Por Cristóbal FuentesAño nuevo, riña nueva: batalla judicial entre Fidel Espinoza y Daniel Manouchehri amenaza 2026 del PS
Que un senador pida el desafuero de un diputado del mismo partido es algo inédito entre los socialistas. En la colectividad proyectan que el pleito entre ambos escalará aun más cuando Daniella Cicardini, la principal aliada de Manouchehri, llegue a la Cámara Alta en marzo. "Me parece desafortunado empañar ese esfuerzo (judicial)", dijo el secretario general del PS, Camilo Escalona.

Son años de rivalidad que llegaron a un punto máximo de tensión. La semana pasada, el senador Fidel Espinoza presentó una solicitud de desafuero contra el diputado Daniel Manouchehri en la Corte de Apelaciones de Valparaíso.
Se trata de algo inédito en las filas del Partido Socialista (PS). Nunca antes un militante había solicitado el desafuero del otro. Una máxima al interior de los partidos, de todo el arco político, es que los roces entre “compañeros” se resuelven de forma política, no en sede judicial. Pero eso se quebró.
Todo se dio a raíz del altercado que ambos tuvieron en la sesión del Senado del 10 de noviembre, en que se votó la acusación constitucional contra el exjuez de la Corte de Apelaciones de Santiago Antonio Ulloa.
En el escrito, Espinoza solicita a la Corte que autorice la formación de una investigación penal en contra del diputado por Coquimbo por el eventual delito de “injuria grave”.
Aunque la medida no sorprende en el PS, puesto que es conocida la animadversión de Espinoza por Manouchehri, sí es algo que se lamenta profundamente. Los comentarios que se escuchan en el partido son que este tipo de episodios hacen daño a la colectividad, que no es posible que entre compañeros de partido se traten así y que se llegue a querellas.
En vista de lo mucho que ha escalado la situación, algunos dirigentes son de la idea de que la directiva socialista, encabezada por Paulina Vodanovic, debe intervenir.
En el pasado, a raíz de otros cruces, la timonel ha conversado con ambos parlamentarios. En esta ocasión, hasta el momento, ha apostado por mantenerse al margen. “No soy la censora de las conductas particulares”, dijo, en noviembre, a raíz del mismo enfrentamiento entre los parlamentarios.
El senador Espinoza preferiría que la mesa -que hasta ahora no ha abordado el tema de manera formal- no se involucre. “No creo que la directiva deba inmiscuirse en una situación delicada como esta. Lo que sí debiera hacer es enviarlo (a Manouchehri) al tribunal supremo por injuriar gravemente sin fundamentos a un colega de su propio partido”, plantea.
Lo que temen algunos parlamentarios socialistas es que la polémica no deje de escalar y termine por golpear al partido en 2026, cuando luchen por el protagonismo de la oposición. Desde ya se proyecta que el Senado será una nueva arena de batalla para el PS, puesto que la principal aliada de Manouchehri, la diputada Daniella Cicardini, llegará a la Cámara Alta en representación de Atacama en marzo, y compartirá bancada con Espinoza.

Espinoza, sin embargo, está decidido en no retroceder. “Para mí la honra está sobre cualquier posición ideológica. Yo defiendo la mía porque en más de 20 años de vida parlamentaria jamás he sido cuestionado ni por una boleta de bencina. Por ende, no permitiré que este personaje (Manouchehri) que se jacta de tratar de corrupto a todo el mundo, que lanza grotesca y vulgarmente billetes en el Congreso para denostar a otro colega, pretenda dañar mi honra y la de mi familia”, sostiene.
El senador, además, descarta que la discusión se dé en un marco político. “Él (Manouchehri) atacó grotescamente a una mujer, Yasna Provoste, y posteriormente, utilizando los mismos conceptos, se refirió a mi persona cuando la sesión estaba suspendida, en presencia de más de 10 colegas que atestiguarán en esta causa”, adelantó.
Públicamente, los socialista han evitado respaldar la movida de Espinoza. Aunque algunos son cercanos a él -y destacan, sobre todo, lo crítico que ha sido con el Frente Amplio-, en el partido es común la idea de que judicializar una disputa política es complicado.
Sin embargo, tampoco ha habido agua en la pisicina para respaldar públicamente a Manouchehri. Según sinceran algunos parlamentarios, prefieren mantenerse al margen para no entrar en conflicto con Espinoza.
La directiva socialista, encabezada por Vodanovic, se ha encargado de transmitir que judicializar la política no es positivo ni deseable. “Los diputados Manouchehri y (Daniella) Ciccardini han asumido un liderazgo incuestionable en la lucha por la probidad y, especialmente, para erradicar la corrupción del Poder Judicial y los grupos de interés que están en su entorno. De modo que me parece desafortunado empañar ese esfuerzo", dijo a este medio el secretario general del PS, Camilo Escalona.

El lunes, Manouchehri emitió una declaración pública, que también envió personalmente a Vodanovic, en que se señala: “No hay sustento jurídico para desaforar a un diputado por expresiones producidas en la sala, en el contexto de un enfrentamiento político previo. Confío en que las instituciones actuarán con independencia y no como un mecanismo de presión para silenciar a quienes enfrentamos redes de poder”.
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