El cabello rubio que se comercializa en la Unión Europea procede principalmente de Rusia y Ucrania, donde operan como intermediarios más de una treintena de "agentes del pelo". Al mercado le interesa sobre todo el cabello rubio con un brillo natural, afirman los comerciantes.

Y para obtenerlo, la fuente más barata son las mujeres de Europa del este, que poseen un cabello rubio natural y necesitan convertirlo en dinero. Uno de los intermediarios clave es el estadounidense David Elman, jefe de la compañía Virgin Raw Hair, con sede en Kiev.

Elman, de raíces europeas, vendía pelucas en Estados Unidos, pero desde hace unos años cambió su negocio por las trenzas rubias. "La demanda es alta, pero no puedo distribuir más de 150 kilos a la semana de cabello rubio", afirma. Especialmente los salones de belleza europeos y estadounidenses demandan este producto para ofrecer a sus clientes extensiones de pelo naturales.

Según Elman, el pelo eslavo es popular porque en estructura y color es similar al de las mujeres occidentales. Pero al contrario que su principal competidor en ventas, el pelo de las mujeres indias o chinas, las trenzas ruso-ucranianas no hay que decolorarlas primero.

En las peluquerías y salones de belleza occidentales, una cliente puede llegar a pagar más de US$1.350 para embellecer su melena con pelo importado de la antigua Unión Soviética. Sin embargo, estos elevados precios no han disuadido a la demanda, afirman expertos del sector.

"Cada año tenemos más clientes que quieren algo exclusivo", dice Volker Wolf-Strahm, del salón de belleza Cutting Club en Berlín. Sobre todo las peluquerías de lujo alemanas demandan cabello ucraniano, añade.

Natalia Vinokurova, de 26 años, es una de las proveedoras de cabello de Belli Capelli, una de las principales mayoristas del sector que en 2009 facturó US$16 millones en venta de pelo. La joven ganaba US$300 al mes trabajando en la agricultura, pero recientemente vendió su cabellera rubia de 40 centímetros por US$50.

Según los medios, los problemas económicos son la principal causa que fuerza a las mujeres rubias del este de Europa a vender su cabello. Al parecer, las ventas son especialmente altas al comienzo del año escolar, cuando los niños comienzan el colegio y hay que comprar libros y uniformes.

Para Alexei Kunznetsov, dueño de Belli Capelli, este cabello es "oro ruso". Basta un sencillo anuncio pegado en las estaciones de autobús y metro de Kiev para atraer a proveedoras. Pero no todas las mujeres de la antigua Unión Soviética pueden vender su melena al primer comprador extranjero. El país europeo más autoritario, Bielorrusia, prohíbe el comercio de cabello y considera la compraventa de pelo humano un crimen.