Opinión

Gracias Presidente

Óscar Landerretche no tendrá que esperar a ver si en un futuro gobierno de derecha el país vuelve a ser incendiado. Fue nada menos que el Presidente Boric quien, muy pedagógicamente, aclaró las dudas del economista: no es obra de la suerte que en la actual administración no existan protestas ni movilizaciones sociales de envergadura. Y no fue azar que el primer gobierno de Sebastián Piñera tuviera que enfrentar en 2011 un movimiento estudiantil que durante más de un año tuvo al sistema educacional paralizado, con tomas de escuelas y facultades universitarias, muchas de las cuales terminaron vandalizadas, con su infraestructura y equipamiento dañado, además de una espiral de violencia que terminó de socavar de forma irrecuperable los liceos emblemáticos.

Tampoco fue suerte que en 2019 y, de nuevo bajo un gobierno de derecha, el país viviera un estallido social, una ola de fuego y destrucción sin precedentes, cuyas consecuencias en materia de inseguridad, deterioro del orden público, de la convivencia y el Estado de Derecho, siguen hasta hoy afectando nuestra cotidianeidad. No, definitivamente no fue resultado de la suerte o del azar. Por fortuna, el primer mandatario ha tenido la gentileza de ilustrarnos que esas cosas no pasan cuando su sector político gobierna y sí pasan cuando gobierna la derecha. La razón: sólo quienes hoy habitan el poder pueden asegurar la gobernabilidad.

Con todo, lo que tampoco es obra de la suerte ni el azar es que la generación hoy gobernante, incluido el propio Presidente Boric, fuera la que impulsó y encabezó las movilizaciones tanto en 2011 como en 2019; que esa generación jamás haya cuestionado ni la envergadura ni las consecuencias que dichas movilizaciones tuvieron para el país; mucho menos efectuado una mínima y sincera autocrítica. Al contrario, hasta hoy esa generación y sus fuerzas políticas siguen reivindicando y celebrando esos hechos. En eso, al menos, siempre han sido sinceros y transparentes, igual que el primer mandatario, cuando ahora nos explica quiénes son los que en Chile pueden garantizar la gobernabilidad y quiénes no.

Óscar Landerretche ya puede dormir tranquilo. Su duda vital fue resuelta incluso antes de ser planteada: Chile no necesita esperar otro gobierno de derecha para saber lo que ocurrirá en materia de movilizaciones sociales e intentos de desestabilización. Lo ocurrido en 2011 y 2019 dejó de ser un precedente implícito; finalmente tenemos claro quiénes pueden darnos gobernabilidad. Que no se diga que no fuimos advertidos. En una de esas, hasta la propia derecha se entera de una vez que el factor que en Chile explica las crisis de gobernabilidad, está directamente conectado con su nueva e inexcusable capacidad de ganar elecciones.

No queda entonces más que agradecer al Presidente de la República. Es de un valor inestimable saber al fin que, si durante esta administración no ocurren cosas similares a las de 2011 y 2019, no es obra de la suerte ni del azar.

Por Max Colodro, filósofo y analista político

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