Está pasando a un océano de distancia, a miles de kilómetros de los escenarios chilenos, pero el impacto es cercano. La noche del pasado jueves 18 empezó en Barcelona la nueva versión del festival Sónar -cita que hermana electrónica, vanguardia y nuevas tendencias-, la que esta vez funciona como una suerte de preámbulo para un hito hasta ahora inédito: por primera vez, uno de los eventos más reputados del planeta recalará de manera masiva en Sudamérica, con réplicas en Bogotá, Sao Paulo, Buenos Aires y Santiago.

En el caso chileno, el espectáculo fue rebautizado como SónarSound -debido a que otra empresa tenía inscrita la marca original- y se hará el sábado 5 de diciembre en los Hangares de Suricato, ex Aeropuerto de Los Cerrillos, donde se desplegarán varios escenarios de distinta envergadura y una serie de áreas que darán espacio a actividades de innovación, instalaciones artísticas y plataformas multimedia.

Además, en las últimas semanas sus organizadores han cerrado el punto más  esperado de la fiesta: el menú de artistas que protagonizarán la velada. Para su primera vez en la capital, ya fueron amarrados los nombres de dos créditos británicos, ambos de generaciones distintas, el dúo The Chemical Brothers y la banda Hot Chip. Leyenda y actualidad como cabezas de cartel.

Así también lo han informado algunos medios internacionales, como el sitio web Popload, uno de los más respetados de Brasil, que ayer anunció que ambos conjuntos liderarán todas las ediciones del Sónar de la región. Además, se espera que este fin de semana el propio festival oficialice los primeros nombres para sus sedes sudamericanas.

En tanto, el resto del cartel se irá revelando de manera parcelada en las próximas semanas, con la posibilidad real de que varios de los ilustres que por estas horas animan la cita en Barcelona también se puedan repetir el plato al fin del mundo. Sin ir más lejos, tanto The Chemical Brothers como Hot Chip son parte de la versión catalana. Mirando con más detalle el cartel, hay créditos de menos presencia masiva, pero de sobrada reputación en el circuito -como el británico Evian Christ o el productor español Pional- que también podrían integrar el listado chileno.

Igual, la sola visita de los dos headliners ya cerrados garantiza espectáculos de alta intensidad y de una experiencia audiovisual embriagante. En el caso de The Chemical Brothers, la agrupación de Tom Rowlands y Ed Simons materializará su tercera vez por la capital, luego de un recordado y estimulante debut de 2004 en San Carlos de Apoquindo, además de un retorno tres años después en el festival Creamfields. Ahora, los hombres de Hey boy hey girl, héroes de una electrónica bailable de espíritu rockero y psicodélico, arribarán con nuevo álbum, Born in the echoes, con salida para mediados de julio e invitados de tanto linaje como Beck y St. Vincent.

Pero más allá de la contingencia, la oferta en vivo del dúo no cambia. Así al menos lo describió El País, en la reseña del recital que ofrecieron el último jueves, en el inicio de Sónar Barcelona: “El dúo triunfó por aplastamiento, ahogando con láseres, visuales resultones, que no originales, y unas canciones que parecen fruto de haber regado con testosterona un computador”.

Con menos bagaje, aunque en plenitud de novedades, Hot Chip viene por tercera vez luego de su escala de 2010 en el Caupolicán y su paso tres años después por Lollapalooza. Ahora, la agrupación también aterrizará con un nuevo título, Why make sense?, estrenado en mayo y que los confirma como unos artesanos en esa labor magistral de revolver recursos vintage -instrumentos análogos, sintetizadores ochenteros, voces que parecen escapadas de la onda disco- con diseños más contemporáneos.

La información sobre venta de boletos se comunicará en las próximas semanas por parte de los organizadores de SónarSound, la productora Lotus, los mismos de Lollapalooza Chile y de Santiago Gets Louder (ver recuadro). Los mismos que nuevamente tienen en carpeta el desafío de traer al país uno de los espectáculos más relevantes del mundo.