiscito de 1988, los lazos se fueron afianzando. Y pese a que públicamente el secretario de Estado se manifestaba en contra del llamado Gran Acuerdo Nacional celebrado en 1985, su apoyo quedó reflejado en la activa participación de uno de sus discípulos más director, Andrés Allamand.
Pese a las diferencias de edades, el ahora senador RN llegó a tener una relación de confianza con el ex presidente DC, e incluso, más de alguna vez se juntó con él y con quien fue ra uno de los arquitectos de los acuerdos del primer gobierno en democracia, Edgardo Boeninger.
Allamand posee anécdotas con el ex mandatario: “Siempre me decía, ‘Andrés, que le vaya bien, pero no tan bien. El siempre consideró que nuestro rol como una derecha abierta, colaboradora y democrática era fundamental. Cuando lo fui a ver para despedirme de él en sus últimos días de mandato en La Moneda, me dijo que estaba satisfecho, que había cumplido su misión y que estaba en paz con la historia”.
Aunque desde la UDI hay sectores que resienten todavía una suerte de débil proactividad del gobierno de Aylwin tras ocurrir bajo su periodo el asesinato de Jaime Guzmán, varios reconocen que entre él y el ex mandatario, había una buena relación.
El ex presidente UDI, Patricio Melero, recuerda que la época más dura del gremialismo con Aylwin, fue cuando se discutió cambios a la constitución en 1991 que, a juicio del gremialismo, abrieron la puerta para que en 1994 se concretaran indultos presidenciales para quienes en la UDI son catalogados como terroristas.
“El punto más complejo con él, para el caso particular de la UDI”, relata Melero, “lo tuvimos con su modificación a Constitución para entregar el indulto a los terroristas y el discurso de Jaime Guzmán en el Senado y la posición de rechazo a esa propuesta que además generó una diferencia con Renovación Nacional que la apoyó. Quedamos solos y se desencadenó después el asesinato de Jaime”, dice Melero.
Varios recuerdan que Guzmán y Aylwin sostenían largas conversaciones, y que incluso se visitaban en sus casas. Ambos se unieron en oposición a Allende en la Confederación Democrática (CODE), unión que tuvo un histórico episodio en el encuentro del Arroyo de Chiñigüe, a donde llegaron también Francisco Bulnes y Sergio Diez, ambos del entonces Partido Nacional, germen de RN.
Sin embargo, Joaquín Lavín, quien era vicepresidente de la UDI cuando Aylwin asumió, describe que lejos el momento peor que se vivió con el ex mandatario fue el asesinato a Guzmán. “Ese fue el momento más tenso… Pero con el tiempo hemos he ido revalorizando el rol de Patricio Aylwin y sintiendo que a él le tocó difícil”.
Por su parte, Mariana Aylwin recuerda que además su padre se entendía muy bien con “los dos Manueles”, refiriéndose a Manuel Bustos (dirigente gremial) y Manuel Feliú, empresario ligado a la derecha. La referencia de la hija del ex mandatario alude a que en ese minuto, mientras la reforma laboral era una de las prioridades del mandato de Aylwin, debía pasar la barrera del sector empresarial.
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