Ha sido una semana de pruebas para las derechas. A los emplazamientos que hizo Evelyn Matthei a la candidatura de José Antonio Kast para que se detuvieran intervenciones en redes sociales de adherentes a Kast ofensivas hacia ella (poniendo en duda incluso su eventual apoyo en segunda vuelta al candidato de Republicanos), se sumó el anuncio de un par de senadores RN de judicializar el tema querellándose contra quienes resultaran responsables de actos que calificarían como delitos.

Dos hechos más se unieron a estas actuaciones durante la semana: 1) la iniciativa de Chile Vamos y la coalición que lidera Republicanos de sostener conversaciones que pudieran resultar en un Pacto Parlamentario entre ambas listas para lograr, vía omisiones, mejorar las posibilidades de que las derechas obtuvieran más senadores y eventualmente diputados en cuatro regiones de Chile; y 2) encuestas que situaban a José Antonio Kast liderando la primera vuelta presidencial por sobre Jeannette Jara y a distancia de Evelyn Matthei.

Pese a que aún faltan más de tres meses para la elección, un observador informado no podía dejar de considerar entre las motivaciones posibles para estas decisiones del entorno de Evelyn y algunos parlamentarios de Chile Vamos una “tirada de mantel”, propia de quien considera perdida la carrera y sólo quiere hacer daño a quienes, a su vez, le han infringido perjuicios inmerecidos y denigratorios según su manera de ver las cosas.

Era difícil descartar esa hipótesis si consideramos que, con esas decisiones, la suerte de las candidaturas de derecha dejaba de depender de sus propios dirigentes para pasar a estar en manos de fiscales y jueces con insondables motivaciones. Así lo entendieron, por lo demás, parlamentarios y dirigentes de la UDI, Evopoli y también RN, así como gran parte de los electores de derecha. Los partidos desecharon una pésima idea y la candidata anunció que había pedido que no se presentara. No faltaron quienes habían comenzado a “tirar nombres” de eventuales candidatos de reemplazo, haciendo recordar esa mala costumbre que tiene la derecha.

Se abortó así un movimiento que hubiese tenido graves perjuicios para las derechas y sus candidaturas presidenciales y parlamentarias. Hoy día Renovación Nacional está abocada a tomar decisiones sobre candidatos al Congreso; las conversaciones para un Pacto Parlamentario de Unidad continúan y también las campañas de Evelyn Matthei y José Antonio Kast. Este último debe responder a las expectativas que crea su posición en las encuestas y ella debe mantenerse como una candidata sólida, capaz de obtener un importante caudal de votos para disputar la Presidencia y aportar a su lista parlamentaria. Evelyn Matthei ha superado, no sin peligros, una nueva semana de pruebas, como tantas veces la vimos hacerlo como estudiante, parlamentaria y ministra.

Por Luis Larraín, presidente del Consejo Asesor Libertad y Desarrollo