
Antialérgico

“Esta primaria consolida una mirada de unidad que es el legado intangible del presidente Boric”, dijo el diputado Diego Ibáñez a mediados de año, refiriéndose a la articulación entre el Frente Amplio, el PC y el Socialismo Democrático. Hoy, esa herencia se esfumó. Lo que alguna vez se presentó como compromiso y convicción política resultó ser un matrimonio por conveniencia: nada de pasión ni complicidad, solo una apariencia de fidelidad que se deshizo tras el resultado electoral de junio.
El último ejemplo son las declaraciones de Carolina Tohá en París. “Los complejos de izquierda que le tienen alergia a la policía, le tienen alergia al orden público, a hacer cumplir la ley. Hacer cumplir la ley no es algo de derecha. Hacer cumplir la ley es la principal protección para los vulnerables. En el reino de la selva, quienes se salvan son los que no necesitan la ley”, sostuvo.
El texto, compuesto por frases cortas y declarativas, ritmo enfático y sensación de autoridad construye un mensaje contundente que, apoyado en la repetición de ‘hacer cumplir la ley’, instala un marco moral claro: sin ley, no hay orden; y en el caos se abandona a los vulnerables. Renunciar a este enfoque es abdicar de una responsabilidad fundamental, para refugiarse en una autocomplacencia ingenua. Eso es, para Tohá, el Frente Amplio: una izquierda satisfecha con su superioridad moral, pero incapaz de traducirla en reglas, protocolos y resultados que protejan a los débiles.
Dos metáforas dramatizan la declaración de Tohá. El “reino de la selva” representa una sociedad sin ley ni orden público, en la que la supervivencia depende de la fuerza, el poder o la astucia, no de la justicia o la protección legal. Así introduce la idea de supervivencia selectiva y transforma un argumento abstracto (“necesidad de hacer cumplir la ley”) en una imagen concreta y visual.
Por otra parte, la expresión “le tienen alergia al orden público, a hacer cumplir la ley” refleja un rechazo intenso y casi irracional hacia la policía y la seguridad. Sugiere que parte de la izquierda no actúa solo con crítica, sino con una reacción visceral y automática. La frase subraya que no se trata de un desacuerdo razonado, sino de una aversión profunda. Además, el uso de “le tienen” no solo psicologiza el desacuerdo, sino marca una profunda distancia, trazando una frontera dentro de la izquierda. De un lado, quienes aceptan la fuerza legítima del Estado con controles y estándares; del otro, los recelosos, por principio, de la coerción.
El efecto es doble: diferenciarse; “yo no padezco esa alergia”, y encasillar al aliado/adversario como emocional y poco fiable en la demanda más sentida por la ciudadanía. Así, la seguridad se vuelve el terreno donde se decide qué izquierda tiene experiencia, madurez y peso para dar gobernabilidad, y cuál sostiene identidad, pero abdica de la responsabilidad.
Luego de la elección habrá que ver si este matrimonio por conveniencia va a terapia, o si agarran las maletas y se mandan a cambiar. Tal vez opten por una relación abierta o vuelvan a renovar votos. También pueden “tomarse un tiempo”. Pero, en cualquier caso, lo importante será ver si, en estos nuevos escenarios, la alergia se enfrenta de fondo o solo se disimula con antialérgicos electorales.
Por María José Naudon, abogada.
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