Plan escolar que incorporó incentivos logra reducir bullying

Estudio de la U. del Desarrollo a 320 alumnas, entre marzo de 2009 y noviembre de 2010, indica que disminuyeron las agresiones.




La Encuesta Nacional de Convivencia Escolar del Mineduc, aplicada a estudiantes de 8º básico en 2011, reveló que el  25% de los escolares dicen ver casos de  bullying a diario. Informar del tema, campañas educativas o hablarlo en reuniones de apoderados hasta ahora no ha sido efectivo.

Pero un plan a largo plazo que no sólo involucró a toda la comunidad escolar, sino que además sumó incentivos a los alumnos, ha mostrado buenos resultados en el Colegio Mariano de Santiago.

Así lo muestra un estudio publicado por la U. del Desarrollo que tomó experiencias exitosas de programas de prevención e intervención de bullying y lo aplicó en 320 alumnas de 4º básico a 4º medio (8 a 18 años), entre 2009 y 2010.

Tras el plan,  los resultados mostraban que todas las expresiones de violencia escolar disminuyeron. Por ejemplo, poner sobrenombres a los compañeros  bajó de 11% a 5,9%, mientras que las amenazas de 9% a 2%. Y aunque el plan terminó formalmente, se sigue aplicando con buenos resultados. ¿Cuál fue la clave del éxito?

INCENTIVOS Y ALUMNOS

El programa realizó intervenciones en los distintos niveles: sala de clases, alumnas y familias. Al inicio de la intervención se les aplicó un cuestionario a las alumnas para determinar si fueron testigos de bullying o si fueron agredidas.

El plan duró más de un año, tenía evaluaciones cada 15 días y sumó una serie de prácticas novedosas, como incentivos directos a las alumnas mejor evaluadas por comportamiento antibullying y un simple sistema que permitió a los docentes conocer algunos problemas que estaban ocurriendo en su curso, pero que desconocían: en una cajita las alumnas podían contar confidencialmente situaciones de violencia. Así, los profesores podían intervenir y ayudar.

Charlotte Saxton, coordinadora del Colegio Mariano, explica que al iniciar el programa estaban preocupados por el tema, aunque no tenían situaciones de bullying identificadas. "La comunidad se lleva bien. Pero nos preocupó diagnosticar para pesquisar los elementos más finos que nos puedan ayudar a prevenir situaciones más complejas", aclara.

Felipe Lecannelier, sicólogo de la UDD a cargo del estudio, dice que el programa fue efectivo por tres grandes razones: incluyó a toda la comunidad escolar (alumnos, profesores, inspectores y la familia); fue a largo plazo; e incorporó fórmulas para incentivar a las niñas a comprometerse y participar. Un camino próspero para lograr la adecuada educación en el respeto y la tolerancia. "Muchas veces en los colegios se hacen pequeñas cosas y aisladas. Se piensa que con un par de charlas y esloganes están listos, pero es la continuidad y la estabilidad lo que hace efectivo un programa", aclara.

PREMIOS Y CONCURSOS

En primero y cuarto básico se desarrolló un concurso del buen trato, donde conductas esperadas como la amabilidad y el compañerismo eran premiadas cada 15 días, en base a evaluaciones personales y del grupo. La ganadora obtenía una chapa con la imagen de la campaña. "Se las se ponen en el corbatín o las mochilas, lo que les permite a los profesores de todo el colegio saber que tenían un buen comportamiento y felicitarlas", indica Saxton.

En las más grandes el reconocimiento era público.

"Se ha descubierto que cuando los alumnos son los protagonistas principales es más efectivo.  Si se les presiona, reaccionan de manera negativa", dice Lecannelier.

Otra clave: incorporar el tema de la convivencia dentro de la cultura escolar. Que sea tan normal, dice, como hacer gimnasia.b

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