Los negocios familiares tienen muchos beneficios, como la construcción de una identidad y el sentido de pertenencia, pero también muchos desafíos. Uno de ellos es el cambio generacional que viven con el paso de los años y que muchas veces resulta en la disolución de un negocio. Sin embargos, muchos también se sobreponen a eso y mantienen la esencia intacta. Uno de ellos es Vaticano Modas, tienda que partió en 1888 en Iquique con Juan Coronata –y que se llamaba El Vaticano–, y que luego abrió una sucursal en Antofagasta en 1912.

Giancarlo Coronata es quien hoy está en la testera de esta tienda centenaria y en este video cuenta los orígenes de Vaticano Modas y cómo ha sido el traspaso de generación en generación y los desafíos que han enfrentado a lo largo de las décadas.