SEÑOR DIRECTOR:
En el contexto actual, marcado por grandes transformaciones y frente a el plebiscito constituyente de salida, la decisión editorial de TVN de quitar del programa “Estado Nacional” al periodista Matías del Río, incurre en una forma inadecuada con un impacto en el fondo de la situación, ya que la percepción de la opinión pública y de algunos profesionales del gremio periodístico se focaliza sobre una eventual censura y, por tanto, se da señal de debilitamiento para la democracia, sobre todo cuando se habla Televisión Nacional de Chile, la cadena de televisión pública de Chile.
El Art. 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos señala: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión y que este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
Dadas las actuales circunstancias cambiantes de los medios, caracterizadas por la digitalización, la aceleración de los ciclos informativos, entre otros, los profesionales de la información deben mantener como uno de sus objetivos esenciales la publicación de un contenido de alta calidad, que responda a los principios fundamentales de la ética periodística y a elevados estándares de corrección estilística.
En consecuencia, las declaraciones de carácter bastante insólito de la presidenta del Tribunal Ético del Colegio de Periodistas sobre si Matías del Río, tiene “fallas éticas graves” no parecieran ser prudenciales ni corresponder a esa instancia y más aún si no se aclara cuáles son esas fallas. Compete al canal dar las explicaciones pertinentes que den cuenta del actuar de sus periodistas y por cierto, velar por su dignidad y el valor profesional de su trabajo.
María José Labrador B.
Profesora Investigadora Facultad de Comunicaciones Universidad del Desarrollo
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