
Puntapié presidencial: los flancos de Kast, Jara y Matthei
El 17 de septiembre se da inicio formal a la propaganda electoral y, con ello, la recta final para la primera vuelta. En ese contexto, las tres primeras candidaturas enfrentan claros bolsones de apoyo, pero también forados que han estudiado y buscan aminorar con atención. De acuerdo a una radiografía realizada con diversas encuestadoras, el flanco de Kast es hoy el voto hombre; el de Matthei, el de los jóvenes, y el de Jara, el de los hombres adultos.

Kast: fuga del voto masculino
Uno de los temores de José Antonio Kast la noche del debate del 10 de septiembre -el primero por televisión abierta- era que sus adversarios lo cercaran con preguntas sobre los temas valóricos -aborto, matrimonio homosexual, Ministerio de la Mujer y Golpe de Estado-, los mismos que lo impactaron en sus dos incursiones anteriores a La Moneda y en el último proceso constitucional, especialmente en el electorado femenino.
Pero nada de eso sucedió.
Su problema -de acuerdo a algunos sondeos- está hoy en la fuga del electorado masculino para la primera vuelta, aunque sigue en la pole position.

En 2021, el republicano era fuerte en ese segmento, tal como lo registró un estudio comparado realizado por Data Science, de Unholster, que arrojó un 30% de apoyo a Kast en hombres y un 26% en mujeres.
“Efectivamente, en esa contienda la votación mujer fue el punto más débil del abanderado republicano, por los temas valóricos. Pero desde esa fecha hay dos factores a considerar. El primero es que la agenda mutó a seguridad, economía y empleo y, el segundo, es que él, de alguna manera, también aprendió. No ha incluido esas temáticas en su campaña, lo que hasta ahora le ha resultado efectivo”, sostiene Cristóbal Huneeus, socio y director de Unholster.
El consolidado de las últimas cuatro semanas de Cadem da cuenta de que las cifras de 2021 se invirtieron. Ahora concentra el 30% del apoyo entre las mujeres y el 26% de los hombres y su mayor fortaleza está en las votantes de 35 a 54 años (37%).
“En la última presidencial la delincuencia era la sexta prioridad de Chile. Hoy día es la primera, por lejos. Entonces, el cambio de agenda es lo que le permite a Kast hablarles a todos; no tener que segmentar necesariamente entre hombres y mujeres y dar respuesta, de paso, a un electorado femenino, que exige seguridad y que le cuesta llegar a fin de mes”, plantea Roberto Izikson, gerente general de Cadem.
La pregunta es por qué no crece a nivel de voto masculino. Punto que Izikson atribuye a la aparición de Johannes Kaiser, abanderado del Partido Nacional Libertario. “Sin duda, es él quien más le quita votos a Kast en ese segmento (11%)”, dice. Y añade a Franco Parisi, del PDG (14%), aunque ese sufragio lo observa más volátil.
Panel Ciudadano maneja cifras similares. Kast registra un 29% en el voto femenino y un 26% en el masculino. Aunque para Juan Pablo Lavín, fundador de esa encuestadora, el género -esta vez- no está siendo tan determinante por un contexto país.
“El 2021 -dice- tenía mucho más que ver con agendas progresistas y políticas de género. En este caso, lo que prima es la seguridad, seguido por inmigración y economía. Y esos temas no son tan dependientes del género de la persona. Donde sí hay diferencias grandes y estructurales es en la edad. De hecho, Kast, hasta cuando estuvo en tercer lugar, siempre ha tenido una estructura de curva descendente en cuanto a la edad. Eso quiere decir que concentra sus mayores apoyos en menores de 40″.
El escenario -en todo caso- todavía es líquido.
Una medición de Criteria -con tres mil consultados entre el 24 de agosto y el 7 de septiembre- demuestra que Kast sigue liderando el sufragio masculino, con un 31%, y que también mantiene buenas cifras en el voto femenino (26%).
“Dos fenómenos lo han favorecido en el sufragio mujer. Uno de ellos es que la agenda de diversidad, de equidad e inclusión ha ido perdiendo fuerza frente al peso de otras temáticas como seguridad, migración y economía. Esto, porque de alguna manera la agenda de valores posmodernos aparece como menos relevante hoy frente a una agenda que podríamos llamar más terrenal: aquella que apunta a satisfacer necesidades básicas, como comer, tener seguridad y dormir tranquilo”, dice Cristián Valdivieso, socio fundador de Criteria.
No es lo único.
También afirma que Kast ha soltado, al menos en términos discursivos, la agenda más identitaria e ideológica que tuvo el 2021 y ha instalado la idea del discurso del gobierno de emergencia, dejando entrever que los temas valóricos están relegados de su mapa de gobierno.
Jara: debilidad en el voto hombre adulto
Entre las ventajas de la abanderada del oficialismo, Jeannette Jara, en esta campaña están -a juicio de los encuestadores- sus habilidades blandas. Ello, junto al traspaso del apoyo duro de un 30% que ha sustentado al Presidente Gabriel Boric durante su mandato, hechos que la mantienen en los primeros lugares de la tabla. Aunque hacen ver que esas competencias personales se han ido diluyendo en el curso de una campaña que no ha sido fácil.
Su mejor registro lo tiene en las mujeres y en los jóvenes de 18 a 34 años.
“No es extraño, porque, en general, los jóvenes son más liberales en términos valóricos. La paradoja es que en esta presidencial hay un grupo importante que ha logrado sintonizar bien con la propuesta de Kast y está anteponiendo las prioridades de la urgencia ciudadana por sobre la agenda valórica”, dice Cristián Valdivieso, de Criteria.
El flanco de Jara está en el voto de los hombres adultos que no suelen participar en elecciones y que, por tanto, son menos politizados.
Juan Pablo Lavín, de Panel Ciudadano, sostiene que si bien a Jara le va muy bien en el votante habitual, le va mal en el obligado. “Tiene oposición en ese tipo de votante -afirma- por ser de continuidad de la actual administración. Entonces, ella tiene un desafío que es, por un lado, amarrar la aprobación del Presidente para asegurar el paso a la segunda vuelta, pero a la vez -para poder crecer en ese tipo de elector, especialmente con miras al balotaje- necesita de alguna manera sacudirse un poco del factor continuidad y mostrarse como una figura de cambio frente al gobierno actual”.
Ese bolsón de los electores obligados no es menor.
De los 15 millones habilitados para votar, unos cinco millones lo harán por primera vez en esta presidencial como efecto del voto obligatorio, volumen que los convierte en un actor decisivo en la inclinación de la balanza electoral.
Lo anterior es un punto especialmente complejo para todos los abanderados, porque el perfil de este grupo habla de electores políticamente apáticos, que deciden a última hora, que se mueven por intereses muy diversos y que, por tanto, son impredecibles.
La evaluación de las encuestadoras es que la abanderada del oficialismo corre con ventaja, eso sí, en el electorado femenino. Sintoniza bien con sus demandas, especialmente en los temas valóricos.
Su falencia en el voto masculino adulto, obedece -dicen- justamente al cambio de agenda, pues la observan con debilidades programáticas para enfrentar la delincuencia, el crimen organizado y también el empleo, punto en que cuestionan las bajas cifras que tuvo durante su administración como ministra del Trabajo, y el estancamiento del último año con la creación apenas de 141 puestos de trabajo.
Para revertir los números, la estrategia de la exsecretaria de Estado apunta a reunirse -en sus visitas a terreno- justamente con gente que no tiene su voto definido y con aquellos que no son adherentes a su opción. Y reforzar -de paso- el discurso en materia de seguridad y gobernabilidad, pues su apuesta es que va a pasar al balotaje y que ahí debe capitalizar el sufragio de rechazo a Kast.
Matthei: flanco en el mundo joven
Para las encuestadoras, el notorio cambio de imagen de Evelyn Matthei -peinado, maquillaje, vestuario y discurso- con el que debutó en el debate del pasado miércoles, y que apunta a presentarla como una estadista, puede empezar a mover en cierto electorado las cifras que hasta ahora la mantienen en tercer lugar.
Pero el asunto no es fácil.
Su fuerte -aunque a distancia de los apoyos que congrega Kast (30%) y Jara (29%)- está en el voto mujer (16%), según Cadem. Esto, aunque su mayor problema está en el sufragio de los jóvenes, donde solo obtiene el respaldo de un 9% de las mujeres entre 18 y 34 años (contra un 39% de Jara y un 26% de Kast), y un 7% en hombres del mismo rango etario (contra un 31% de Kast y un 26% de Jara).
“Un factor importante y relevante es la crisis que tiene Matthei en el elector joven. Ese es un electorado que hoy día está en su mayoría con Jara, y también con Kast, y da cuenta de las dificultades que tiene la candidatura de Matthei para llegar a ese segmento”, dice Roberto Izikson.
Una falencia de la que hay conciencia en el comando de la exedil. A ello obedece el subsidio habitacional “Pie Cero” anunciado a principios de este mes, que apunta a ayudar a los jóvenes entre 25 y 40 años a adquirir una vivienda de hasta 4.500 UF, sin necesidad de ahorro previo. Y también la promesa de crear un millón de empleos, que incluye a ese estamento.
Juan Pablo Lavín, de Panel Ciudadano, coincide en que el nudo de la exalcaldesa está justamente en quienes sufragan con menor edad.
“Los atributos de Matthei o los que más trata de hacer relucir en su campaña tienen que ver con experiencia, gestión, estabilidad, que son temas que calan bien en los votantes más adultos, en los habituales, en los que les interesa la gobernabilidad, ver caras conocidas, como del piñerismo, por ejemplo. Pero para los jóvenes eso no es llamativo. De hecho, toda esa puesta en escena aparece asociada a generaciones anteriores, no conectadas con el lenguaje cultural ni con las banderas de los sub-30. En el fondo, es la imagen de una política confiable, conocida, pero que no tiene novedad, no tiene renovación”.
Si bien a José Antonio Kast le debería suceder algo similar, Lavín precisa que el abanderado republicano conecta con el voto joven por otra vía, que tiene que ver con un estilo más confrontacional con el oficialismo.
El target joven es un segmento que para Cristián Valdivieso, de Criteria, le ha costado a Matthei. No solo porque Kast ha capitalizado -en ese sector- el sentimiento opositor al actual gobierno. También por otro factor: “Los jóvenes -dice- no conocían tanto a Matthei, entonces ahí se produjo una suerte de error de diagnóstico, porque si bien tiene un alto nivel de conocimiento en los grupos de más de 45 años, eso no hace que sea conocida entre los jóvenes que en esta elección están obligados a votar. La figura de Kast, por su confrontación con Boric, está en cambio más presente”.
A lo anterior se suma que el péndulo en una serie de países se está inclinando hacia las derechas más conservadoras.
La pregunta de los encuestadores es si los cambios realizados por Matthei le van a alcanzar o no, para llegar al balotaje.

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