Opinión

Palestina: genocidio y reconocimiento

En las vísperas de la Asamblea General de la ONU, un número de países han anunciado su reconocimiento al Estado de Palestina. Entre ellos, aparecen algunos que son clave en el concierto internacional, como el Reino Unido, Australia, Canadá y Portugal. Ya serían más de 150 países en el mundo, Chile entre ellos, que reconocen a Palestina y que están decididos por la existencia de dos estados en el territorio que hoy ocupa, en una buena parte de forma ilegal, Israel. En un momento en que el valor de las instituciones internacionales está cuestionado y que los valores liberales que las inspiran parecen estar en crisis, vale la pena preguntarse si este reconocimiento es algo más que una declaración de buenas intenciones o si es el inicio de algo más fuerte.

Hace unos días conocimos sobre un reporte de Naciones Unidas que confirmó lo que muchos especialistas han venido diciendo por meses: Israel está cometiendo un genocidio en gaza, exterminando de forma sistemática y deliberada a los palestinos de la zona. Esto ha sido corroborado no sólo por la evidencia ineludible sobre la masacre de civiles en Gaza, sino que se suman las declaraciones y decisiones que han llevado adelante un número importante de autoridades israelitas, entre ellas, el primer ministro Benjamín Netanyahu. Con ello, concluye la comisión de la ONU, se comprueba la existencia de una intención genocida, es decir, que las autoridades del Estado de Israel han cometido estas atrocidades de forma intencional.

Entonces, ¿sirve de algo que reconozcan a Palestina como un Estado para detener el genocidio? Lo primero es que el reconocimiento de países europeos no había sucedido hasta ahora, lo que sugiere que el genocidio fue el gatillante de esta nueva ola de decisiones diplomáticas. En el fondo, están reconociendo que, en el intento de Israel de eliminar a Palestina, corrieron el tejo de lo que era posible dentro de parte importante de la comunidad internacional. Lo segundo es que ninguno de estos reconocimientos puede resolver, por sí solos, el problema u obligar a Israel a detener sus ataques. Lo que va a forzarle la mano a Netanyahu y sus cómplices es acción decidida en términos de ventas de armamento, sanciones u otros incentivos económicos. Y es en esta área donde las potencias mundiales están en deuda. La Unión Europea se encuentra discutiendo limitaciones al tratado de libre comercio con Israel como una forma de ejercer presión, pero sin lograr mucho. Entre otras razones, esto se debe a la falta de acción decidida de países como Alemania o Italia, alimentada por su propia historia y culpa durante el Holocausto.

Un ministro del gobierno laborista del Reino Unido dijo hace unas semanas que era hora de reconocer la existencia del Estado Palestino antes que Israel terminara por destruirlo. Esa parece ser la intención de grupo de países que hoy dan el mismo paso que Chile dio en 2011, aceptar la solicitud histórica del pueblo palestino a la autodeterminación. La pregunta que queda es si eso será suficiente para que ese mismo pueblo pueda, algún día, construir su propio país. Israel ha planteado el genocidio como una respuesta a una amenaza vital a su existencia como Estado y pueblo, pero en el proceso, se han convertido en victimarios de los mismos crímenes que buscan evitar.

Por Javier Sajuria, profesor de Ciencia Política en Queen Mary University of London y director de Espacio Público.

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