Faltando 106 días para la elección presidencial, los principales candidatos, muy probablemente, desarrollarán el siguiente libreto. Kast insistirá en someter a Chile Vamos, aprovechando su liderazgo en las encuestas y el temor que inspira en la derecha tradicional. Matthei, más envalentonada y genuina, irá por su recuperación electoral, enfrentando a Kast. Jara se concentrará en ampliar su comando, sumando a toda la centroizquierda. Parisi esperará su oportunidad, sabiendo que siempre crece en las últimas semanas previas a la elección.

Kast inició hace rato la estrategia de asfixia y demolición de Chile Vamos. Otra cosa es que sus dirigentes aún no se den cuenta. Kast percibe que en algún minuto la derecha tradicional se quebrará, dividiéndose entre él y Matthei. De suceder esto, su paso a la segunda vuelta estará garantizado.

Matthei, en tanto, se acaba de percatar que su rival directo es Kast y no Jara ni el gobierno. De ahí su ofensiva hacia la derecha radical. Ahora corresponde marcar las ventajas de su candidatura que corresponden a la experiencia de gobierno y los equipos técnicos. Urge nominar un vocero en materia económica y otro en asuntos de seguridad pública. Además, Matthei debiese aprovechar sus conocimientos y habilidades como alcaldesa para regresar al territorio y dejar de ver la Presidencia de Chile desde el púlpito.

Jara seguirá en lo suyo. Es decir, sumando apoyos desde el centro para animar una campaña que partió con dudas, pero que poco a poco ha reunido nueve partidos, entre ellos la DC. Finalmente, Parisi está esperando que la guerra civil en la derecha arroje un muerto, con el fin de ir por los viudos y, como es su costumbre, avanzar electoralmente al finalizar la campaña.

De no suceder nada extraño, el próximo presidente saldrá de estos cuatro nombres. Por cierto, puede haber sorpresas, pero dado el desarrollo de la campaña y los números que arrojan las encuestas de opinión, la suerte parece estar echada.

Por Mauricio Morales, académico, Unversidad de Talca.