Qué tan eficaz y seguro es el implante anticonceptivo subcutáneo

¿Aburrida de las pastillas diarias? Poco conocido pero con muy buenos resultados, este método podría ser la respuesta para aquellas mujeres que quieran dejar las píldoras y que además tengan mala memoria.




Las pastillas anticonceptivas provocaron uno de los hitos más relevantes en la salud y vida de las mujeres, ya que fue una de las primeras aproximaciones para que ellas pudieran decidir sobre su cuerpo en materia sexual y reproductiva. En los años sesenta fue aprobada en Estados Unidos y se afirmaba que impedía el embarazo. Socialmente, causó conmoción: las personas más conservadoras —o por lo menos con esa fachada— pensaban que con la masificación de la píldora se generaría una revolución sexual. Y así fue, aunque más allá de ser su detonante, si vemos esto como una olla a presión, la píldora fue la sal y el resto de los ingredientes fluctuaron entre el contexto social, los intereses de la juventud y el cambio de paradigma que se imponía en esa época.

En el país, según un artículo de Radio Universidad de Chile, la primera en comercializarse fue Anovlar, del laboratorio alemán Schering (actualmente Bayer), y que tenía dosis muy bajas de hormonas: 4 mg de noretisterona y 0.05 mg de etinilestradiol.

Con el paso de los años, la píldora se transformó en una opción dentro de un ramillete de posibilidades frente a la anticoncepción. De hecho, cada vez son más las mujeres que han dejado de lado la píldora para enfocarse en la ginecología natural, donde básicamente aprendes a conocer tu ciclo menstrual, las etapas del sangrado y cuáles son los días fértiles. Probablemente tengas a alguna amiga, sobrina o conocida que esté interactuando en esta dimensión.

Pero también hay otra alternativa, tan escondida como su aplicación: el implante subcutáneo anticonceptivo. La primera vez que escuché sobre él fue en un verano, hace unos diez años, cuando la prima española de una amiga venía escapando del frío para disfrutar del fresco calor viñamarino. Esta chica, de unos diecinueve años, tenía una de estas varillas en su brazo. Le pregunté si le dolió y me dijo que no. De hecho, lo que se me quedó grabado de esa conversación es que esta era la mejor solución para las olvidadizas.

Con esta tecnología, te olvidas de tomarte la pastilla y, por ende, del ritual de su ingesta diaria. Adiós alarmas y chao a los soplos cardiacos. Sí, estoy hablando de esa sensación de ahogo en el corazón cuando te acuerdas, unas horas después, de que no te la tomaste. Peor aún, cuando te olvidas hasta dos días, o cuando te quedas a alojar fuera de casa sin traerlas contigo. La carga de tomarse la pastilla a diario para algunas personas es normal y común, mientras otras se pueden sentir esclavizadas ante el fármaco. El implante puede ser una forma para olvidarse de estos olvidos.

¿Cómo funcionan?

La doctora Marcela López Pizarro, especialista de la unidad de Endocrinología, Ginecológica y Climaterio en la Clínica Alemana de Santiago, explica que los implantes subcutáneos son “métodos anticonceptivos hormonales continuos, sumamente eficaces y seguros, que precisan poco esfuerzo por parte de la usuaria y son reversibles con rapidez”. Añade que “como es un método que sólo contiene progestina, puede ser utilizado en mujeres que tienen contraindicación al uso de anticonceptivos con estrógenos”.

“El implante, al igual que otros métodos anticonceptivos hormonales, como las pastillas o las inyecciones, funcionan inhibiendo la ovulación”, cuenta Andrea Von Hoveling, ginecóloga de Clínica Santa María. Para ella, la gran diferencia radica en que “al ser un anticonceptivo que queda puesto en el organismo, y que infunde hormonas en forma pareja, los niveles son mucho más estables y confiables, lo que lo hace el método más seguro de los actualmente disponibles”.

Hablemos de la eficacia

Ambas profesionales afirman que este es un buen método y altamente recomendado. “Comparado con los anticonceptivos hormonales combinados, los implantes son más eficaces para prevenir embarazo, de más fácil uso y con mejor tasa de continuidad que las pastillas”, apunta López.

Otro atributo a favor es que, a diferencia de la pastilla, es un sistema de larga duración, ya que su efecto dura “entre 3 a 5 años”, según lo que indique el profesional que inserte este implante. Esto quiere decir que una vez que te ponen la varilla bajo la piel, te olvidas de la responsabilidad de ingerir todos los días una pastilla, algo que puede resultar liberador para aquellas mujeres que quieren dejar las píldoras pero que quieren seguir evitando los embarazos.

La varilla es un sistema más, solo que tiene la particularidad de que la usuaria puede vivir un poco más despreocupada de la rutina. Eso sí, este relajo no implica en ningún caso bajar la guardia ante las enfermedades de transmisión sexual. Ante las dudas, siempre hay que usar condón.

Otra gracia es que su eficacia no se ve alterada con el uso de otros medicamentos. “A diferencia de los anticonceptivos orales”, comenta López, “que pueden interactuar con determinados medicamentos y disminuir su eficacia, la del medicamento o ambas”.

Aunque nada puede entregar un 100% de seguridad, el porcentaje de que el implante subcutáneo falle es muy bajo. No por nada se le considera, junto con los dispositivos intrauterinos, dentro del grupo de los anticonceptivos reversibles más efectivos.

“La probabilidad de falla de los implantes es mucho menor al 1%”, dice Von Hoveling. “Pero si se quiere aumentar la efectividad, hay que combinarla con el uso de preservativos”.

López, de la Clínica Alemana, tiene el margen de error específico del implante: un 0,01%. Según ella, los casos que han presentado embarazos “son muy infrecuentes, y algunos casos descritos fueron en mujeres en que se insertó el implante cuando ya estaba embarazada”.

Los requisitos

“El principal requisito es estar decidida y motivada con el método”, afirma la doctora de Clínica Santa María. Actualmente no es un método anticonceptivo que se indique ni se recete, sino que se ofrece, “siempre en el contexto de una consejería efectuada por un o una profesional capacitada”.

Antes de considerar cualquier método “es importante conocer los antecedentes personales y familiares de la mujer, sus hábitos, saber si usa algún medicamento, cómo es su ciclo menstrual y saber sobre el uso de métodos anticonceptivos previos”, complementa López.

“Siendo así, lo fundamental es comprender el mecanismo de acción, los efectos secundarios y elegir de manera informada”, dice Von Hoveling. El profesional, por su parte, “debe descartar contraindicaciones, que en el caso del implante son muy pocas”. Estas son:

-Haber tenido cáncer de mama.

-Tener un tumor hepático.

-Estar cursando un cuadro tromboembólico.

-Tener alergia a alguno de los componentes.

“Es necesario realizar un examen físico general, ginecológico —aunque no es requisito obligatorio— y mamario”, agrega López. También dice que en “mujeres menores de 45 años, sin patologías médicas o factores de riesgo cardiovascular, no es necesario exámenes de laboratorio para poder prescribirlo y bastaría con lo anteriormente mencionado y el deseo de la mujer”.

¿Qué pasa con el sangrado?

“El sangrado uterino anormal, inesperado y/o prolongado es un efecto secundario impredecible y no infrecuente que puede presentarse en las usuarias de este método, pudiendo ser motivo de solicitud de retiro prematuro de él”, comenta la doctora de Clínica Alemana. Habitualmente, eso sí, “esto no es peligroso, no le resta efectividad como anticonceptivo y puede ser manejado con educación”.

“Lo que se produce es una atrofia endometrial”, especifica Andrea Von Hoveling. Esto significa que la capa interna del útero permanece muy delgada y más frágil de lo habitual, provocando que “no haya sangrado, o bien que haya un sangrado desordenado”. Ante esto, la ginecóloga aclara que “es un efecto completamente benigno: no tiene asociación a ningún efecto grave a corto ni a largo plazo”. A través de este método, además, “el sangrado suele ser de menor cuantía y menos doloroso que una menstruación habitual”. En el caso de que a la paciente le moleste, no hay problema: solo se saca y se vuelve a la normalidad.

Procedimiento de inserción

Para insertar o extraer el implante se hace una intervención de cirugía menor, que debe ser realizado por un médico o personal de salud entrenado y capacitado. “Los implantes anticonceptivos son unas pequeñas varillas de material inerte, flexibles, que vienen en un introductor desechable, que se coloca debajo de la piel de la parte superior interna del brazo no dominante”, relata Marcela López.

“El procedimiento se realiza con técnica aséptica y con anestesia local”, dice la especialista de Clínica Alemana, siendo “bien tolerado, sin dolor y con escaso riesgo de complicaciones en la usuaria”.

“Las restricciones de actividad son por pocos días”, aclara la ginecóloga de Clínica Santa María y también destaca que podría “quedar una equimosis (moretón) por algunas jornadas y nada más”. El implante puede ser visible y palpable, sobre todo en mujeres que tienen un buen tono muscular.

¿Puede afectar a la fertilidad?

Una pregunta clave para aquellas que estén pensando en su proyecto a futuro. Ante esto, pueden tener la seguridad de que los implantes “no afectan la fertilidad de la mujer y, al extraerlos, ella la recupera rápidamente”, asegura Marcela López. Incluso menciona que “las tasas de embarazo durante el primer año después de la retirada son equiparables a mujeres que no emplean métodos anticonceptivos”.

El pero de Andrea Von Hoveling es que la fertilidad femenina tiene dos grandes enemigos. “Si se posterga mucho la maternidad, puede haber dificultad para lograr una gestación”, explica la ginecóloga. Y si se abandona el uso de preservativos, un caso muy recurrente según la doctora, “la mujer se expone a infecciones que pueden alterar la fertilidad cuando desee embarazarse”.

¿Cuánto cuesta la varilla anticonceptiva?

Si te decimos la cifra en bruto, probablemente vas a pensar: ¡ah no, que caro! Pero es cosa que cuadres tus cifras y hagas cálculos. “El costo del implante, más los honorarios por la inserción y luego extracción, totalizan una cantidad que puede parecer alta a las usuarias”, dice López. Sin embargo, “si se compara con el costo de cualquier anticonceptivo oral por 3 a 5 años, resulta finalmente más económico”.

“En los consultorios, cualquier anticonceptivo es gratuito para pacientes Fonasa”, dice Andrea Von Hoveling, pero en el caso de que la mujer deba comprarlo —por pertenecer a una isapre— “el precio fluctúa entre los $50.000 y $200.000, dependiendo de dónde se compre y cuál alternativa se elija”. Si bien “el gasto inicial puede ser alto, al comparar con pastillas anticonceptivas, que cuestan en promedio $15.000 al mes, vemos que la inversión se recupera rápidamente”.

López explica que actualmente en Chile hay dos tipos de implantes disponibles: Implanon (una varilla que dura 3 años) y Jadelle (dos varillas que duran 5 años), estando este último, que es más económico, en servicios públicos y privados.

Otras consideraciones

“Creo importante recalcar que el implante es un método anticonceptivo libre de estrógenos”, cuenta Von Hoveling, lo que lo hace “tremendamente útil en caso de mujeres que requieran o deseen evitar el aumento de riesgo cardiovascular que se asocia a su uso”. También es una buena alternativa para aquellas que usan “múltiples medicamentos por vía oral y/o que desean posponer la fertilidad por períodos prolongados”, comenta López.

Como recomendación final, “nunca olvidar el uso del condón, que es el único que puede aumentar la efectividad anticonceptiva de los métodos hormonales y además proteger contra las infecciones de transmisión sexual”, expresa la ginecóloga de Clínica Santa María. “Enfermedades que, lamentablemente, hemos visto que aumentan sostenidamente desde hace años, sobre todo en personas jóvenes”.

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