AFP estatal: que gane el “más mejol”


Pocos temas han sido tan turbulentos como las AFP. #No+AFP convocó a 350 mil personas en las calles. Hoy, tras los retiros de 10% en 10%, está la intención de desmantelarlas, bajo la hipótesis implícita de que, a medida que más gente se vaya quedando sin pensión, el Estado tendrá que ponerse.

Otros alucinados hablan de expropiar los fondos, cerca de US$230 mil millones, para crear un sistema de reparto. Un “corralito argentino” pero multiplicado por 10… aunque expropiar los fondos de los ahorrantes haya sido rechazado por la ciudadanía en las encuestas. La situación hoy, en ambiente caótico y de bajo liderazgo gubernamental, es que toda propuesta vale… si saca minutos de TV.

Por otro lado, cuando se revisan las propuestas de especialistas, como las de la Comisión Bravo desde 2015, o el proyecto de ley que se está tramitando en el Congreso a paso lento, pero ojalá seguro, resulta evidente que hay espacio para mejorar el sistema. Siempre deberá haber una pensión mínima para todos los que no alcancen a obtener un ingreso adecuado, cuyo monto irá aumentando inevitablemente a medida que nos desarrollemos.

Pero a estas alturas el sistema de AFP privadas ha perdido prácticamente toda legitimidad social y política, y seguirá siendo una espina clavada en el costado de la sociedad, por más cambios que se le hagan. Seguirán existiendo con o sin razón las dudas sobre “comisiones fantasmas”, a quién se le pagan, cuáles son los verdaderos dueños, o sobre los manejos de montos siderales de capital financiero acumulado, del orden de US$ 35 mil millones por cada AFP. Además, su pecado original e imborrable de nacimiento en dictadura será similar al de la actual Constitución.

¿Cómo sacarnos la espina? ¿Expropiar las AFP? Impensable. Los juicios internacionales nos demolerían el riesgo país. Pero hay una solución: poner la competencia de mercado a trabajar a nuestro favor, tal como lo planteó la Comisión Bravo.

Insistamos entonces en la idea de crear, dentro del proyecto de ley en trámite, una nueva AFP estatal con un robusto capital inicial, dirigida por un Banco Central Previsional, con consejeros designados y remunerados por un mecanismo similar al del Central que ya conocemos, expertos de tiempo completo. Esta gran “AFP Estado” competiría de igual a igual con las AFP privadas, a ver quién cobra las menores comisiones, quién obtiene las mejores rentabilidades, y quién provee la información más transparente acerca de cómo se están manejando los fondos previsionales acumulados, sin conflictos de interés. Según una encuesta Cadem, el 71% de los chilenos aprueba la creación de una AFP estatal. Usted en ese caso, ¿dónde escogería poner sus ahorros previsionales?

BancoEstado es una empresa eficiente, que compite con sus congéneres privados, que ha logrado bancarizar a la mayoría de los chilenos. La nueva “AFP Estado” lograría algo similar, dándole legitimidad al sistema, y sacándonos esta espinita por fin. Lo dijo Leonel Sánchez, que compitan y que gane el “más mejol”.

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