Énfasis en la campaña de vacunación

Ha sido un error de parte de la autoridad de Salud el haber permitido que la campaña de vacunación perdiera fuerza entre la población, por lo que es una buena señal que se esté retomando.



El Ministerio de Salud se ha hecho eco de las críticas que diversos sectores han formulado a la pérdida de velocidad que ha experimentado el plan de vacunación contra el Covid-19 en los últimos meses, observándose un rezago sobre todo en la dosis bivalente. Con motivo de ello, la autoridad incorporó nuevos grupos de riesgo para esta última vacuna, ampliando además el rango de edad a partir de los 50 años. Asimismo, se dio inicio a una campaña para efectos de sensibilizar a la población sobre la importancia de recibir la vacuna bivalente.

Se trata de un paso ciertamente positivo, porque permite retomar una estrategia en la que el país fue señero a nivel internacional, pues de una población objetivo de 18,9 millones de personas, el 88% ha recibido la dosis de refuerzo. El cumplimiento de dichos indicadores resultó fundamental para efectos de lograr contener el avance de la pandemia y salvar vidas.

Ciertamente que el extenso periodo que la población ha vivido bajo el estrés de la pandemia provocó dosis de fatiga, lo que no solo ha llevado a relajar ciertas medidas de seguridad que siguen siendo fundamentales de mantener, sino que además se ha diluido la percepción de riesgo. Esto ha tenido implicancias en la vacunación, pues una parte de la población ya no siente que la necesite. Esto se refleja en que para el caso de la llamada cuarta dosis, el porcentaje que la ha recibido cae al 74%, donde incluso se observan un par de regiones (La Araucanía y Los Lagos) que caen por debajo del 70%.

La misma tendencia se ha podido constatar en la inoculación de la vacuna bivalente, pero con resultados aún más preocupantes. Pese a que la campaña comenzó en octubre pasado, solo un 21% de la población objetivo la ha recibido. Voces expertas han hecho ver que con este nivel de rezago existe la preocupación de que una vez que comience la época de más frío, el país pueda estar llegando sin las tasas de inmunización apropiadas, lo que representa un riesgo sobre todo para las personas de tercera edad o que tienen enfermedades crónicas.

Ciertamente que la autoridad de Salud tiene una responsabilidad importante en esta ralentización, porque ha sido evidente que desde el año pasado las campañas de vacunación prácticamente han desaparecido, a pesar de que era claro que el ritmo de vacunación venía disminuyendo. Es relevante entonces que dicha campaña finalmente comience a ser retomada, donde cabe esperar que esta vez se mantenga en el tiempo, pues es un hecho que en la época estival la ciudadanía tiende a relajarse más, y de no existir una comunicación constante, el interés en la vacuna volverá a diluirse.

Cabe no perder de vista que en el último tiempo a nivel internacional se han detectado nuevas variantes, las que si bien puede que por ahora no revistan mayor peligrosidad respecto de las ya conocidas, parecen tener mayor capacidad de contagio. Es probable que las vacunas existentes no ofrezcan protección total frente a las nuevas variantes, pero continúan siendo el mecanismo más efectivo para combatir la pandemia, ya que ante un contagio reducen en tres veces el riesgo de hospitalización respecto de los no vacunados, y en 19 veces la posibilidad de fallecimiento.

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