SEÑOR DIRECTOR:

La declaración del decano de Derecho de la Universidad de Chile, luego de la funa a Sergio Micco, asombra, decepciona y entristece. Ruiz-Tagle fue mi profesor de Introducción al Derecho, dedicando largas jornadas a explicarnos sobre la misión de la Universidad, como un lugar no solo para aprender una técnica o profesión, sino también un espacio de debate, crítica y desarrollo intelectual que excede la mera instrucción profesional. Gracias a él comprendí que la labor del estudiante no se agota en la memorización de textos, fechas o relación de normas, sino que se inserta en la cultura filosófica propia de la institución, que, para el caso de la Universidad de Chile, se identificaba con la formación, debate, discusión, respeto y sobretodo, apertura a las distintas visiones que concurren en una universidad pública.

Por lo anterior, no puede dejar de apenarme, profundamente, el giro que tomó el profesor, hoy decano, quien, en lugar de rechazar la acción matonesca de sus estudiantes, ha decidido instalar un cortafuego inexistente, reduciendo la Escuela a un centro de estudios y técnica, omitiendo la necesaria formación cultural, ni siquiera valórica, que en otros tiempos identificó como misión de la Universidad.

Ximena Risco Fuentes

Abogada