Un agente de John Le Carré en manos de Seymour Hoffman
El 28 de agosto llega El hombre más buscado, una de las últimas películas con el malogrado actor.

En el puerto de Hamburgo, la ciudad con mayor ingreso per cápita en Alemania, todos tienen un poco de vergüenza. En el número 54 de la calle Marienstrasse vivieron por tres años los integrantes de la llamada Célula de Hamburgo, el grupo de cuatro terroristas de Al Qaeda que en septiembre de 2001 perpetró el atentado a las Torres Gemelas. En esos mil días ni la CIA ni los servicios de inteligencia alemanes detectaron nada anormal entre sus ciudadanos y sus aeropuertos. Ahora, con los hechos consumados, todos van desesperados tras la presa o, aún peor, algún chivo expiatorio. Todos, menos el viejo, escéptico y experimentado agente Günther Bachmann. A él no le cuentan historias.
En la película El hombre más buscado, basada en la novela homónima de John Le Carré, Bachmann viene de vuelta cuando otros empiezan. Fumador e infatigable aliado del vaso de whisky, vive por y para su trabajo. No viste a la moda como los embajadores o colegas con que se encuentra. No se afeita metódicamente, ni duerme como la gente normal. Tampoco quiere que lo presionen demasiado. Aplica su método, que choca con el nuevo orden, para buscar a los sospechosos, que en este caso nadie parece ver salvo él.
Estrenada con éxito de críticas en el Festival de Sundance 2014, El hombre más buscado fue una de las últimas películas protagonizadas por Philip Seymour Hoffman. El mismo la presentó en aquel Sundance y un par de semanas después apareció muerto en un departamento de Nueva York. Aún faltan por exhibirse en Chile God's pocket y Los juegos del hambre 3.
En la cinta, que llega a Chile el 28 de agosto dentro de un plan de estreno mundial, Hoffman se mueve como una fuerza de la naturaleza. Todo lo domina y supedita. El escritor John Le Carré, que a veces asiste a los rodajes de sus adaptaciones, contó poco después de la muerte del actor sus experiencias en la filmación. "Resulta difícil escribir con objetividad sobre la interpretación que hace Philip de ese hombre de mediana edad que va perdiendo el control o sobre cómo perfila el rumbo de autodestrucción de su personaje", escribió Le Carré hace poco en The New York Times.
En esta misma apreciación, Le Carré agregaba datos sobre la relación del actor y el director Anton Corbijn: "El realizador era un hombre tan culto y polifacético como Philip, pero él sería el primero en reconocer que no transmitía con elocuencia lo que pensaba de la vida interior de un personaje. Philip tenía que mantener ese diálogo consigo mismo, lleno de preguntas como: ¿Por qué sigo adelante con todo esto cuando, en el fondo, sé que no puede acabar más que en tragedia? Pero la tragedia atraía a Bachmann, y a Philip, como las luces falsas a los barcos naufragados".
Durante la trama de esta película, aquella sensación de vértigo que envuelve al personaje de Günther Bachmann, siempre cínico y al borde de la autoaniquilación, permea todos los poros. También ayuda al tono sombrío la fuerte composición gráfica de la cinta, con tonos azulados y fríos, con el puerto de Hamburgo y las calles de Berlín como territorio de actividades secretas y a punto de detonar.
En nombre de la patria
El hombre más buscado es la tercera película del holandés Anton Corbijn, uno de los fotógrafos y directores de videoclips más reputados de los años 80. Sus anteriores trabajos, también de contornos oscuros, fueron Control, acerca del líder de Joy Division Ian Curtis, y The american, con George Clooney como un solitario asesino a sueldo.
Si en tales cintas los derroteros personales importaban más que el medio en que ocurrían, en El hombre más buscado hay un tejido político y social que todo lo domina. El experto Bachmann es responsable y también víctima de sus circunstancias: lo trasladaron de Beirut a Hamburgo tras fracasar en una misión anterior, que a su vez capotó por errores de tecnócratas de la CIA. Ahora, el plan es dar con los responsables del atentado del 11 de septiembre y el primer sospechoso es el checheno Issa Karpov, un inmigrante ilegal que es apenas una pieza de un rompecabezas mayor. Bachmann lo sabe y por eso lo protege.
Otros personajes importantes que orbitan alrededor del agente alemán son la embajadora de EE.UU. (Robin Wright), un banquero de conexiones envidiables (Willem Dafoe) y una abogada de derechos humanos (Rachel McAdams) a la que Bachmann define al principio como "relacionadora pública de terroristas".
Las banderas del patrioterismo de la CIA se enfrentan constantemente al profesionalismo y la probidad de Bachmann, que no cree en sermones, menos de los americanos. Tal como ocurrió hace tres años con El topo, otra vez una novela de John Le Carré ha encontrado una respuesta del cine a su altura.
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