Política

Ministra Orellana arremete contra Republicanos, defiende labor del gobierno en seguridad y critica “esnobismo” de su sector

Al hablar de los resultados de la elección presidencial, la ministra comentó que quienes no votaban usualmente rechazaban el establishment y que "es bueno asumir que nosotros después de cuatro años, guste o no, somos parte del establishment". También que su sector debe entender que “el pueblo chileno no es el mismo de los 70".

La ministra de la Mujer Antonia Orellana. Foto: Raul Zamora/Aton Chile. RAUL ZAMORA/ATON CHILE

La ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana (FA), hizo una reflexión a propósito de la derrota que vivió la izquierda en las pasadas elecciones presidenciales y también defendió que el gobierno sí tuvo como prioridad la seguridad pública al inicio de su periodo

En conversación con el programa Influyentes de CNN el domingo por la noche, la secretaria de Estado reconoció que “hay temas que son preocupantes para quienes somos de izquierda. Primero que entre una elección y otra solamente se crecen 600.000 votos en un padrón que se amplía mucho más que eso". En segundo lugar, dijo, está que el presidente electo, José Antonio Kast, ganó popularidad cuando dejó de “hablar identitariamente desde el rincón del ultraconservadurismo”.

También reiteró sus críticas al Partido Republicano, expresando su preocupación por saber qué pasaría con la red de atención del Servicio Nacional de la Mujer, en vista del recorte fiscal de US$6 mil millones que pretende hacer Kast y hacia la “estrategia muy similar a la que han seguido otros países en donde sí ha habido retrocesos para las mujeres”.

El presidente electo Jose Antonio Kast. Diego Martin

La defensa al gobierno

Por otra parte, Orellana tuvo palabras para los mea culpa de figuras del Frente Amplio, como el exministro Giorgio Jackson y el excandidato presidencial Gonzalo Winter. A ambos documentos los calificó como “dos insumos que van a tener que resolverse en una discusión que tiene muchos más actores”. No obstante, se mostró en desacuerdo con la hipótesis de que la seguridad pública no fue relevante en el programa y el inicio de este gobierno, idea planteada por Winter.

“Desde mi experiencia, en los primeros meses de gobierno, fue uno de los temas más relevantes. Todavía teníamos las movilizaciones en Plaza Italia. Y hubo todo un trabajo de la presidenta de mi partido (Constanza Martínez), en ese entonces delegada metropolitana, por terminar con esas manifestaciones", argumentó.

Seguidamente planteó que “el combate al crimen organizado fue uno de los primeros temas que abordamos“. Sin embargo, reconoció que “también hubo problemas a propósito de la instalación -no estoy descubriendo la pólvora- de Izkia Siches como ministra del Interior, y por lo tanto, todo otro trabajo que se hizo pasó un poco a segundo plano”.

La exministra Izkia Siches.

Si bien reconoció que actualmente hay una criminalidad para la que “no estábamos preparados como país”, argumentó que las estrategias para enfrentar este problema “no existían hasta nuestro gobierno”. “Estamos dejando al país en un pie mucho mejor, no solamente en cifras, que son objetivas, sino también en capacidades institucionales”, dijo.

Orellana también abordó los cuestionados convenios entre reparticiones de Estado y fundaciones, que salpicaron a figuras de su partido, entre ellas, la diputada Catalina Pérez y el caso Monsalve. Respecto del primer caso, defendió que “a diferencia de otros partidos nosotros fuimos muy severos con los militantes involucrados” y sobre el segundo reconoció que hubo elementos “que contribuyeron a que esa cuestión se acentuara y en eso yo también tengo mi autocrítica de que estaba tan enojada que salí a hablar sin tener todos los antecedentes”.

“Lo pensé, sí”, dijo, reconociendo que tuvo la intención de salir del cargo cuando estalló la denuncia contra el exsubsecretario del Interior por violación a una subalterna.

La ministra de la Mujer, Antonia Orellana. JAVIER SALVO/ATON CHILE

La crítica al esnobismo

En cuanto los resultados de la elección presidencial y la incorporación del voto obligatorio, delineó algunos factores que su sector debe tener en consideración. Entre ellos, que quienes no votaban tenían “una posición explícita de rechazo al establishment” y que “es bueno asumir que nosotros después de cuatro años, guste o no, a mí no me acomoda nada, pero bueno, la vida es así, somos parte del establishment. No puedes ser gobierno cuatro años y no considerarte parte, es una patudez".

Otro factor, dijo, es en la lectura del estallido social y que en ese ítem “no hay que confundir malestar con politización”. Y en tercer lugar, entender que “el pueblo chileno no es el mismo de los 70. Y hay como cierto esnobismo en no validar el deseo por cierto acceso a bienestar de una franja mayoritaria de la población, que busca símbolos de estatus a través del consumo al igual que lo hace la élite"

“No entiendo por qué es mejor un café matcha latte que un auto tuneado. Las dos son expresiones de estatus a través del consumo y ninguna es moralmente mejor que la otra”, explicó. Sobre si la izquierda cayó en ese error, criticó que “hay harto esnobismo pero también se mezcla cierto esnobismo con harta nostalgia de un país que ya no es”.

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