Opinión

Castillo apuesta por un gabinete de confrontación

Pese a incluir a un moderado en economía, el perfil del equipo ministerial del Presidente peruano no parece apostar por los acuerdos y la conciliación, sino por el enfrentamiento.

Ernesto Arias

Más allá de las señales de moderación dadas por el nuevo Presidente peruano en algunos de sus discursos tras la segunda vuelta electoral el 6 de junio pasado, la verdadera prueba del camino que tomaría su gobierno era la elección de su equipo de ministros. Un proceso que demoró más de lo previsto y que llevó a Pedro Castillo a asumir el 28 de julio sin que se tuviera claro quiénes integrarían su gabinete. Solo en la tarde de ese día se conoció el nombre del primer ministro y horas después el de la mayoría de su equipo ministerial. Una demora que, más allá de dar cuenta de las evidentes tensiones al interior de la alianza de gobierno de Castillo, confirmó que la opción elegida no es la moderación.

Una de las dudas que estaba instalada en Perú antes del juramento del gabinete era quién realmente mandaría en el futuro gobierno, si Castillo o Vladimir Cerrón, el hombre fuerte del partido Perú Libre (PL) y líder de los sectores más radicales de la alianza oficialista, que está impedido de ocupar cargos públicos por haber sido condenado por corrupción. En los hechos, la designación del gabinete dejó claro que el líder de PL ganó la partida al instalar como primer ministro a Guido Bellido, un hombre del círculo de confianza e integrante de la cúpula del partido.

Pero no solo eso. El perfil de varios de los elegidos da cuenta de un claro triunfo de los sectores más duros de la alianza oficialista, que llevó incluso a que figuras más moderadas, como el economista Pedro Francke, se negaran inicialmente a integrar el gabinete. Bellido, por ejemplo, es acusado de apología del terrorismo, por su defensa de Sendero Luminoso y representa en Perú a la izquierda más radical y ortodoxa, en tanto que el canciller Héctor Béjar es un exguerrillero formado en Cuba y defensor del régimen venezolano. Por ello, fue solo luego de que el primer ministro firmara un comunicado defendiendo la democracia, la gobernabilidad y rechazando el terrorismo que Francke aceptó asumir en la cartera de Economía.

Pero si bien la inclusión in extremis del economista fue presentada como una muestra de moderación, ella está lejos de compensar la radicalidad del equipo elegido por Castillo, que incluye figuras cercanas al brazo político de Sendero Luminoso, exguerrilleros e incluso -en el Ministerio de Defensa- a un expolicía dado de baja por colaborar con un prófugo de la justicia. Bellido deberá lograr en el Congreso los 66 votos necesarios para confirmar a su equipo ministerial, un camino que no será sencillo. La oposición tiene 79 de los 130 escaños, por lo que el oficialismo debe sumar al menos 15 votos de ese sector para ratificar al gabinete. Un objetivo complejo que ya adelanta el primer conflicto con el Parlamento a solo una semana de asumir.

Como señalaba un analista peruano, Pedro Castillo no ganó las elecciones por sus propuestas sino pese a ellas y se benefició del fuerte rechazo que aún tiene el fujimorismo -en primera vuelta logró poco más del 18% de los votos. Sin embargo, el gabinete elegido no parece dar cuenta de esa realidad y en lugar de buscar espacios de conciliación, parece más bien apostar por la confrontación.

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