Romper el hastío
SEÑOR DIRECTOR:
A cinco años de la mayor crisis política vivida en democracia, el mal llamado “estallido social” aún nos deja un gusto amargo que se refleja en el desolador 63% de los chilenos que considera a Chile un peor país que antes (Cadem).
Los chilenos hemos ido perdiendo la confianza en que nuestras autoridades e instituciones sean capaces de solucionar los grandes dolores y problemas que Chile enfrenta, los que se han acentuado con una criminalidad fuera de control y un deterioro de la situación económica que ha empobrecido a las familias chilenas y afectado su calidad de vida. Nuestra clase política aún se mantiene desorientada, indolente y desconectada, reforzando la percepción de estancamiento.
Esta fecha nos permite revisar lo ocurrido y constatar que varios años antes se había iniciado una espiral de agresiva convivencia política al que ningún liderazgo le puso freno. Al mismo tiempo, una de las mayores lecciones aprendidas ha sido ratificar nuestra convicción de que el descontento social no valida ninguna expresión de violencia y que quienes son y fueron cómplices pasivos o activos deben ser dejados de lado por los chilenos, y que las soluciones refundacionales y extremas no sintonizan ni son respaldadas por el sentir ciudadano.
Promover la buena política, esa que está al servicio de los ciudadanos y del bien común; alentar a la ciudadanía a salir del hastío para volcarse a construir un país que nos enorgullezca, y ayudar al fortalecimiento del sentido de comunidad, son parte de nuestros grandes desafíos.
Paula Santa María C.
Juan Francisco Mackenna
Coordinadora Nacional de Movimientos Ciudadanos