Opinión

José Antonio Kast, presidente electo

15/12/2025 - PUNTO PRENSA PERSIDENTE ELECTO JOSE ANTONIO KAST - Foto - Mario Tellez / La Tercera MARIO TELLEZ

Menos de diez años después de formar el Partido Republicano, José Antonio Kast y su equipo lo transformaron en el partido más grande de Chile y obtuvieron para su líder la Presidencia de la República. Los talentos que esa tarea exigió no son pocos, pero distintos a los requeridos para un buen gobierno. Su desafío ahora es convencer, negociar, y ejecutar un programa que resuelva los principales problemas de los chilenos.

Esa tarea requiere un sentido de realidad -Kast ha demostrado tenerlo- que lo lleve a entender que no todos sus sueños se podrán llevar a cabo; pero que tampoco le quite energía y voluntad, necesarias para concretar el cambio que ofreció a los chilenos. Para ese propósito, es funcional su concepto de gobierno de emergencia, que obliga a priorizar, que le pide ciertas renuncias, pero que le exige determinación para actuar rápido y provocar así un mejoramiento tangible de la calidad de vida de la población.

El ancho de banda que requiere el equipo de gobierno y los partidos que lo respalden es mayor al que Kast ha manejado hasta ahora. Su ampliación, no obstante, no debiera desdibujar el sentido de urgencia. Su campaña de segunda vuelta y sus primeros gestos como presidente electo sugieren que ha entendido bien el desafío. La incorporación de la familia Piñera, de Eduardo Frei, de Chile Vamos, Amarillos y Demócratas fue rápida y sin dolor, y la reunión con ocho partidos políticos durante esta semana es promisoria.

La fisonomía precisa que ha de tomar el apoyo partidario a Kast puede esperar un poco. Parece voluntarista delinearla ahora y más aún pretender, considerando los tiempos actuales de la política, planificar segundos o terceros períodos presidenciales. Por cierto, es deseable para todo gobierno, y una medida de su éxito, dejar un sucesor. Pero también pareciera ser que eso sería más bien la culminación de un proceso virtuoso de coalición que un constructo anticipado producto de la planificación.

Lo que sí es urgente es una implementación exitosa del plan para los primeros 90 días. El uso apropiado de la potestad reglamentaria del Ejecutivo en materias de inmigración, política carcelaria y permisología; y sobre todo, aprovechar el sentir mayoritario de la población para resolver legislativamente temas como las reglas de uso de la fuerza. El discurso del presidente electo del domingo, criticado por estetas de la retórica (claro, no fue una pieza de oratoria), fue un acierto político: sintonizó con los chilenos al revalorizar el orden y su importancia para las familias; y mostró cualquier cosa, menos un presidente de ultraderecha.

Deseables serían también soluciones legislativas a los nombramientos en el Poder Judicial y reformas al sistema político. El entorno internacional puede convertirse en un inesperado regalo para Kast. Buena semana.

Por Luis Larraín, presidente del Consejo Asesor de Libertad y Desarrollo

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