SEÑOR DIRECTOR:
Sin lugar a duda, es un derecho del consumidor que lo comprado en el comercio establecido sea un producto original, ya que las falsificaciones no pasan los controles de calidad que garantizan un consumo seguro.
Los cuestionamientos que han surgido en las últimas semanas sobre la eventual comercialización de productos falsificados en el comercio formal en Chile inciden en varios aspectos de las políticas públicas.
No es lo mismo comprar productos falsificados que productos originales de segunda selección, lo cual lo permite la propia Ley de Protección al Consumidor. Si no se informa oportunamente la condición de ser un producto usado o con algún deterioro simplemente rige la garantía legal, que habilita para solicitar el cambio, devolución o reparación gratuita ahora en el plazo de seis meses.
Toda la lógica de protección al consumidor tiene como supuesto básico que las transacciones se realicen en locales que cumplan las exigencias legales. La Ley de Protección al Consumidor establece un muy claro deber de los consumidores de celebrar operaciones de consumo con el comercio establecido. El comercio informal en Chile, en espacios públicos, ha sido una constante y está lamentablemente muy presente. La informalidad en la venta de productos es un fenómeno social complejo y multidimensional, y que requiere la urgente intervención de diversas autoridades, porque es un ambiente propicio para la comercialización de productos que pueden afectar significativamente la salud de los consumidores, pone en peligro la innovación perjudicando el acceso del consumidor a nuevos productos, y se pierden los derechos como consumidores.
La Ley de Protección al Consumidor ha considerado las ventajas para los proveedores de implementar programas de Compliance, que son instrumentos de gestión para asegurar los mejores estándares y el mejor cumplimiento de la normativa vigente. El contenido de un Plan de Cumplimiento puede perfectamente tener como alcance la trazabilidad de los productos originales que se comercializan, para asegurar evidencia ante algún cuestionamiento de tratarse de productos falsificados, ya que la sofisticación en la falsificación es un aspecto que exige los mayores cuidados y controles. Ello reforzará los derechos de los consumidores y además evita incurrir en ilícitos penales, ambas razones poderosas para revisar las decisiones relacionadas con la implementación de un Plan de Cumplimiento en las empresas.
Jaime Lorenzini
Socio de Lorenzini -Twyman abogados
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