Inversión de impacto: del nicho hacia una práctica estandarizada

FOTO: MARIBEL FORNEROD/AGENCIAUNO

El hacer de la inversión de impacto una alternativa realmente atractiva no solo generará mayor valor en quienes invierten y ayudará a resolver problemas que enfrentamos como sociedad, sino que, además, impulsa un desarrollo más sostenible en nuestro país.



Cada vez hay mayor consenso en que la incorporación de variables ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) en las decisiones de inversión son necesarias para disminuir riesgo y asegurar un retorno financiero de largo plazo. La pandemia ha dejado en evidencia que estamos interconectados y el mundo de las inversiones no está ajeno a ello. Aportantes, administradoras y el mercado en general, están buscando que sus inversiones renten más allá de lo económico.

A nivel global, la inversión de impacto representa una oportunidad para el sector financiero y tiene un papel relevante que desempeñar en la mitigación de los efectos de la crisis sanitaria. Si bien no tiene todas las respuestas, sí puede aportar con el conocimiento de más de una década utilizando las finanzas con foco en el bien público y puede trabajar para crear algunas de las nuevas innovaciones que se necesitan a nivel mundial.

Esta industria evidencia signos de crecimiento. Según lo publicado recientemente en la Radiografía sobre la Inversión de Impacto de Acafi, los distintos fondos de inversión de impacto en Chile administran activos por más de US$318 millones a julio 2020. Esto implica un aumento de más del doble de la cifra registrada en 2018.

A nivel mundial, una encuesta del Global Impact Investing Network (GIIN) reveló que a principios de 2020 había 1.720 organizaciones que administraban US$715 billones en esta área alrededor del mundo, cifra que también muestra un incremento respecto a los US$502 billones estimados el año anterior.

Esto da cuenta de que existen más inversionistas y proyectos que, de manera rentable, están dando solución a los grandes desafíos sociales y ambientales que enfrentamos como sociedad. Sin embargo, es aún un tema de nicho y queda mucho por avanzar.

Necesitamos que estos temas se instalen a paso acelerado y para eso tenemos tres desafíos en el corto plazo: en primer lugar, la difusión de estos temas. Mientras haya mayor conocimiento, más rápido será su desarrollo. También es clave habilitar a los distintos actores de la industria, tanto públicos como privados, y de manera transversal, considerando ejecutivos, gerencias, y particularmente directorios que cuenten con este tipo de conocimiento. Finalmente, está el velar por una regulación adecuada, que no inhiba estas prácticas y que idealmente las fomente.

Chile tiene espacio y potencial para que este tipo de iniciativas se consolide. Contamos con un ecosistema de interesados en este tipo de inversiones en pleno crecimiento, con inversionistas especializados, empresas con propósito y capital humano interesado en tener trabajos con sentido. Podemos salir del nicho y avanzar hacia una práctica estandarizada.

Para escalar la industria es muy importante que podamos seguir avanzando con un sentido de urgencia, conscientes de que llegó para quedarse y hay que prepararse en estos temas. El hacer de la inversión de impacto una alternativa realmente atractiva no solo generará mayor valor en quienes invierten y ayudará a resolver problemas que enfrentamos como sociedad, sino que, además, impulsa un desarrollo más sostenible en nuestro país.

-La autora es directora de Acafi

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