Un cumpleaños infantil en cuarentena

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"Tengo dos hijos, Laura de 5 y Tomás de 8. La menor estuvo de cumpleaños el 22 de marzo cuando estábamos en plena alerta sanitaria por la pandemia de Covid-19. Los niños ya no estaban yendo al colegio y yo llevaba varios días trabajando desde la casa. Pero muchísimo antes de que se desatara toda esta locura, Laura venía anticipando la llegada de su cumpleaños. Desde noviembre del año pasado, de hecho. Estaba ilusionada porque iba a cumplir 5 años y todos los meses teníamos que sacar el cálculo de cuántos días faltaban para que llegara el día de su cumpleaños.

Laura tenía la idea planificada hace seis meses: quería hacer una fiesta e invitar a todo su curso. El tema iba a ser la película Frozen y, como ella lo tenía tan claro, en febrero empecé a hacer las gestiones para organizar la celebración. Arrendamos un lugar especialmente pensado para cumpleaños infantiles, empezamos a ver la comida y mandamos a hacer una decoración y cotillón especial con iconografía de la película. Bolsas de sorpresa para todos los niños, globos y, por su puesto, la torta que estaba pensada para 35 o 40 personas. Esta iba a ser una fiesta en grande, queríamos que fuese un día súper especial para ella.

La fecha de la celebración era el 17 de marzo y, a medida que se acercaba el día, por el grupo de WhatsApp del curso empezaron a llegar mensajes de los papás cada vez más preocupados por la situación que se estaba viviendo en todo el mundo. Hasta que dos días antes nos avisaron del colegio que las clases quedaban suspendidas. Obviamente los papás dijeron que tampoco mandarían a sus hijos a ninguna otra actividad fuera del horario escolar. Ahí me di cuenta de que nadie iba a llegar al cumpleaños porque la cosa se estaba poniendo fea. Lo más responsable para todos era suspenderlo.

Ese mismo día empecé a hacer todas las gestiones para devolver lo que se pudiese devolver, pero la mayoría de las cosas ya estaban listas. La decoración de Ana y Elsa, los tapaditos de carne y queso y la torta. Pero la coordinación logística no era lo que más me complicaba, sino que cómo le iba a explicar a Laura que por fin había llegado el día que tanto esperaba, pero que el cumpleaños ya no iba. Y que, además, no sabía cuándo podríamos celebrarlo. Si es que podríamos ponerle una fecha alternativa.

Pero lo que resultó de esa conversación fue algo que me sorprende y me llena de orgullo. Me acuerdo que estaba sentada en su cama cuando me acerqué y le dije que tenía que hablar con ella. Le expliqué que, por las mismas razones por las que no estaban yendo al colegio ni ella, ni su hermano, ni sus compañeros, íbamos a tener que suspender la celebración del cumpleaños. Ella me dijo que lo entendía y me pidió que cuando volvieran al colegio organizáramos de nuevo la fiesta.

Con su papá hemos sido súper claros con Laura y Tomás sobre el Covid-19, sobre cómo se transmite y los riesgos que implica no solo para ellos, sino que para otras personas. Creo que gracias a que ella sabía lo que estaba pasando en el mundo es que pudo entender con tanta madurez las razones de por qué tomamos esta decisión.

Si bien me consta que celebrar con una fiesta con sus amigos y compañeros de curso su cumpleaños número 5 era algo que le hacía muchísima ilusión, mi hija ha tomado esto con una actitud impresionante para la edad que tiene. En ningún momento hizo un reclamo o un berrinche porque las cosas no pudieron ser como ella esperaba, sino que al contrario.

El día que nos llegó la enorme torta que pensábamos compartir con todos los invitados, cantamos el cumpleaños feliz entre los cuatro, comimos una parte y congelamos el resto en el freezer. La celebración la hicimos con un asado familiar el día oficial de su cumpleaños también los cuatro juntos, agradeciendo que estamos sanos y que, a pesar de todo lo que está pasando, ese es un gran motivo para celebrar, además de tener torta de cumpleaños para todo lo que dure la cuarentena".

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