Política

La campanilla se mira, pero no se toca: republicanos se estarían quedando fuera de la presidencia del Senado

De acuerdo a las primeras conversaciones, el PS, el PPD, la UDI y RN sumarán 25 escaños, con lo que podrían lograr un pacto de gobernabilidad en la Cámara Alta en 2026. "Que los partidos más tradicionales,que saben construir puentes, se pongan de acuerdo en cómo trabajar, siempre va a ser positivo”, admitió el senador y presidente de RN, Rodrigo Galilea.

Manuel José Ossandón en la última eleccción de la presidencia del Senado. Claudio Cavalieri

No todo es conflicto en el Senado. Al margen de la áspera discusión por la Ley de Presupuesto y el tenso escenario que se prevé para este martes cuando tenga que votarse la acusación constitucional contra el exministro Diego Pardow, ya comenzaron las fraternas conversaciones para definir el pacto de gobernabilidad del próximo periodo parlamentario 2026-2030.

Ello implica definir la rotación en la presidencia y la vicepresidencia del Senado y los cupos y el control de las comisiones legislativas, donde las instancias de Hacienda y Constitución, son las más cotizadas por su influencia.

De acuerdo a esos acercamientos, existe una alta posibilidad de que el Partido Republicano, que corre como favorito en la presidencial con José Antonio Kast, se quede sin presidir la Cámara Alta en beneficio de tiendas con más años de existencia.

La razón se debe a que los resultados de las pasadas elecciones volvieron a dejar a los principales bloques en el Senado en un empate técnico, con la diferencia que aumentaron los senadores independientes o que quedarán huérfanos, con la inminente disolución de ciertos partidos.

A pesar de que las conversaciones solo entrarán en una recta final en marzo del próximo año, los primeros intercambios de análisis dan cuenta de que entre los senadores de Chile Vamos y del oficialismo predomina el realismo político. Por lo tanto, la alternativa más viable es hacer una repartición equitativa y alternada de las cuotas de poder en la Cámara Alta.

El Senado, de acuerdo a la elección de días atrás, no quedó con mayoría para nadie. Y cuando no hay mayorías, es la hora de la política, de una buena política. Y, por lo tanto, que los bloques más importantes, los partidos más tradicionales, que tienen historia, que saben construir puentes y buenos acuerdos para el país, se pongan de acuerdo en cómo trabajar, siempre va a ser positivo”, admitió el senador y presidente de RN, Rodrigo Galilea, quien no se presentó a la reelección y dejará el Congreso en marzo de 2026.

Galilea agregó que “yo espero de todos y, particularmente de los nuevos y antiguos representantes de Renovación Nacional, que tienen que contribuir a ese clima”.

Las palabras del presidente de RN contenían varios recados, entre ellos, un llamado a realizar una negociación que permita una distribución equilibrada entre lo que serán las futuras fuerzas oficialistas y las de oposición.

Además, adelantaba dos criterios que han comenzado a ganar fuerza. Dar preferencia a los partidos con más parlamentarios de cada bloque para acceder a la presidencia del Senado (algo que no es obvio, pues una alternativa es buscar una mayoría sumando a grupos minoritarios) y respetar la antigüedad de las colectividades y de los senadores que llevan más años en el Congreso.

De acuerdo a las últimas elecciones, esos criterios (cantidad y antigüedad) ya definen una prelación en favor de RN, que tendrá 9 senadores; del PS que mantendrá 7 escaños; la UDI que quedará con 5 representantes; y al PPD con sus 4 legisladores en la Cámara Alta.

Estas cuatro colectividades ya suman 25 votos, que serían suficientes para lograr una mayoría.

Ante un escenario así, los 5 senadores republicanos tendrían que exigir que prevalezca su número de escaños, en vez desmedro de alguna colectividad más antiguas como la UDI o el PPD. El problema es que no está claro si el partido de Kast está dispuesto a negociar con el oficialismo.

El pacto de Coloma-Elizalde

Ese orden es muy parecido al preacuerdo de 2022, que originalmente le concedía un año de presidencia del Senado a RN, otro a los socialistas, el tercero a la UDI y el cuarto al PPD.

Ese pacto fue impulsado por el entonces senador Álvaro Elizalde (PS), quien presidía su colectividad, y el senador Juan Antonio Coloma (UDI), quien en su calidad de fundador de su partido también fue parte de las gestiones de lideró el fallecido legislador, Jaime Guzmán, en 1990, para lograr el primer acuerdo de gobernabilidad del Congreso tras el retorno de la democracia.

Sin embargo, por desavenencias de última hora, este pacto de 2022 no se pudo llevar a la práctica a cabalidad y solamente se respetaron los períodos del PS, con Elizalde en la testera, y de la UDI, con Coloma.

En 2024 y 2025 hubo elecciones divididas en las que se impusieron los candidatos de RN: José García, gracias al respaldo de la toda la oposición, y Manuel José Ossandón, que resultó electo con votos del oficialismo y con la derecha dividida.

A juicio de varios senadores, esas dos últimas definiciones solo dejaron heridas y acentuaron rivalidades en la institución.

El problema es que ese modelo de distribución dejaría mirando la testera desde el extremo del hemiciclo a los nuevos partidos de derecha que debutarán en el Senado: los republicanos con sus cinco senadores y los libertarios, colectividad que estará representada por Vanessa Kaiser, hermana del diputado Johannes Kaiser.

Hasta el momento los republicanos no se han definido frente a estas incipientes conversaciones, pero de acuerdo a mensajes privados que habrían transmitido a algunos senadores, al partido que lidera Kast le interesaría conformar un pacto distinto, marginando a la izquierda, sumando a algunos independientes como Karim Bianchi y de sectores centristas como Matías Walker (Demócratas), el mismo Calisto o incluso algunos PPD.

Más sobre:PolíticaSenadoPartido RepublicanoUDIRNPSPPD

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

⚡Black Sale: información real + ventajas exclusivas

Digital + LT Beneficios$1.990/mes SUSCRÍBETE