SEÑOR DIRECTOR
En los últimos días he visto en varias notas relativas al Plan Regulador Intercomunal Valparaíso Satélite Borde Costero Norte, que ha sido objetado por cuarta vez por la Contraloría, siendo así pospuesta una vez más la entrada en vigor del mismo, que inició su tramitación el 2008.
Todo aquel que conozca el área sabrá que la zona hace 13 años era radicalmente distinta a la actual, lo que implica que una vez que entre en vigencia dicho plan, probablemente genere más problemas que soluciones. La actual regulación genera niveles de rigidez tan altos, que hacen imposible el desarrollo/modificación de los instrumentos de planificación territorial en plazos más acotados, llevándonos a esperar 13 años y más.
Lo anterior genera dos impactos, primero, la ausencia de un marco normativo adecuado, que genera un riesgo por la aplicación de normas supletorias (el caso de Estación Central y los denominados “Guetos verticales” o las “zonas de sacrificio” como el mismo Puchuncaví). Segundo, la obsolescencia inmediata de los instrumentos de planificación al momento de su entrada en vigencia, lo que implica entrar en un círculo vicioso en el cual la normativa se debe ajustar cada vez, y verse enfrentada a los plazos de desarrollo, aprobación y reformulación, sin fin.
Esto genera un impacto gigantesco en el desarrollo y equidad territorial para los habitantes, pues la obsolescencia de dichas normas ha tendido más bien a beneficiar el sobre desarrollo de los territorios en desmedro de uno más equilibrado, entendiendo como tal aquel en que el privado y el Estado juegan sus roles de manera correcta.
Es necesario definir plazos razonables para aprobar planos reguladores que permitan el correcto desarrollo y la planificación territorial, adaptándose a realidades cambiantes.
Cristián García Signorio
Gerente General Inmobiliaria Devisa
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