Voluntad de acuerdo

Alvaro-Elizalde
Foto: La Tercera/Archivo


Los inicios de este gobierno han estado marcados por el hecho que Piñera ganó holgadamente la elección presidencial, pero en el Congreso suman más los opositores. El triunfo evidente fue de la demanda ciudadana de discontinuidad de los entonces gobernantes, pero la derecha no alcanzó mayoría parlamentaria. Los desplazados del poder y los de la discontinuidad por izquierda, quedaron por igual en oposición y suman más.

Por cierto, este rol común no es sinónimo de unidad opositora. La desunión y la dispersión han primado. Pero la diferencia más resaltante, es que una parte de la oposición optó por ser cerril y rotunda. Piensa cada día en como mejor obstruir. Recordé ese "negar la sal y el agua" con que un dirigente PS de esos años, definió lo que sería la posición socialista frente al gobierno recién asumido de Eduardo Frei Montalva.

Por eso, quiero llamar a la política a ser consecuente con el fin del binominal que propiciaron. Si siempre en democracia la búsqueda de acuerdos es clave de gobernabilidad; más lo es cuando la diversidad de la sociedad chilena hace difícil construir mayorías parlamentarias estables y forzadas a entenderse, como en tiempos del binominal. Los mismos que hoy se solazan en el obstruccionismo, si mañana ganan, cosecharán lo que han sembrado. Nuestra política, tan desprestigiada, necesita demostrar buena gobernabilidad. Más aun viniendo de un gobierno tan mal evaluado. Es lo único que se le exige y que puede relegitimarla.

La democracia de los acuerdos no tiene que ver solo con la viabilidad del actual gobierno. La desconfianza en las instituciones y el deterioro institucional que vivimos, tienen directa relación con la lógica de imposición de mayorías circunstanciales, la estigmatización de los acuerdos transversales, la captura sectaria e indecorosa del aparato público, las lógicas refundacionales y el obstruccionismo como identidad.

La democracia es por esencia, de los acuerdos. No es el momento fugaz, cada cuatro años, en que se contabiliza quién ganó y quién perdió. Ese momento interesa más a los políticos. El resto del tiempo, como se gobierna, es el que interesa más a la "polis". Y dar gobernabilidad es responsabilidad de todos, no solo de quienes ganaron.

En Chile, la valoración del acuerdo es patrimonio cultural extendido. No me sorprende entonces que la principal figura de la intransigencia, el senador Elizalde, destaca entre los políticos peor evaluados por la opinión pública y el PS mejor evaluado, sea el senador José Miguel Insulza, que no ha escatimado esfuerzos por mostrar sus desacuerdos con esas posturas.

No es buena forma de reivindicarse pasar, de ser parte destacada de un gobierno mal evaluado a ser oposición obstructiva. Ni que la única idea nueva que se les conoce y da identidad pública, sea el boicot al Presidente Sebastián Piñera.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.